Embarazos en tiempos de Zika

El pasado 7 de mayo de 2015, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) declaró una alerta epidemiológica debido a la presencia del virus de Zika en América. Y no es para menos. A esta fecha se habían reportado cinco países con casos de Zika. Es por eso que el pasado 11 de enero, las autoridades de Salud de nuestro país emitieron una alerta por la asociación del virus del Zika con la enfermedad de Guillain-Barré y microcefalia en recién nacidos.


Cada día son más las personas contagiadas por el virus en nuestro país. Según estadísticas del ministerio de Salud, desde noviembre hasta la fecha, hay 3 mil 836 casos sospechosos de Zika. Por eso, ante esta alarmante cifra, es necesario crear mecanismos de defensa para combatir y prevenir la enfermedad y, por supuesto, las posibles amenazas que ésta genera al país.

Lo sorprendente de esta enfermedad es la vinculación que existe con otras. Según la OPS, existe un aumento de casos de síndrome de Guillain-Barré y de nacimiento de niños con microcefalia, ya que esta semana, científicos brasileños confirmaron que el Zika se contagia de madre a hijo a través de la placenta.

Es por eso que ayer, jueves, nuestro país emitió una alerta para evitar embarazarse en un período de dos años, por encontrar mayor presencia del virus en mujeres de 20 a 29 años. Es decir, en edad fértil.

¿Por qué llegar a estos extremos de evitar embarazos en un país con altos índice de nacimientos? ¿Por qué no se evitó la propagación de este virus antes y, por ende, la llegada de otras enfermedades? ¿Por qué coartar el sueño de muchos matrimonios de convertirse en padres? Es como decir: “queremos ser padres, pero no podemos por la alerta”. Me parece absurdo, cuando bien se pudo haber controlado la propagación de esta enfermedad antes. Y peor aún, decir que los índices de pacientes con Zika incrementarán, cuando se supone que se debe combatir esta enfermedad.

Claro, a simple vista es evidente que está bien la medida, tomando en cuenta los casos de microcefalia y otros problemas de salud en bebés cuyas madres se infectaron del virus cuando estaban embarazadas. Pero la sugerencia a evitar embarazos no es más que una triste evidencia de que nuestro país —como es costumbre— no está ni estará preparado para combatir una epidemia. Se busca la cura en lugar del combate, como de igual manera se está haciendo con las “epidemias sociales”.

Como ciudadanos debemos hacer lo que está en nuestras manos —por supuesto de manera ordenada— para privilegiar el combate a través de la eliminación de cualquier tipo de criaderos de zancudos y cubrir el cuerpo para evitar picaduras y así cerrar las puertas a estas temidas enfermedades.


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