Deserción escolar de ahora, crisis del mañana

La necesidad de explorar el tema de la no motivación escolar que en la actualidad vive la mayoría de jóvenes en El Salvador merece una indagación pronta y real, pues esta situación —como otras que también se repiten en la agenda setting de los mass media— nos incluye al círculo de los más afectados.


Hace pocos meses tuve la oportunidad de participar en una consulta ciudadana con niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así también con padres y madres de infantes desde los cero a cinco años de edad. De ahí surge la iniciativa de escribir acerca de algunos aspectos a considerar para empezar a mitigar la deserción escolar.

La falta de motivación para continuar o finalizar los estudios es la respuesta más palpitante que viene de la experiencia actual. Esto se traduce en los adolescentes de ahora como la pérdida de visión de un país que demanda  mejores oportunidades y soluciones para todos. ¡Llegando a la deserción escolar permanente!

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define deserción escolar como una condición en la que se abandona la escuela antes de la terminación de una etapa dada de la enseñanza, o en algún momento intermedio o no terminal de un ciclo escolar.

Para el sector educación, las causas primarias de la deserción escolar en el estudiantado empiezan desde la carencia de centros educativos, o si los hay están retirados de la zona; la mala infraestructura en los mismos; el maltrato de los profesores; el bullying entre compañeros; la pobreza; la falta de apoyo desde el hogar; hasta llegar a las amenazas y muertes por la inseguridad. Entonces, la preferencia por el ocio es la única opción.

CIFRAS

  • En 2015 la población matriculada superó el millón y medio de estudiantes, en ese marco, 36 municipios fueron declarados libres de analfabetismo en 2015 por el Ministerio de Educación.
  • El presupuesto en educación en 2014 fue de $ 884.9 millones.
  • Para 2015 aumentó a $917.7 millones.

(Fuente. Audiovisuales UCA, Balance de educación 2015)

¿Será suficiente esta inversión? ¿Se está ejecutando de la mejor manera? ¿Cuántos municipios más se declararán libres de analfabetismo este año?

Además es importante preguntarnos si desde nuestros espacios estamos ayudando a disminuir la valoración del ocio; si desde el hogar se inculca el derecho a la educación y se le da el valor que merece; y si como sociedad hacemos incidencia para cambiar la realidad de la juventud que vive día a día con costos de oportunidades crecientes.

De lo contrario, la preferencia hacia el ocio por la falta de motivación personal nos adentra a una sociedad menos activa y abierta al desamparo, al rechazo y a la desilusión.


  • Las opiniones vertidas en el espacio “Los Rookies” son exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan la posición editorial de Revista Factum. Para interactuar con la autora, puedes visitar su red social.

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