El pasado viernes 2 de Octubre, en La Casa Tomada (de San Salvador) se llevó a cabo un concierto de celebración y nostalgia: ahí se festejaron los 10 años que han transcurrido desde la publicación del disco “Reggae Unido”, de una de las bandas más importantes que la escena reggae (y musical en general) salvadoreña ha vivido en tanto tiempo: Anastasio y los del Monte.
Por eso en Factum decidimos sostener una extensa y amena entrevista con Roberto Amaya, “El Bobby” de Los Tachos, bajista, fundador, líder y compositor de un grupo que, para presentar el único disco que logró producir en su corta existencia (de 2003 a 2006), convocó a casi tres mil personas en un pabellón de la Feria Internacional (hoy CIFCO).
Una década ha pasado y pareciera que buena parte de la escena juvenil ha perdido aire. Convocar a tres mil personas para el concierto de una sola banda nacional (de reggae, metal, rock, ska o lo que fuera) resulta una utopía en la actualidad. Anastasio y los del Monte lo hizo hace diez años, por eso es siempre gratificante platicar con el creador de aquellas canciones.
Con el Bobby sostuvimos una plática que viajaba del pasado remoto al presente difícil. Para el final nos guardamos la discusión sobre los detalles que –según Amaya– llevaron a la disolución de un grupo que no tuvo la madurez para resolver sus conflictos internos y que quizás haya despilfarrado el legado de una historia que incluso pudo haber sido más grande.
Repasemos un poco el origen de Anastasio y los del Monte. ¿Cómo recordás tu entrada a la banda? Si no me falla la memoria, vos te integraste al proyecto cuando solo tocaban covers de reggae…
Fijate que la cosa empezó con un grupo que se llamaba “Sin semilla”, creo yo… Si mal no recuerdo, ese grupo estaba formado por Quique Torres (ex-Adrenalina, en batería), “El Thrasher” (Hugo Olano, ex Aborígenes, en guitarra), Iván Patiño (ex de La Pepa, en el bajo) y no recuerdo quién más… antes del “Carlangas” (Carlos González, en la voz y guitarra). Ellos hacían especiales de (Bob) Marley. Ese era su vacil. Yo no sabía de la existencia de eso, hasta que “El Thrasher” llega, bien vergón, con dos discos, cuarenta rolas… y me dice: “Mirá, ¿vos querés tocar estas rolas?”.
Esperate… ¿Vos no oías a Marley?
No… Yo escuchaba a Steel Pulse… ¡Ahh! ¡Pero no! Esperate… Yo no sabía de ellos, del grupo que ellos habían formado… De Marley sí…
Ahhh… Ya me extrañaba que no…
Pero incluso, tampoco es como que yo era muy de Marley. Yo era más de la vertiente inglesa…
Y bueno, llegó El Thrasher con 40 rolas, porque al día siguiente teníamos ensayo… Así es como yo entré. Me aprendí las rolas y no recuerdo ni de dónde fue el ensayo…
¿Y vos venías de qué banda? ¿De “La Púa”?
No… Creo que ya estaba en “Chuchoefinca”… Entonces le di, ensayamos, tocamos y me enculó el vacil. Vos sabes que Marley llena un montón. Aquel concierto fue en La Luna (Casa y Arte) y ya para entonces ya estaba cantando el “Carlangas”.
Y bueno, creo que hicimos tres especiales más, creo yo (siempre de Marley). Y ya después comencé yo a proponer otro tipo de música… Que comenzáramos a meter música en español… De Los Pericos, de Los Cafres, algo de Cultura (Profética) y todo ese rollo. Ahí ya comenzó a tomar forma… Todavía no éramos Anastasio y los del Monte, pero ya comenzó a tomar una forma distinta a ese origen de solo hacer especiales de Marley.
Hagamos una pausa aquí y volvamos al presente. Me gustaría preguntarte sobre el tema de los covers y los especiales. Hay muchos colegas tuyos que se quejan de que hayan tantos conciertos de tributo a otros artistas, pero me estás diciendo que Anastasio y los del Monte tuvo un origen así… ¿Vos que posición tenés ante eso?
No, no… Yo no me he quejado. Para mí es totalmente válido que la gente haga covers o que haga música original. Yo nunca le he visto nada de malo a eso. Creo que son posiciones muy puristas, como queriendo decir que todo sea original… O sea, como yo también me relaciono con mucha gente que hace covers, pues tenemos este tipo de charlas. Y ellos tienen su punto muy interesante. Yo también les traslado mi punto de vista… Pero no, la verdad es que nunca he tenido problema con eso de los covers…
OK volvamos a aquellos inicios. ¿Cuál era la alineación de la banda cuando comenzó el gusanillo de querer proponer canciones originales?
Creo que en ese entonces estaba “El Chele” Hernández en la batería, el “Carlangas” (voz y guitarra), el “Thrasher” (guitarra), el “Churro” (Marco Escobar, en percusiones menores)…
¿Y el “Pitu”?
