El lujo de vivir la experiencia Fórmula 1

Vientos de octubre con aroma a primer mundo repartido en tres días que se hicieron esperar por 23 años. La Fórmula 1 entendió este pasado fin de semana que la Ciudad de México puede vestir de etiqueta y formar parte de su exclusivo circuito de temporada. Y es que el país que encapsula en su arraigo los placeres de la pobreza (y el patriotismo) pudo, por fin de nuevo, darse un baño de aristocracia con la llegada de los pilotos más talentosos del mundo en el arte de domar a los automóviles más veloces que la tecnología actual puede ofrecer en competencia regulada. Por eso, Revista Factum estuvo ahí para documentar la experiencia.

La Fórmula 1, esa disciplina que injustamente —y desde la trinchera de la ignorancia— es acusada de no cumplir con los requisitos de un deporte en fina ley; la Fórmula 1, ese derroche de glamour y fashionismo que tanto atrae incluso a cientos de miles de personas que admitimos como tortugas rodantes a los impotentes vehículos de nuestras grises vidas cotidianas; la Fórmula 1, el afán de amar a la máquina como si fuera de piel y chasis, botas y caucho, vísceras y mangueras que bombean harta ilusión por una bandera a cuadros, la fiera competencia, la tecnología apabullante y lo más valioso de todo: la temeridad de la pericia humana.

F1 foto

Imagen de los nuevos graderíos construidos en el auditorio Hermanos Rodrígue de México DF, en ocasión del regreso de la Fórmula 1 a este país. Foto de Orus Villacorta.

Sí, la Fórmula 1, esa realeza del automovilismo que acostumbramos a ver por televisión, mientras humanizamos lo que no es tan normal, las proezas de tantas leyendas inmortales como Ayrton Senna, Juan Manuel Fangio, Michael Schumacher, Alain Prost, Niki Lauda, Nelson Piquet, Emerson Fittipaldi y Jackie Stewart, entre muchísimos más.

Hoy las gracias de otros grandes pilotos, como los más veteranos o laureados Lewis Hamilton, Nico Rosberg, Sebastian Vettel, Kimi Raikkonen, Fernando Alonso y Felipe Massa, mientras resisten el acoso de la sangre joven de temerarios emergentes como Daniil Kvyat, Max Verstappen, Daniel Ricciardo, Carlos Sainz y Sergio “Checo” Pérez.

Siendo así, el espectáculo es innegable.

Después de haber circulado entre tanta gente (134 mil 845 personas el domingo; 110 mil, el sábado; y casi 90 mil, el viernes), puedo decir que la gran mayoría de esas personas acudieron a la cita sabiendo el pedigrí de muchos de estos pilotos. No solo es el encanto que despiertan las mujeres extraterrestres y su gracia como súper modelos de pasarela. No solo es el placer petulante de codearse con las clases sociales económicamente dominantes del mundo. Es que mucha gente —muchísima, en realidad— es genuinamente fan a la competencia. Gente que ubica a la perfección a Maranello, pequeño pueblo al norte de Italia, solo porque ahí el “cavallino rampante” de Ferrari es algo vital en su existencia. Por eso es que esta gente no duda en pagar boletos que llegan a valer hasta 2  mil dólares, por el lujo de vivir la experiencia de sustentar con hechos su fanatismo.

Calentando motores

En televisión, la carrera es una experiencia plenamente dominical. Vivirlo en persona es algo distinto. Se trata de tres días de actividades programadas y que arrancan desde el viernes, a las 10 de la mañana, con la primera de dos sesiones de prácticas libres entre los 20 pilotos de la competencia, seguida por las actividades preparatorias de la Masters Historic Racing y de la Fórmula 4 Series. Superar el acceso de la Puerta 9 de la Ciudad Deportiva conducía hacia el primero de varios stands de mercadería oficial de la Fórmula 1. Ese era el primer impacto ofensivo con los precios exhorbitantes que se manejan alrededor de este deporte. Ejemplos: una chamarra oficial de una escudería como Ferrari, Mercedes o McLaren llega a tener un precio de $360 dólares; una gorra oficial de las escuderías Red Bull o Toro Rosso llega a costar $120 dólares; un coche en miniatura, $90 dólares; un vaso oficial, $50 dólares, etc.

Una de las tiendas oficiales que el team Red Bull instaló en el Gran Premio de México. Foto de Orus Villacorta.

Una de las tiendas oficiales que el team Red Bull instaló en el Gran Premio de México. Foto de Orus Villacorta.

También es importante hidratarse. La cerveza tenía un precio cercano a los $5 dólares el vaso; y un shot de tequila, ron o whisky de buena calidad costaba un aproximado a los $30 dólares. En realidad, el sol lastimero obligaba a la mayoría de asistentes a preferir la “chela”. Pronto entenderíamos todos que el clima era cambiante. La lluvia se hizo presente —de forma moderada— en los primeros dos días de actividades. La escuderías tomaron nota y en las sesiones de práctica jugaron con distintos tipos de goma en los neumáticos para calibrar el castigo de lo que en consenso denominaron como “una pista resbaladiza”.

