Primer guiño desde Washington al nuevo fiscal

Seis miembros de la cámara baja de los Estados Unidos recién enviaron una carta a Douglas Meléndez. Lo felicitan por su nuevo puesto y le ofrecen ayuda para establecer en El Salvador “un mecanismo que combata efectivamente la violencia, la corrupción y la impunidad”; algo parecido a la CICIG de Guatemala, o al menos a la MACCIH de Honduras.


“Tiene usted una importante oportunidad de fortalecer la integridad de la oficina del fiscal general y de volver a ganar la confianza de los ciudadanos en la institución.”

Los mismos seis congresistas que en noviembre pasado escribieron a Lorena Peña, la presidenta de la Asamblea, para sugerirle que El Salvador necesitaba un nuevo fiscal capaz de enfrentar los retos de violencia y criminalidad que el país tiene por delante, le escriben hoy a Douglas Meléndez, ese nuevo fiscal.

Como a Peña, a Meléndez los congresistas le recuerdan que “desde 2007” Estados Unidos ha trabajado de cerca con Guatemala para instalar, financiar y apoyar en ese país el trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad, la CICIG, que, dicen, “ha mostrado resultados impresionantes”.

Y, como a Peña, al nuevo fiscal general los congresistas le recuerdan que trabajaron con la administración Obama para otorgar a Centroamérica $750 millones frescos en asistencia programados para financiar la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, el plan encaminado a detener los flujos migratorios de Guatemala, Honduras y El Salvador hacia los Estados Unidos.

Cuando ese plan y los fondos para financiarlo se discutieron en el Congreso en Washington, congresistas republicanos y demócratas, tanto en el Senado como en la Cámara Baja, mostraron preocupación por los niveles de impunidad y corrupción en las instituciones del Triángulo Norte, sobre todo en sus policías y ministerios públicos.

 

En esas discusiones, el modelo CICIG siempre apareció como un ejemplo a seguir, tanto que en el proyecto final de presupuesto el comité de adjudicaciones del Senado apartó 2 millones para financiar una misión similar en Honduras y dejó por escrito que hay fondos disponibles si El Salvador decide hacerlo.

CICIG es una comisión internacional dotada por el congreso guatemalteco de capacidades jurídicas especiales que permiten a sus funcionarios investigar crímenes y acompañar al ministerio público en la persecución penal de esos crímenes en los tribunales. CICIG, entre otras cosas, jugó un rol determinante en casos de corrupción abiertos contra dos ex presidentes de Guatemala y contra un puñado de capos del narcotráfico; además, se le atribuye un rol importante en el apoyo a reformas institucionales en la fiscalía guatemalteca que han permitido al país, entre otras cosas, reducir los índice de homicidio casi a la mitad en el último lustro.

En El Salvador, los dos gobiernos del FMLN han rechazado la idea sin explicar muy bien por qué. La administración de Mauricio Funes sí pidió en 2010 a Naciones Unidas, la organización que financia a CICIG, explorar algo similar para El Salvador, pero luego desistió. El Gobierno de Salvador Sánchez Cerén insistió, desde el principio, que una comisión así no era necesaria en el país.

Tras destacar los logros de CICIG en Guatemala y la instalación de un mecanismo similar en Honduras, la Misión Anticorrupción y Contra la Impunidad, financiada por la OEA, los congresistas escriben al fiscal Douglas Meléndez: “Estamos ansiosos por trabajar con usted y con otros en El Salvador y en la comunidad internacional un mecanismo que combata efectivamente la violencia, la corrupción y la impunidad”.

Primera conferencia de prensa de Douglas Meléndez tras ser juramentado como fiscal general. Foto de Frederick Meza.

Primera conferencia de prensa de Douglas Meléndez tras ser juramentado como fiscal general.
Foto de Frederick Meza.

Voto de confianza

Los seis congresistas inician su carta dando un voto de confianza a Meléndez, a quien felicitan por haber hecho de la denuncia del nepotismo y de la infiltración del crimen en la Fiscalía General una de sus primeras acciones públicas. Le reconocen también las prioridades que ha puesto en su agenda.

“Celebramos las declaraciones que hizo durante su ceremonia de investidura, su énfasis en la transparencia y su compromiso de enfocarse en los homicidios, las extorsiones, el crimen organizado y la corrupción”, escriben los legisladores.

Antes de despedirse, en el último párrafo de la misiva, los firmantes hacen saber a Douglas Meléndez que están “profundamente preocupados” porque El Salvador tiene ahora “el índice de homicidios más alto del mundo”. Y le ofrecen: “nos comprometemos a trabajar con usted en revertir esta tendencia y apoyarlo a que demande el fin de la impunidad en el país”.

Y en la última frase, el voto de confianza de que el nuevo fiscal podrá sacar a la Fiscalía del mal lugar en que la dejó su antecesor: “Tiene usted una importante oportunidad de fortalecer la integridad de la oficina del fiscal general y de volver a ganar la confianza de los ciudadanos en la institución”, escriben.

Todos congresistas firmantes son miembros del partido demócrata: Norma Torres, James McGovern, Elliot Engel, Albio Sires, Gregory Meeks y Sam Farr.


*Foto destacada: la presidenta de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Lorena Peña, juramenta a Douglas Meléndez como Fiscal General. Foto de Frederick Meza.

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