Salvador Meléndez pasó un día en el Aeropuerto Internacional Monseñor Romero para fotografiar a las decenas de deportados que llegan a diario en vuelos fletados por el Gobierno de los Estados Unidos. En 2015, 21,752  salvadoreños fueron repatriados desde la Unión Americana, la gran mayoría acusados de cometer delitos migratorios, como intentar entrar “sin inspección”, es decir, indocumentados, sin papeles. Esta es la historia gráfica de los que han regresado, de los que no pudieron engrosar la cifra de 436,000 salvadoreños “sin papeles” que viven en Estados Unidos según cifras del Instituto de Políticas Migratorias de Washington.


El 3 de febrero pasado la Agencia de Migración y Aduanas (ICE en inglés) detuvo en Owing Mills, Maryland, a otro centroamericano indocumentado en el marco de las redadas que la administración Obama inició a principios de enero de este año en busca de migrantes con órdenes finales de deportación o de aquellos que no se han presentado ante los jueces migratorios que llevan sus casos.

El detenido de Owing Mills tiene 18 años y es, según confirmó una oficina local de ICE en Maryland, el primer menor indocumentado sin compañía (UAC en inglés) arrestado en las redadas de 2016. Antes de él, los detenidos eran miembros de unidades familiares –menores y uno de los padres, generalmente la madre.

No está claro aún cuál ha sido el destino del muchacho de Owing Mills. En general, ICE está enviando a los detenidos con motivos de deportación a centros federales de procesamiento en Georgia o Texas, para de ahí subirlos en los aviones fletados por el Gobierno de los Estados Unidos en los que viajan los deportados.

Abogados de organizaciones pro-migrantes, quienes suelen trabajar para programas financiados por fundaciones sin fines de lucro, están intentando detener las deportaciones de los capturados en las redadas de enero. Han tenido un éxito relativo. Esos abogados han logrado, al menos, suspender en forma indefinida las repatriaciones de 12 madres salvadoreñas y sus hijos (22 personas en total) introduciendo recursos legales y alegando que los jueces no habían agotado el debido proceso antes de ordenar las deportaciones.

Si el menor de Owing Mills logra tener representación legal adecuada es posible que no regrese a su país de origen pronto (ICE no especificó el país de nacimiento), pero sí que suba a un avión de deportados eventualmente y pase, en el futuro, a engrosar las cifras de los deportados que llegan a diario a El Salvador.

De acuerdo a cifras oficiales de ICE, la administración Obama deportó a 235,413 personas en 2015. Los salvadoreños están en el tercer lugar de la lista, solo después de México y Guatemala. En total, 75,478 de los repatriados provenían del llamado Triángulo Norte de Centroamérica.


Esta nota acompaña el especial fotográfico de Salvador Meléndez, quien retrató a los deportados de todos los días, a los que regresan con lo puesto a El Salvador, los que no logran colarse entre los indocumentados que pasan la frontera y se instalan en “el norte”. Hace poco, una madre centroamericana le dijo a una cadena televisiva latina de los Estados Unidos que los peligros que sus hijos enfrentaron en su camino hacia el norte, por muchos que fuesen, no se comparaban a los que enfrentaban a diario en su país de origen. Los indocumentados, como esos niños, el menor de Owing Mills, Maryland, o los deportados que regresan a El Salvador, Guatemala u Honduras, no paran de agarrar rumbo al norte. A pesar de todo. Por ahora, según cálculos del Instituto de Políticas Migratorias de Washington, hay 460,000 salvadoreños indocumentados en Estados Unidos. Y contando…


 

Aquí el detalle de todas las imágenes:

Foto 1

Jacobo Moreira López, el hombre de la camisa, abraza por fin a su sobrino, después de una larga espera bajo el candente sol de Comalapa. Cuenta que el 31 de Diciembre pasado recibieron la llamada del muchacho, quien había sido detenido en Houston y que regresaría a finales de enero de 2016.

Foto 2

Cuando un deportado no tiene familiares que lo reciban en el Aeropuerto, simplemente sale caminando con la vista cabizbaja, llevando la bolsa que le entregan en la prisión federal de Estados Unidos. La vida sigue…

Foto 3

Una madre salvadoreña siempre espera a su hijo, en las buenas y en las malas. Esta mujer llevaba cinco meses sin ver a su hijo, que había sido detenido en Houston, Texas. Al fin regresó para encontrarse con sus hijos (huérfanos de madre) a quienes ella cuidaba en una humilde vivienda de Cojutepeque, Cuscatlán.