Fijate que ahí tengo mis lagunas… porque yo recuerdo que al “Pitu” (Manuel Merino, en teclados) yo lo llevé, pero no les gustó a aquellos. Me dijeron que no, que ese tecladista no. Entonces ya no tocó, por un par de meses o un mes y creo que en ese momento estaba tocando Jorge Lara (Brujo, ex Pamela Robin). De ahí a Lara ya no le gustó seguir tocando reggae, así que otra vez llamamos al “Pitu”. Así que no recuerdo bien si estaba Lara en ese momento (de comienzo de proposición de música original”). Yo sí recuerdo haber tocado reggae con Lara, pero no recuerdo claramente si era él o el “Pitu” en ese momento… Lo que está claro es que cuando tocábamos covers también en español ya se había afianzado el grupo como Anastasio y los del Monte…
Hablamos de ahí por 2003, ¿verdad?
Sí, cabal. En el 2003…
¿Fue entonces que adoptaron ese nombre (“Anastasio y los del monte”) basado en la canción de Nativa Geranio?
Fijate que yo nunca me enteré cómo había sido la historia. Solo supe que una vez había que sacar un afiche y salió con Anastasio y los del Monte. Nunca supe la historia, hasta como dos años después… Ya casi separándonos…
¿Y cuando te contaron no sabías nada acerca de la canción de Nativa?
Sí, por supuesto… Nativa Geranio es mi banda favorita de aquí… Eso sí. Es una canción de su primer disco…
¿Y cuál es la historia?
Según lo que a mí me contó el “Carlangas”, pasó que estaban en Nueva York… Parece que estaban con alguien de Jardín de Huesos (banda del rock salvadoreño de comienzos de siglo) y estaban bebiendo con este man (que no recuerdo quién era) y les dijo: “Mirá… Yo si tuviera una banda de reggae les pusiera Anastasio y los del Monte”. Y ahí quedó el gusanito de eso… Entonces vino el Carlangas y le puso Anastasio y los del Monte a su banda de reggae. Pero yo no supe realmente en qué momento decidieron ponerle así… Y en realidad tampoco es que fuera muy importante para ese momento.
Pero bueno, la banda continuó afianzándose ya con estos covers en español y todo eso. A manera de anécdota también recuerdo que tocábamos bastante de Gondwana (banda chilena de reggae) y ellos mismos, cuando vinieron por primera vez, nos agradecieron a nosotros por tocar sus covers y darlos más a conocer…
Los promocionaron…
Exactamente. En vez de cobrarnos… por suerte, nos dijeron: “Hey… Muchas gracias, que por ustedes mucha gente nos conoce aquí en El Salvador.
Entonces, sí, ya luego de afianzarnos en esa etapa, me dije: “Sí, me llega el reggae. Ya lo sentí más mío”. Y entonces decidí ya componer algo. Y la primera rola que compuse fue “Los días pasados”. Y ya la llevé a consideración de la banda…
Algo que siempre sospeché debido a la parte que dice “partidos de fútbol en la calle”. Yo sé que vos sí, pero a los demás no los veía muy futboleros…
Jaja… Sí. Y entonces ahí fue donde ya comenzamos a meternos al tema de la composición de música original…
¿Esa canción la hiciste para este proyecto o ya la tenías desde antes?
Sí la tenía desde antes… De hecho, ¡si te contara los rifirrafes que tuve con mis compañeros de (el grupo) La Púa por ese tema!
¡Contalos!
Jaja. No pues, más que nada con Carlos Magaña, en La Púa… porque él decía que, por ejemplo, la canción “Este mundo” era más para La Púa, pero compuse las canciones pensando propiamente en el proyecto (de Anastasio). Yo sabía que “Los días pasados” no la podía tocar con Chuchoefinca, porque no era ese el vacil de esa banda. Lo pensé para Anastasio y los del Monte y así ha sido siempre. He compuesto en función de los proyectos, no es un acomodo de hacer una canción en disco, luego en cumbia, luego en rock y todo eso. No me resulta hacerlo así, porque creo que pierde bastante la esencia de cómo fue pensada una canción.
Quizás a Magaña le gustaba mucho la canción y la quería para su proyecto…
En aquel entonces todos éramos full admiradores del Ché Guevara y no sé qué… Entonces era como “vos tenés que cantar más cosas así, pero para bandas que realmente lo representen y no con Anastasio y los del Monte”… Al final era el eterno conflicto de estar en lo underground y lo medio underground…
Hablame más sobre ese momento de llegar y proponer una rola original para el grupo, porque eso representaba un panorama distinto al de la idea con que inició el grupo…
No, claro. O sea, mirá… Yo eso siempre tuve, el tema de hacer música original. No por despreciar el cover, sino porque a mí me nace eso. Me nace contar mis propias historias. Yo en el colegio componía. Cuando estaba en noveno grado yo era full Alux Nahual, entonces hacía canciones con guitarra y toda la cosa. Tengo por ahí alguna letra que hacía en ese entonces… Ya soñaba con hacer un disco entonces… Siempre fue así y cuando ya tuve un proyecto que estaba bien encaminado, en el que ya comenzaba a haber dinero, en el que la gente te reconocía y todo eso. Ya era mucho más fácil decir: “bueno, quiero hacer canciones para esto”. Y sobre todo porque el reggae me llamó la atención desde el momento en que lo interioricé. Y me sigue llamando la atención al punto en el que yo no creo poder desprenderme. Si por mencionar un caso se acabaran Los Tachos, yo me tiraría quizás a hacer un proyecto solista o hiciera algún otro proyecto pero siempre reggae. El reggae siempre fue para mi algo muy fuerte, así que quería componer canciones en esté género. Así es como nació “Los días pasados”…
¿Y cómo la recibieron los demás?
