Caifanes – El Nervio del Volcán

Era el año 1994 cuando Caifanes lanzaba su último álbum, yo apenas era un muchacho que entraba a su primer año de universidad. No voy a mentir: ese mismo año fue mi expansión musical respecto al rock en español o latinoamericano, y este álbum –”El Nervio del Volcán”– impactó mucho en mi generación (junto con Café Tacvba, Los Fabulosos Cadillacs, Soda Stereo y demás bandas del momento). Aquellas canciones salían en sencillos a través de la radio y del recién canal de música MTV Latino, y prácticamente se volvieron himnos para gritar en las fiestas o reuniones. 

Por supuesto que también teníamos la influencia de la música en inglés (la que siempre ha sonado en todos los espectros), pero entonces se trataba (por lo menos para mí) de “música en tu idioma”, en ideas propias, en identidad latina y eso se sentía en el ambiente, en los conciertos de los grupos nacionales, en las conversaciones.

En ese momento no lo reconocía, pero estas canciones y las nuevas experiencias a las que me exponía marcaron muchísimo mi percepción espacial. Además estaba en los inicios de montar mi primer banda de rock en español y, por supuesto, de “El Nervio del Volcán” salieron muchas interpretaciones y aprendizaje para tocar la guitarra. Fueron tantas las tertulias entre amigos y amigas donde alguien sacaba una guitarra y alguno interpretaba “Ayer me dijo un ave” o “Afuera” y todos comenzaban a cantar o poner el CD y a elevarle el volumen. 

“Quisiera ser alcohol” fue una canción para sacar las penas de amor en estado de embriaguez o al cantarlas en concierto. Fue divertido pero excesivo y de aquello quedaron buenos recuerdos. Por ejemplo, recuerdo cómo me formó especialmente este disco, cada canción, cada sonido o efecto en la guitarra, pero principalmente fue la voz de Saúl Hernández –y cada estrofa de canción y su significado lírico– lo que todavía me impacta y me hace volver veinte años atrás.

Sin embargo, la canción que más me gusta de este álbum –por su composición, ejecución y alma– es “Aviéntame”, que influyó directamente en mi ejecución en la guitarra. 

Incluso compré un E-Bow,  que es un magneto que hace que vibren las cuerdas de la guitarra y crea un sonido como de violines. Alejandro Marcovich utilizó un E-Bow en el segundo solo de la canción “Miedo”, por ejemplo. 

Yasser Pérez-Chavarría es musíco y melómano consumado. Yasser es el ex guitarrista de la banda salvadoreña Súper Pakito Chac.

Yasser Pérez-Chavarría es musíco y melómano consumado. Yasser es el ex guitarrista de la banda salvadoreña Súper Pakito Chac.

Caifanes editó un álbum cada dos años y cada disco es diferente por distintas razones. Para “El Nervio del Volcán” ya no estaban ni Sabo Romo en el bajo y ni Diego Herrera en los teclados y saxo, pero el álbum se rellenó con las maravillosas composiciones de Alejandro Marcovich y con el bajo de Federico Fong (que luego se uniría a Jaguares).

“El Nervio del Volcán” pegó fuertemente en mi nervio musical y por eso lo considero una de las maravillas musicales de la época.

C-A-I-F-A-N-E-S especial

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