Foto 4

Llamó la atención las billeteras improvisadas que salían de los bolsillos de los recién llegados. Al consultarles, dijeron que las fabrican a partir de los envoltorios de comida que les entregan en las cárceles federales en Estados Unidos.

Foto 5

Los deportados por vía aérea llegan todos los días a El Salvador. Hay excepciones (por los días festivos en Estados Unidos) en que los vuelos chárter no llegan. Según datos oficiales de la Dirección General de Migración de El Salvador, los deportados de Enero a Agosto de 2015 viajando en avión fueron 13 mil 881 y los que llegaron por vía terrestre en el mismo período fueron 15 mil 441 salvadoreños.

Foto 6

Las condiciones de higiene de los deportados en las cárceles federales en Estados Unidos son mínimas. Ellos cuentan que la ropa que llevan puesta al ser capturados, les es entregada sin lavar al momento de salir. Al llegar al país, uno de los deportados muestra los preservativos que le han sido entregados en Migración, para ser usados en caso de emergencia.

Foto 7

Unos ojos diminutos asoman por la cerca perimetral del estacionamiento, desde donde los familiares de los deportados esperan el reencuentro.

Foto 8

Un hijo es recibido por su madre y su hermana, juntos se funden en un abrazo al tenerlo de regreso. Las lágrimas brotan a veces como las únicas testigos de lo que fue la travesía.

Foto 9

Un hombre de origen campesino se aferra a uno de los postes que sostienen el techo de los corredores del estacionamiento, empinándose y lograr ver si su nieto sale de la Oficina de Migración en el Aeropuerto Internacional.

Foto 10

Una anciana con el atuendo de ama de casa trata de alargar su visión desde el pasillo de estacionamiento del Aeropuerto. Intenta ver hasta dónde se encuentra estacionado el avión que trae dentro a los 130 deportados de ese día. Ella espera a uno de sus nietos, quien se ha criado con ella desde que sus padres también partieron para el norte.

Foto 11

Dos mujeres abrazan a su hijo recién deportado de los Estados Unidos, después de pasar dos meses en una cárcel federal por intentar pasar ilegalmente a dicho país. Estos deportados son los que nunca lograron establecerse en alguna ciudad norteamericana, porque fueron detenidos por ‘’la migra’’ en la frontera. Durante el año 2015, un aproximado de 20 mill 832 salvadoreños fueron regresados por vía aérea.

Foto 12

Un hombre con aspecto de campesino espera largas horas para finalmente ver a su hijo, quien llega deportado del país del ‘’Sueño Americano”. Las deudas contraídas para el pago del coyote suelen ser las preocupaciones de estos salvadoreños que huyen de la violencia social.

Foto 13

El primer grupo de deportados sale por la entrada del estacionamiento llevando consigo las pertenencias relegadas. Este grupo eran compuesto por originarios de varios puntos del oriente del país y ya había un transporte esperándoles con última estación en La Unión.

Foto 14

Un grupo de cinco salvadoreños camina por un estrecho pasillo que conecta a la pista de aterrizaje con la Oficina de Migración para Deportados en el Aeropuerto, donde la malla ciclón y los alambrados de seguridad no dejan pasar la impresión de que continúan presos incluso dentro de su propio país.

Foto 15

“Familia, lealtad y respeto”. Esas son algunas de las leyendas que rezan los tatuajes de Carlos Sibrian, el único de los deportados que regresaba al país esposado y custodiado por la policía. Al preguntarle el porqué, respondió que por rebeldía.

Foto 16

El perfil socio-económico de las familias que se aventuran a pasar ilegalmente a los Estados Unidos sigue siendo el mismo. Son esos salvadoreños de clase trabajadora que ya no soportan la inseguridad social.

Foto 17

La mayor parte de los 130 deportados que traía el avión del pasado 27 de enero son jóvenes entre los 20 y 30 años de edad. Dicen que la falta de trabajo no es lo que los obliga a convertirse en ‘’mojados’’, más bien es la inseguridad, ese detonante que hace que tomen la decisión de irse.

Foto 18

A pesar de las penas y frustraciones por no lograr establecerse en el país del norte, Jacobo Moreira López espera a su sobrino mientras luce una camisa con el escudo nacional de El Salvador, dando como mensaje que la patria se deja, pero no se olvida.

Foto 19

Un vuelo chárter que salió con 130 deportados permanece estacionado en la pista del Aeropuerto Internacional de El Salvador, mientras un miembro de Migración de los Estados Unidos observa desde las gradas del avión lo modesto de nuestro paisaje.

 

 

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