Entusiasmados, porque obviamente yo creo que también ellos querían, de alguna forma, hacer eso. Pero no creo que hubieran tenido como que mucho para hacerlo… porque en todos los años que estuve, pues, yo era el compositor. Nunca estuvo alguien que… Salvo “El Pitu”, ¿verdad? Que él también tenía su faceta de compositor, en menor cantidad pero en una gran calidad.
¿Así funcionó siempre la dinámica de composición? ¿Vos llevabas una rola y juntos la arreglaban?
La verdad es que no. La verdad es que ahí iba toda la canción… con los metales y toda la cosa. Es que en ese entonces yo también estaba en la Orquesta Sinfónica Juvenil. Entonces cuando yo descubrí la maravillosa escritura musical, pues yo quería escribir todo. Ahí, de repente agarraba un papel pautado y hacía los metales. Les decía: “Vaya, miren… ahí está”. Era un arreglo básico, algo así como lo que yo imagino… Entonces, a quien yo le delegaba (y digo “delegar” entre comillas) era al “Chacha”, porque él sabía mucho más que yo. Él se encargaba de armonizar esas partes.
Entonces vos tenías toda la estructura de la canción y luego cada quien hacía arreglos de acuerdo a su instrumento…
Ah, no claro. Es que eso así es. Tampoco era que vos llegabas y le decías al “Thrasher”: “Mirá, en esta parte vas exactamente así”… No, claro. Él le metía lo suyo.
Hablando sobre los entendimientos que existían entre ustedes por entonces, existe un video de una presentación de la banda en aquellos años. En él se te ve dando cierto discurso con fuerte carga política. Siendo vos el el compositor del grupo, me pregunto si tus compañeros se sentían también identificados con las letras de las canciones o con tu postura política…
La verdad es que así como a llevarlo hasta los extremos de saber qué es lo que ellos pensaban, nunca fue algo como que un problema…
¿Pero nunca lo discutieron? ¿Nunca hubo comentarios?
Nunca hubo nada de eso…
O sea que vos dabas un discurso anti Saca y…
Y anti Cristiani y todo eso. Y ya casi que sentía la lucecita roja apuntándome al cuerpo…
Jajaja… Pero yo veo la imagen de tus compañeros y me preguntaba si ellos realmente compartían tu pertenencia política en situaciones como esa…
La verdad no estoy seguro… Igual, ya que mencionás esto… En ese momento era más dejarte llevar por el momento… Eso no fue nada estructurado, simplemente salió en ese momento, a lo Cantinflas… Yo creo que hasta se sorprendieron, por lo menos “El Pitu”, me sigue haciendo la broma sobre eso, sobre el gran discurso y bla bla bla… y que los Escuadrones (de la Muerte) te van a llegar a buscar… Y todo eso. Así que no, nunca fue algo planeado con la banda, como para decirles: “miren, voy a hablar sobre esto”… Pero tampoco fue como que después me reclamaran al respecto.
A mí esas cosas me dan luces para entender cómo era la comunicación en el grupo. Si se admitía que vos eras el que llevaba las canciones, se debía admitir que vos hablaras políticamente en nombre del grupo…
Lo podrías ver de esa forma, porque al final de cuentas, si nadie puso un pero a eso, si nadie me dijo nunca “mirá, deberías bajarle a tus comentarios”… O sea, por supuesto. Te digo: yo lo hacía porque era así el momento… Después de cualquier cosa de mis canciones, de lo que yo escribía y todo eso, obviamente no vi nunca un reclamo sobre “mirá, porqué no le quitamos esta parte mejor”… A pesar de que más adelante vas y te das cuenta de algunas cosas, como por ejemplo de que el “Chele” (Mauricio Hernández, baterista del grupo) es un gran derechista y quizás no aguantaba mucho que yo dijera esas cosas. Pero bueno, nunca fue un tema de discusión. Eso te lo puedo decir que no lo tocamos nunca… Es más, si no me lo decís vos, ni me pongo a pensar en eso…
¿Qué hubiera pasado si cuando tomaste el impulso de presentar rolas originales con el grupo, estas no hubieran gustado? ¿Acaso ese impulso se hubiera detenido y de vuelta a los covers?
