Escribo esto desde San Salvador. Llegué el domingo 11 de enero en un vuelo que aterrizó a la 1:15 a.m. Tomé un taxi hacia la ciudad. Media hora más tarde, poco antes de llegar a San Marcos, en el lindero sur de la capital, el taxista recibió una comunicación por el radio interno que usa la flotilla destacada en el aeropuerto: “98, ¿su 20 (ubicación)?”, preguntó un taxi que iba detrás de nosotros. “Pasando la Quality Grains”, respondió mi conductor. “Cuidado que por el retorno están los muchachos. Parece que están parando. Son tres…” El tono del taxista que transmitía la información era neutro, como el de quien ha dicho lo mismo ya varias veces. Y el comentario del conductor que recibió tenía la misma inflexión: “Sí, se saben poner por aquí a esta hora, pero es de saber moverse; a esta hora siempre nos comunicamos para ver si hay algo en la calle…”, me soltó el hombre que manejaba. Durante los 10 minutos restantes, el taxista soltó un monólogo, lleno de detalles, sobre sus experiencias con los muchachos, los pandilleros, cuando le toca entrar a zonas como Apopa o Soyapango. “…Le repito, es de saber cómo hablarles… y de pagar la cuota”.
Las pandillas, su violencia, la incapacidad del Estado para abordarlas, llevan ya un buen rato en los titulares de la prensa salvadoreña. Y, por hoy, además, están en primera plana las próximas elecciones de alcaldes y diputados…
Parece, esto, un ciclo interminable, protagonizado por un mapa político en el que las ideologías parecen difuminarse definitivamente, sustituidas por el cínico ejercicio de pretender el poder solo para nivelar las cuentas propias, sobre todo las financieras. Por hoy, además, la política, en general, se muestra incapaz de enfrentar ese tema, el de la violencia, que es sin duda el más cotidiano y apremiante en la vida del país.
Tan banal como la política, llamada desde los poderes del Estado a administrar planes públicos de prevención, rehabilitación y finaciamiento del desarrollo, es la justicia, carcomida hasta la médula por la corrupción y el compadrazgo, incapaz de aplicar la ley o de romper el avance del cáncer de la impunidad.
Así las cosas, propongo aquí una lista de titulares de prensa que, vistas las inercias nacionales, no creo veamos publicados en los medios salvadoreños durante 2015; los que seguro veremos; y al final, para no cerrar del todo la ventana aspiracional, algunos enunciados que quisiera ver publicados.
Los que no:
– Corte Suprema de Justicia resuelve derogar la Ley de Amnistía
– El Salvador aumenta el porcentaje de condenas por homicidios
– GOES resuelve hacer públicos los gastos de viajes de la administración Funes
– Fiscalía logra primera condena firme por lavado de dinero.
– Asamblea aprueba reformas a Ley de Partidos Políticos para transparentar financiamiento electoral
– Asamblea aprueba creación de comisión internacional contra la impunidad en El Salvador
– Selección Nacional de Fútbol en racha ganadora.
– Fuerza Armada abre sus archivos
Los que sí:
– Decenas de miles de salvadoreños siguen emigrando hacia Estados Unidos
– Vuelve a crecer flujo de remesas desde Estados Unidos
– El Salvador sigue en lista de países más violentos de la región.
– Gobierno, empresa privada, partidos políticos y sociedad civil siguen sin acordar plan nacional de seguridad
Los que quisiera ver:
– Estados Unidos extradita a coronel Montano a España y tribunal español abre a sumario del Caso Jesuitas
– El Vaticano anuncia la beatificación de Monseñor Romero
– PNC inicia amplio proceso de depuración de oficiales
– El Salvador revierte bajo índice de crecimiento económico
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