Fútbol y corrupción, mezcla familiar para un alto porcentaje de salvadoreños cuyas pasiones balompédicas llegan a izar la bandera de sus identidades, convicciones y hasta de sus ideologías.
No hace mucho cada una de estas facetas se vio embaucada por el caso de los amaños en la Selección Nacional o en algunos clubes del fútbol de primera división. La corrupción en el deporte más popular del país ya no es cosa de fantasía o de teorías de conspiración para escépticos. La hemos vivido. La hemos sufrido. Pero hasta el momento, lo que hemos visto –sobre todo a nivel regional– es un reparto de castigos para los futbolistas a los que se les comprobó el arreglo de partidos. En muy pocas veces hemos visto que la garduña abarcara también a los encorbatados, a los de frac, gala y etiqueta. Pero desde el pasado miércoles pareciera que –parafraseando a la sentencia profética de Game of Thrones– por fin “Winter is coming” también para los intocables de la Federación más intocable del mundo.
LA FIFA posee más países afiliados (209) que las Naciones Unidas (193) y, por ende, su fútbol –el federado y que se ciñe a sus reglas– cuenta con más devotos a su religión que países en los que domina el cristianismo.
Esa adopción casi incuestionable de súbditos es la que permitió que por décadas la corrupción acampara en las élites de poder sin ser investigada con transparencia. Las lecturas que se han tomado del caso apuntan a preguntas que aún no encuentran respuestas pero que, a partir del “sopechosismo”, parecen condenar a los que aún no se les vence en juicio. Por ejemplo, si conectamos algunas preguntas: ¿porqué la CONCACAF pareciera terreno fértil para la corrupción y, pese a esa impresión, esta confederación sostuvo (en su gran mayoría) el apoyo para la reelección de Blatter? ¿Porqué Estados Unidos –país desde el que inició la investigación de los federativos salpicados con posible corrupción– es el disidente de la región? Rusia, país que bajo el mandato de Blatter ganó el derecho a organizar la próxima Copa del Mundo, acusa a Estados Unidos de rebasar ilegalmente los límites fronterizos de la ley en el caso dirigido por el FBI. Vladímir Putin incluso comparó la situación con los casos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, o del ex-espía Edward Snowden. ¿Porqué este caso se destapó a dos días de una nueva elección de la presidencia de la FIFA? ¿Porqué Justino Compeán renunció con anticipación a su cargo como Presidente de la Federación Mexicana de Fútbol y ahora ha sido nombrado por la misma CONCACAF como parte de un un comité especial que estará a cargo de, supuestamente, volver más transparentes las operaciones comerciales de la confederación?
Sepp Blatter ya fue elegido para cuatro años más al frente de la FIFA. En su discurso de aceptación del cargo mencionó la siguiente frase emblemática:
“Voy a comandar este barco que es la FIFA y lo voy llevar de vuelta a la superficie”.
El asunto en cuestión es cómo pilotear esta embarcación (¿narcolancha?) cuando la lupa del FBI está abiertamente investigando tus operaciones del pasado y las que hagás de ahora en adelante.
Este será el período más complicado que Blatter comandará. Ya no cuenta con el beneficio de la duda de los aficionados y sin duda la ha perdido de parte de aliados poderosos (principalmente en la UEFA). Más allá de Maradona o Romario, hay muchas ex estrellas del fútbol que han manifestado su oposición a Blatter. Uno de los más enfáticos es Gary Lineker, un referente de la selección inglesa semifinalista en 1990, y quien declaró que “la única forma en que esta organización repugnante cambiará es si las principales federaciones de fútbol se salen. Es hora de hinchar las pelotas“:
Too late, the boat has already capsized with you at the helm. https://t.co/D6vcY6vZwP
— Gary Lineker (@GaryLineker) Mayo 29, 2015
The only way this revolting organisation will change is if the major football federations walk out. It’s time to grow a pair of footballs.
— Gary Lineker (@GaryLineker) Mayo 29, 2015
Pero el mayor temor no recae en perder la confianza de aficionados o jugadores. El pánico que debería aterrorizar a la FIFA es el de perder el apoyo de los patrocinadores. Ya algunas marcas como VISA o Hyundai han advertido que evaluarán las medidas a tomar si la FIFA no corrige sus procesos de transparencia.
Y la cosa pinta mal, sobre todo cuando Loretta Lynch, fiscal general de los Estados Unidos, advierte que “este es solo el principio de la investigación” y sobre todo cuando el mismo Blatter vaticinara ayer, en la apertura del 65avo Congreso de la FIFA, que “vendrán otras malas noticias”.
“Los próximos meses no serán fáciles para la FIFA, pero es necesario restaurar la confianza en nuestra organización. El fútbol merece más y debemos responder”.
– Joseph Blatter, presidente de la FIFA.
El arreglo de partidos es un mal comprobado y preocupante en todo el mundo. Existen dudas alarmantes y hasta acusaciones acerca de la cuestionable limpieza con la que se decidió la asignación a Sudáfrica como país sede del mundial 2010 y a Qatar en el 2022 (país en el que también hay casos graves de abuso laboral que han derivado en el fallecimiento de más de 400 obreros, en su mayoría emigrantes de Nepal). También hay serias dudas con la manera en la que se decide qué compañías ganan los derechos de transmisión televisiva, una de las fuentes de dinero más importantes del negocio del fútbol.
Y cada vez hay voces más fuertes que piden lo mismo que pide Gary Lineker, que las confederaciones más poderosas (en donde el poder se mide en la cantidad de dinero que generan) se aparten de FIFA y den vida a un nuevo modelo del deporte más popular del planeta.
Blatter podrá estar satisfecho porque hoy ha ganado un quinto período consecutivo al frente de FIFA, pero hay algo innegable incluso para él mismo:
Winter is coming…
*Imagen de portada tomada de Flickr con Licencia Creative Commons.
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