Fijate que no sé, porque yo venía con el backup de La Púa, en donde al menos 18 de las 20 que tocábamos eran originales y dos covers. Es decir, al revés, mayor dominio de lo original. El tema de la composición de música original siempre la tuve y siempre me enfrenté a proponer algo…
Y te enfrentaste a receptividad y rechazo…
Por supuesto. Claro, claro…
Entonces sí hubieras seguido llevando canciones, aunque a la gente no les gustara mucho…
Sí, por supuesto. Quizás por el tema de que estaba más joven en aquel entonces, ese impulso siguió… Probablemente también la inexperiencia me hubiera hecho pensar que lo mejor era que ya no… Pero siento que es una constante, porque ahorita ha pasado con el disco de Los Tachos (el “Seducción”), que es una propuesta totalmente fuera de lo que estábamos haciendo con el “Positiva Resistencia” y a lo mismo te enfrentás, tanto a rechazo como aceptación. Y eso no me va a detener de seguir haciendo música. Entonces no sabría ponerme en el lugar de qué habría hecho si tal cosa ocurriera. Solo sé que la canción, como toda canción de música nacional, tardó en cuajar, tardó en que la gente reconociera y dijera “A chis… ¡esta canción es de ellos!”.
¿Hago bien si digo que las letras de las canciones de aquel disco (“Reggae unido”), hace diez años, estaban basadas en tus experiencias personales, cierta temática social (como en “American Children”) y canciones de amor?
Fijate que más que algo llamado “experiencia personal”, se trataba de cómo vos interpretabas al mundo en aquel momento. Por ejemplo, yo nunca viví en la calle, pero sí observaba esa situación alrededor. Sí debo aclarar que realmente, en ese momento, casi todas las composiciones era panfletos… En ese momento podía hablar que “Este mundo no lo quiero” por lo que significaba para mi saber tantas cosas injustas, como lo que se dice en “American Children” o cuando decimos “Detengan la guerra” como una declaración por estar en contra de la Guerra del Golfo…
Y “Lega-listen”, que es un tema de interés político también…
Pero “Lega-listen”, chistosamente, es la única canción que yo compuse bajo los efectos del cannabis… Y más que pensar en que se trataba de una exigencia para que, “puta, legalícenla”, era más algo así como mi viaje. O sea, sí es un planteamiento político de decir “si tan buena que es esta cosa, ¿porqué no puede ser accesible para todos”?…
… que es la parte política, ¿no?
Exactamente, pero nunca pensé en ese sentido…
O sea que no te pusiste la boina del Ché Guevara para escribir, pues…
Jaja… Tampoco. Fue más que nada el impulso de disfrutar del vacil de la hierba… Y en cuanto al resto de lo que decías, pues tengo canciones mucho más personales en el sentido del amor que las de esa época, porque entonces no eran experiencias tan palpables como las de ahora, como te puedo decir “El tren” o “Luna de mar“, que van en ese sentido con nombre y apellido. Sino que eran cosas más generales y de interpretación de lo que vos creés que podés cantar dentro del reggae.
Volviendo al movimiento musical del que saliste, puedo decir que formaste parte de una generación en la que tanto artistas, público y medios de comunicación éramos hijos de la guerra. Gente como vos o Mario Guirola –por mencionar un ejemplo– cumplían ese perfil de tener un interés por tocar temas sociales en sus canciones. ¿Como ves la generación actual? ¿Creés que hay siquiera un interés similar?
No te puedo hablar desde la generalidad y hoy en la mañana me hicieron una pregunta casi que igual… Mi interpretación es esta: sí, yo siento que hay cierta tracción. Ahora como que ya no hay mucho deseo de implementar esa temática… O sea, tenemos los mismos problemas ahorita pero hay como una cierta forma de evadir eso. Lo cual no es malo, tampoco. Para mí es válido, porque no creo que necesariamente el artista tiene que hablar sobre las cuestiones sociales, porque el artista al final es también alguien que entretiene y la atención se puede ganar también disipando las cosas.
Entonces vos no entendés que haya ahorita una sequía de este tipo de propuestas…
Bueno, sí la he visto…
Y si la hay, entonces vos no creés que sea un problema…
No, para mi no. Desde un punto de vista muy honesto, no. No creo que sea un problema. Lo veo más el problema para las bandas, porque alejarse tanto de la historia genera que la gente o el potencial grupo de fans no te consuma…
Ahh, pero sobre eso te estaba preguntando, sobre el punto de vista de artista, no tanto sobre la recepción que la gente tenga de los mensajes…
Ahh, sí, claro. Lo que yo sí te quería decir es que no es malo per se… No es malo que no se esté hablando sobre la cuestión política o sobre la cuestión social. El tema es que corrés el riesgo de no fidelizar con tu público. Si no andá preguntale a Adhesivo porqué tienen un público tan fuerte y tan grande… Pues porque ellos viven hablando de eso siempre… Ellos tienen una base bien gorda que se va incrementando, porque son vistos así… Hay mucha gente que se identifica con eso. Las nuevas bandas, siento yo, que no se identifican con eso y ni les interesa identificarse con eso.
¿Y porqué creés que pasa eso?
Porque ya la gente perdió la noción de que aquí nos matamos por unas causas sociales que están bien vinculadas a la política. Ahora muchos lo ven como que todo es social, y que al fina de cuentas: “mientras yo esté seguro en mi mansión amurallada, me vale madres lo que le esté pasando a los demás”.