Pero era hasta que llegaba el momento de ubicarse en los asientos numerados cuando la emoción real se liberaba. Tiene mucho sentido el simple cliché de la frase “el rugir de los motores” cuando se habla de Fórmula 1. El sonido de estas máquinas—que llegan a rebasar velocidades superiores a los 360 kilómetros— es apabullante. Los motores V6 híbridos pueden alcanzar hasta 147 decibelios, es decir, rebasa en 72 decibelios el nivel de lo considerado como límite para no exponerse a pérdida auditiva.

Parte del público mexicano que llegó a apoyar a la escudería Ferrari. Foto de Orus Villacorta.

Parte del público mexicano que llegó a apoyar a la escudería Ferrari. Foto de Orus Villacorta.

Al estar ubicado en los graderíos de la recta principal del circuito, la carrera me permitió ver uno de los sectores más interesantes, ese donde los pilotos debían castigar los frenos de los autos para afrontar dos curvas consecutivas. Fueron muchos los pilotos que no pudieron controlar a sus bestias de metal. Primero fue el venezolano Pastor Maldonado, luego el finlandés Kimi Raikkonen y luego el español Carlos Sainz. Todos se barrieron en este sector de la pista y giraron en trompos que, en lugar de asustar al público, generaba aplausos o gritos de asombro.

Para el día Sábado, ya con los ajustes necesarios, pudimos ver lo que proyectaba el destino de la carrera: el dominio casi absoluto de los dos Mercedes, con Nico Rosberg (ganador de la pole position) y Lewis Hamilton (quien una semana antes, en Austin, Texas, se había coronado nuevamente como ganador del campeonato). Qually 1 y la sorpresa del desastre absoluto de los MCLaren (desastre que se confirmaría al día siguiente en la carrera). Qually 2 y el presagio de una jornada de espanto para Kimi Raikkonen (y que al día siguiente contagiaría a su compañero en Ferrari, Sebastian Vettel).

Las gradas vibraban con cada vuelta del consentido de casa: el mexicano “Checo” Pérez, de la escudería Force India, que terminaría colocándose noveno en la parrilla de salida, una posición que ya proyectaba de acuerdo a su rendimiento a lo largo del campeonato.

La carrera

El domingo 1 de noviembre, día de la carrera, México preparó sus mejores trajes para lucir su capacidad organizativa en eventos de esta magnitud. 110 mil personas en el auditorio, pero muchas más apostadas en distintos puntos de la ciudad, como el Paseo de la Reforma, donde el gobierno del Distrito Federal colocó distintas pantallas gigantes para que la gente que no pudo pagar un boleto pudiera contemplar el espectáculo.

Mientras tanto, en Ciudad Deportiva, los organizadores había preparado hasta un desfile aéreo que terminó por pintar el cielo de verde, blanco y rojo. Cuando arrancó el desfile de pilotos, la presentación de la parrilla de salida y la apertura del Pit Lane, la concurrencia entendió que todo el esfuerzo y el dinero invertido había valido la pena con tal de contemplar ahí, de cerca, esos momentos.

Puntual, a la 1:00 de la tarde, Nico Rosberg encabezó el pelotón de pilotos y ya no perdería el control de una jornada que dominó de viernes a domingo. Lewis Hamilton lo escoltó en largos períodos de la carrera, mientras de apoco se desmoronaban sus principales competidores, los Ferraris.

Entre los aspirantes, el desmoronamiento de Kimi Raikkonen es lamentable. Otrora campeón del mundo, el finlandés no encuentra el camino en la temporada actual. Esta vez intentó una maniobra arriesgada, buscando un rebase complicado en una curva a izquierda. Su compatriota, Valtteri Bottas, defendió la posición y el Ferrari terminó con la suspensión rota y dando avisos de la jornada gris para el orgullo de Maranello, porque Vettel incluso inició peor. Apenas en la segunda curva, después de la largada, el alemán chocó su eje neumático delantero izquierdo con el auto de Ricciardo. Aquello le obligó a ir temprano a los pits, donde perdió demasiado tiempo. Intentó la remontada desde el último lugar, pero terminaría abandonando en la vuelta 50. Los dos Ferraris estaban fuera.

La falta de competencia para los Mercedes hizo que la atención se centrara en las restantes ocho posiciones que otorgan puntos. Es importante mencionar que los dos Red Bulls (Kvyat y Ricciardo) se mantuvieron en frenético duelo con el Williams de Bottas, mientras que en posiciones más rezagadas, Checo le terminaría robando una posición al holandés Verstappen, quiene es uno de los mayores atractivos de la Fórmula 1. Se trata del piloto más joven en haber debutado en Fórmula 1, que incluso sorprendió en México la haber logrado el mejor tiempo en la primera de las pruebas libres. Avanzada la carrera, Verstappen se descuido en la zona del Foro Sol (donde más público se concentraba) y permitió que la multitud enloqueciera al ver como “Checo” le rebasaba para robarle el octavo lugar.

La carrera finalizó con saldo blanco en el plano organizativo, con algunas curiosidades, como la presencia del expresidente de la república mexicana, Felipe Calderón (y su esposa, Margarita Zavala), quien recibió insultos como gritos de apoyo y la petición de que posara para las respectivas fotografías.

La Fórmula 1 volverá el próximo año. El contrato firmado indica que habrá por lo menos cinco carreras. Por lo visto en la primera de ellas, por el tremendo éxito a nivel económico, todo indica a que la competencia automovilística más importante del mundo se instalará en México por un largo período.

Resultados del Gran Premio de México

posiciones

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