¿Y ese tipo de reflexiones ya no tenés el deseo de transformarlas en canciones?
Fijate que no, la verdad es que no… Lo que pasa es que yo estoy en un momento en el cual me considero una expresión nada más de la naturaleza. Por lo tanto, hay cosas que a mi me preocupan más, como por ejemplo sentirme feliz. No puedo arreglar todo el mundo, para empezar. En aquel momento (diez años atrás) era todo como que bien mesiánico…
¿Te sentías así como un René de Calle 13?
Jaja… No, tampoco, pero hasta cierto punto sentías que representabas algo o representabas a alguien. Ahora ya no. Yo me pongo más a analizarme a mi mismo, a tratar de vivir en comunión con mis semejantes y no necesariamente viéndolo desde el lado político, sino que desde un lado en el que somos existencia, somos energía y nos movemos en la misma dirección… Eso es lo que yo ahorita siento. La única parte social que siento ahorita es el tema del medio ambiente, y eso sí que lo agarro como propio.
Entonces me queda de conclusión de que vos, por madurez, podés llegar a un camino en el que intencionalmente evadís el tema social, mientras que las nuevas generaciones lo hacen por falta de análisis…
Sí… Si lo querés plantear desde ese punto de vista, entonces sí. Y que me vengan a dar riata los que me quieran dar riata, pero creo que así es… Porque la mía sí es una cuestión adrede, porque incluso hasta me siento deshonesto estar hablando de cosas así en lo social, cuando yo también puedo ser parte de ese mismo…
¿No hay una cuestión de desencanto? Lo digo porque vos has sido una persona de simpatías con la izquierda… No sé si de la izquierda política –eso lo tendrías que aclarar vos– pero luego de dos períodos de gobierno (del FMLN) no sé si existe en vos el desencanto que sí sé que existe en otro montón de personas…
No… no. O bueno, sí, desencanto en eso sí que existe de entrada, pero eso no condiciona mi creación, lo que yo siento y lo que quiero decir, porque al fin de cuentas tampoco es que yo fuera un representante de un partido político hablando en contra de un gobierno de derecha. Eso nunca quise que fiera así y ahora menos quiero que sea así. O sea, me he alejado de la política partidista. Sí tengo mis pensamientos políticos, como todo el mundo, pero para nada concuerdo incluso con la misma existencia de los partidos políticos.
¿Cómo recordas el momento de auge que vivieron entre 2004 y 2006? ¿Se sentían reggae-stars? Porque en aquellos años el movimiento de rock comenzaba a apagarse y ustedes, a través del reggae, lograron crear un boom con el que incluso llegaron a convocar a dos mil personas para la presentación del disco “Reggae unido”…
Sí, por supuesto. En ese momento, cuando ibas a un bar o cualquier lugar y de repente te encontrabas gente que se quería sacar una foto con vos o que te dijeran que les gustaba mucho tu música, por supuesto que te hace sentir “que sos alguien”. En esa parte del ego, que yo también la tengo muy desarrollada, debo decir que es inevitable. Y es muy cierto que el ascenso de nosotros ocurrió porque se conjugó la salida de una propuesta nueva en el abanico de propuestas de la música nacional, y a la vez, no sé si declive, pero sí el hecho de que ya no era tan fuerte ese movimiento de rock… Cuando sale algo nuevo y con una efervescencia tan grande, pues obviamente ya era otro vacil.
¿No empezaron entonces los sueños? Que en el contexto local es “larguémonos de acá”… Expandamos los horizontes, lleguemos a otros países… ¿Nunca pasaron por eso?
Fijate que en ese entonces yo era mucho más alejado del aspecto de planeación de la banda. Yo solo hacía música y yo solo me encargaba de que la banda siguiera una línea…
¿Quién tomaba esas decisiones entonces?
Carlangas. No era yo el que veía esas cosas… Incluso cuando fuimos a Costa Rica, a mi me informaron que íbamos para allá… A principios de 2006. En ese momento yo no me lo planteaba (salir del país) y no sé si la banda se lo planteó realmente, como tiene que ser. Como quizás ahorita sí nos lo estamos planteando nosotros (Los Tachos). En aquel entonces, te lo juro, yo era feliz de ir a tocar a Guatemala, de hacer canciones y vivir la música… Era el chango que estaba feliz de estar ahí con su banana. Y te digo, nunca me preocupé por eso.
Voy a ser un poco cruel con esta pregunta… El 7 de Septiembre de 2005, Anastasio y los del Monte convoca a dos mil personas para presentar su disco. ¿Cuánto es lo más que ahora Los Tachos convocan en un concierto de 2015?
Híjole. Es que no hemos tenido esa experiencia, así solo de Los Tachos no hemos tenido esa experiencia…
O bueno, acompañados de otras bandas, ¿cuánta gente llega?
Mirá, yo lo que puedo decirte es que no nos atreveríamos a hacer un concierto nosotros solos. Eso sí te lo puedo decir. Porque sí hemos tocado en conciertos, como por ejemplo, cuando vino Cultura Profética con Istmo (Music)… La sorpresa de nosotros fue tan grande, porque el lugar estaba vacío, pero cuando nosotros empezamos a tocar, la gente comenzó a entrar y se armó… No te estoy hablando de tres mil personas, pero sí al menos 300 personas.
Aunque la mayor parte de ese público no iba por ustedes…
Pero cantaban las canciones. O sea, esa fue nuestra sorpresa. Que no fue gente que dijo “Ah, Los Tachos… ya nos vamos”.
Este viernes (2 de Octubre) van a hacer por fin ese concierto ustedes solos…
Y según como van las cosas, un montón de gente va a ir al concierto…
Ese “montón” me hace reflexionar… ¿cuánto es ahora “un montón”?
Ahora, para nosotros… 700 personas…
Eso es un golazo en la actualidad…
Claro, aunque no vamos a poder ver eso porque el lugar (donde vamos a tocar) es pequeño.
La intención de mi pregunta era enlazarla con esta otra: ¿qué ha pasado en los últimos diez años entonces?
Ahh no… Definitivamente dos cosas… Uno: el reggae dejó de ser la gran novedad. Obviamente nos quedamos los que creemos que podemos seguir dando algo y que incluso lo vamos a seguir dando en otro lugar, pero aquí en El Salvador ya no es así, ¿verdad? Y eso puede estar condicionado con otras razones, como por ejemplo el cierre de espacios donde podés ir a consumir reggae y que recién se han abierto, pero que en ese entonces no estaban. Y dos: por supuesto, la gente que en ese entonces llenaba nuestros conciertos, cuando nosotros cambiamos nuestra forma de hacer música, se perdió… Mucha de esa gente ya no quiso seguirnos porque no les gustó la nueva propuesta que traíamos nosotros. Contrario a ello hemos ganado otros segmento de público, que lo vas a ver en el próximo concierto. Como te digo, yo no me animaría a hacer un concierto solo nosotros, porque esa gente que ahora nos sigue, que gustan de canciones como “El tren” y eso, no es la misma gente a la que le gustaba “Este mundo”, por ejemplo…
Y puede que sea de otra generación, también…
Es de otra generación. No te imaginás lo genial que se siente que veás que niños de 13 años vayan a tu concierto… O que de repente ya gente de 18 años esté cantando canciones como “El tren”, “Inspiración”, canciones así, que ya son la otra vertiente. Entonces, te digo, sí obedece a esas dos cosas. Y una de ellas es que, cuando tenés una nueva propuesta, si no le gusta a la gente, no le gusta y se acabó…
Hablemos del cierre de ciclo con Anastasio. ¿En qué momento identificás vos que comenzó el descenso? Creo que fue un período muy corto… porque duraron muy poquito tiempo después de ese 2005.
Claro. Es que lo que ocurre es que no fue tanto así como que íbamos en una pendiente y descendimos. Más bien fue que llegamos y de una nos caímos…
¿Y porqué fue así?
Yo lo explico siempre así y es lo que yo entiendo que fue lo que pasó: veníamos de hacer lo de Costa Rica, en donde estuvimos casi doce días juntos, tanto carretera, como en el hotel y los toques… Y veníamos de hacer varias fechas más (que no recuerdo) en las que también convivimos por varios días juntos… Y en esas fechas se dio también lo de que el batero (Federico Uriburu), el argentino, ya no quiso seguir… Y entonces nos dejó en una cosa así como sin saber qué pasa…
¿Y qué explicación les dio?
No, que ya no le gustaba. Es que él siempre fue bien sicnero. De hecho, una vez me dijo algo como: “¡Es que tantos parones! Esos parones no son de reggae, son más de salsa…”. Entonces ya no se sentía cómodo con eso… Y bueno, pues ocurrió un choque de visiones de cómo el Carlangas lo quería solucionar y como yo lo quería solucionar…
¿Qué cosa?
Que Carlangas quería simplemente suplir al batero… Es decir, agarremos a este otro batero y le damos. Y yo no. Yo era más de tomarnos un tiempo, componer nueva música y sacar otro disco. Aprovechar esa coyuntura de que no teníamos batero para poder meternos a estudio y que esa fuera la excusa mientras solucionábamos…
Se trataba entonces de dos problemas distintos. Él estaba tratando de solucionar una cuestión orgánica de una función en el grupo… y vos querías solucionar que ya te sentías cansado o que ya no estabas componiendo…
Yo lo que quería era dar un siguiente paso, dar otro paso…
¿Pero lo necesitaban?
Yo creo que sí…
Y si lo necesitaban, entonces era por algo…
Yo necesitaba sentir que el reggae de nosotros iba hacia otro lugar. Para ese entonces yo ya no estaba componiendo como en las primeras canciones. Ya me quería meter en cosas más roots, pero más depuradas, sumamente depuradas… En ese entonces tenía la romántica idea de sonar como un jamaiquino… Jajaja.
Te sentías insatisfecho con el sonido de la banda…
Por supuesto… No, claro. Entonces yo quería pasar al siguiente nivel. Que no me lo iba a dar con solo reemplazar a un batero. Porque hay que reconocer que Federico nos llegó a dar un sabor increíble, porque él venía de esa escuela. Entonces, cuando te enfrentás a eso, con un batero que hace eso, entonces decís, como un loco: “Esto es lo que quiero yo de aquí en adelante”. Y cuando te das cuenta de que no es así, que no puede ser así, y que tus compañeros están proponiendo solo salir del paso, entonces es como que no, ¿veá? Y el punto de quiebre fue cuando yo, sí, le dije al Carlangas: “Mirá loco, entonces, ¿sabés qué? Dale, consigamos otro batero y toquemos, pero yo no voy a seguir componiendo para la banda si vamos a tener el mismo sonido. Y ahí vemos cómo hacemos, tal vez más adelante sí generemos un nuevo sonido… ¡Y eso fue lo que… destrozó todo!
No, pero ahí te estás saltando muchas cosas…
No, no, no. Como te digo, ahí se llegó a ese punto y no hubo una pendiente que bajar… porque no pudimos saborear que íbamos hacia abajo…
¿Vos sí sentías que ya el sonido no te estaba satisfaciendo y que iban hacia abajo?
O sea sí…
¿Y él no lo estaba analizando así?
Ajá, yo creo que no…
Pero lo debieron haber hablado, ¿verdad?
No, la verdad es que no…
Esperá, ¿acaso no tuvieron la madurez para hablar esas cosas?
No, es que… No te digo, pues, si la forma en que terminamos fue bien de bichos, de gatas aruñándose… “¿Saben qué? ¡Se acabó esta porquería y ahí nos vemos! ¡Ahí repártanse el pisto que hemos ahorrado y toda la cosa!”… Y así, como te digo, la falta de madurez de nosotros de no haber podido llegar a un consenso…
¿Quién de los dos dijo eso? Porque no siempre se llega a la misma conclusión… Alguien de los dos decidió que ya no más…
Mirá, sinceramente no me acuerdo cómo fue exactamente. Yo solo me acuerdo que estaba en el carro… Llegó la “Chacha” con el dinero y me dijo: “dice el Carlangas que lo repartamos”… O algo así…
Entonces fue Carlangas el que tomó la decisión…
Creo que sí… Y yo no hice nada por detenerlo. Agarré mi parte y dije: “Ahh… vaya… ¡Qué chivo! Dale…”. Pero, bueno, hay dos partes de la historia. Mi parte de la historia es que yo ya no estaba convencido del sonido que teníamos que seguir; y luego, que no estaba en la comodidad y la madurez de pelear por eso. De pelear por querer sanarlo…. Recuerdo que antes tuvimos otra pelea así, bien fuerte, creo que con el Carlangas, también… y que sí logramos resolverla. Esa vez, de hecho, recuerdo que él sí fue el que dijo “La banda se deshace”. Pero fuimos a la Luna (Casa y Arte), hablamos y seguimos adelante…
¿Y no recordás cuál era esa vez el problema?
La verdad es que no me acuerdo… Pero en la última vez ya no tuve el arresto como para querer resolverlo. Me dio igual… Y ahí murió todo. Por eso, te digo que no siento que nosotros en algún momento hayamos reaccionado, como banda, al identificar que había un descenso… Al menos yo lo interpreto así.
¿Y luego no te llegó la reflexión de que quizás había sido una decisión arrebatada y que después de un tiempo lo mejor era resolverlo?
Claro que sí…
¿Porqué no ocurrió entonces?
Porque en esos momentos te llega el bálsamo de la nueva música. Con el “Pitu”, que siempre hemos estado juntos en los proyectos, nos dio el ímpetu de hacer un Soun System… y fue de ahí que nació Matatero Sound System, que nos dio ese espacio de sentir que siempre seguíamos haciendo música, aunque ya no con la banda… Y al final te olvidás medio un poco de lo que pasó. Sí, te digo… a los días se siente como cuando cortás con una bicha, que te decís: “¡Puta! ¿Qué hice?”, y te da por comerte las uñas, porque te das cuenta.. “¡Qué imbécil! Si esto lo pudimos haber hablado así o asá y haber solucionado las cosas…”, pero no… Ya nunca pasó. Pasó casi seis meses después, cuando tuvimos los primeros acercamientos para regresar…
¿Y qué pasó así?
Fue antes de hacer Los Tachos… Éramos los mismos. Nos íbamos a reunir como Anastasio y los del Monte.
Pero ya no estaba Carlangas, ¿verdad?
Ajá, el gran obstáculo era que ya no estaba Carlangas (que se había ido del país)… pero estaba el “Thrasher”, estaban todos… Creo que incluso volvimos a ensayar, pero poco a poco se comenzaron a salir… Creoq ue primero fue la “Chacha”, luego fue el “Thrasher”… Luego ya dijimos que la cosa no iba a prosperar…
¿Porqué creés que ya no funcionó este intento de reencuentro?
Creo que quizás ya no sentían la química que necesitás para poder volver…
Y que se puede entender que era la ausencia de Carlangas… ¿No lo has meditado así?
No, la verdad es que no.
Porque su función en el grupo era esencial. Él cantaba la mayoría de las canciones…
Sí, él era el cantante. Yo no cantaba… Más bien es así como en el plano personal, ¿verdad? Yo con mi novia he cortado un par de veces y he regresado. Y hay gente que opinaría que porqué se regresa, y que no lo haría. Es como ese mismo de desencanto que podría sentir otra gente respecto a volver a hacer lo mismo que vieron que ya no funcionaba… Yo más bien lo interpreto por eso… No sé si ellos lo sintieron más así como… “Ahhh… Carlangas… ¿dónde estás?”. Jajaja… Como le pasó al Barcelona ahora… “¡Xavi! ¿Dónde estás?… La verdad es que no sé cómo lo habrán interpretado los demás.
Y entonces ahí vos decidiste cerrar ese episodio, ¿no?
No, es que como yo soy bien necio y sí quería regresar, decidí juntar a otra gente. Y de hecho, ahí fue curioso, porque regresó el “Thrasher”. Ya con Los Tachos, para los primeros conciertos él era un Tacho… Yo quería seguir. Cuando me di cuenta de lo que había dejado me dije: “¡Pero qué idiota! Quiero volver a hacerlo”, y ahí fue el pegue de ese orgullo tonto, mal consejero de pensar: “nos separamos nosotros y no hay ninguna banda de reggae que haya aprovechado”. En todo el espacio que estuvimos separados yo interpreté eso y pensé que era hora de volver a tomar ese espacio que nadie aprovechó… Lo sé, es algo bien de orgullo, pero fue lo que me motivó a volver a hacer reggae.
Algo muy simbólico es la decisión de utilizar el nombre de Los Tachos para mantener una conexión con Anastasio… Eso se puede leer como el nacimiento de una banda ligada a otra del pasado. Esto es Jaguares y aquello era Caifanes, por ejemplo…
Sí, así fue. Exacto. Mirá hay varias cosas. Una de ellas es el respeto al Carlangas, que él fue el que le puso Anastasio y los del Monte a la banda. Segundo, porque precisamente era separarnos con mesura. Era decir: “a partir de ahora van a escuchar otro tipo de música, pero sabemos de dónde venimos”. Y también era bien tonto dejar atrás todo lo que ya habías hecho…
Perder la marca…
Sí. Era algo que algo que sí lo pensamos en su momento y que deijimos: “Bauticémonos como la gente ya nos conocía”. Y así ibamos a seguir tocando las canciones de Anastasio y los del Monte, con nuevos arreglos y con la nueva propuesta…
¿Cómo fue tu relación con Carlangas desde que se disolvió el grupo?
Buena. Tenés que saber que aquel no tiene Facebook y hasta hace poco supe que tenía Google + y lo pude contactar otra vez. Y no, todo tranquilo. Antes no hubo ningún vínculo de comunicación porque no hubo cómo. Sí sé que vino una vez, por cuestiones personales… Y todo bien.Yo con él nunca tuve ningún tipo de rencores… Y espero que tampoco haya tenido ningún tipo de rencor conmigo. Fueron cosas como business. Ahí pasó lo que tenía que pasar por lo que ya expliqué, pero no tiene nada que ver con algo personal.
Por último, ¿cómo ves el legado que dejó esa banda? Hay quienes opinan que fue la mejor de la historia del reggae en El Salvador. ¿Vos te animás a decir: “awebo… así es”?
Mirá, yo soy muy crítico de mi mismo. Y la verdad es que séla importancia que ha tenido la banda, la que tuvo Anastasio y los del Monte e incluso la que pueden tener ahorita Los Tachos. ¿Verdad? La conozco, pero hasta ahí. Soy claro de eso y a mi nadie me va a querer menospreciar. Eso estoy completamente claro. No sé, sinceramente qué tan fuerte haya sido el asunto. Te lo digo, porque yo sí me critico y sé que hay cosas que tiene que mejorar. Incluso con tantos años de tocar reggae, sé que hay cosas en las cuales todavía fallamos. Ese es el contexto de lo que te quiero decir acerca de Anastasio y los del Monte, que fue el hecho de ofrecerle a las personas la oportunidad de escuchar algo distinto. Ahí ubico yo a la banda. ¿Que si fuimos lo mejor o tal cosa? Eso ni me meto yo a valorarlo, porque no soy yo el indicado para hacer eso. Sé hasta donde soy importante, como te digo, y sé que nadie me va a ningunear, pero eso es porque le dimos una opción a la gente de escuchar otra música. En sí eso es algo bueno… Poner el el paladar de la gente algo nuevo, también tiene su gracia. Esa parte sí la reconozco y la guardo.
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2 Responses to ““La forma en que Anastasio y los del Monte terminó fue bien de bichos… Como de gatas aruñándose””
muchas gracias por dejarme ser parte, fue un honor tocar con ustedes.
A muchos nos marco esa epoca de regguea, nos volvio la vida de la musica alegre. Todo lo que dice en la entrevista es la realidad del pais, la mara no hace musica porque vive en una burbuja y tiene mas miedo a morir por la violencia a cantar. Fue una buena generación hay que seguir
Hey Orus, limpia un poco la entrevista tiene demasiados errores ortograficos