Un discurso demasiado optimista

Las palabras de esta semana del presidente Sánchez Cerén estuvieron cargadas de un optismo desmedido. Una comparación con datos oficiales muestra que no todo lo dicho es preciso y, en algunos casos, ni siquiera verdadero. 

Foto FACTUM/Tomada de Casa Presidencial

El anuncio del mensaje Presidencial que se difundiría a las 8:00 p.m. del martes 6 de diciembre llamó la atención de la población desde que el secretario de comunicaciones, Eugenio Chicas, lo anunciara a través de las redes sociales. Pero la expectativa por el mensaje transmitido a través de la radio y la televisión se desinfló rápidamente.

El discurso del presidente Salvador Sánchez Cerén eludió muchos temas, dudas que quedan en la población como el futuro de la reforma fiscal, las pensiones, las metas concretas en seguridad y el calado de los programas sociales en la población.

El Casacómetro, el espacio de verificación de datos de la Revista Factum, ha tomado cinco puntos del discurso para hacer un breve análisis de su veracidad y eficiencia.

“En comparación al año pasado tendremos una reducción aproximada de mil 200 homicidios”.

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Sí, hay una reducción próxima a esa cifra. Hasta noviembre de 2016  se había cometido 4,944 homicidios, 1,127 homicidios menos respecto al mismo periodo de 2015, según las últimas estadísticas del Instituto de Medicina Legal.

Pero también es cierto que la cantidad de homicidios este año es superior a la de 2014, cuando se reportaron 3,921 homicidios. Entonces el país ya era uno de los más violentos del mundo, incluso por encima de Honduras.

Y es que con un promedio superior a los 400 homicidios al mes, lo más probable es que este año termine cerrando con más de 5,000 muertes y colocándose en el segundo periodo más violento para el país desde 2009; de hecho, solo con los homicidios registrados hasta octubre ya lo ha logrado.

Es decir: el presidente se congratula porque El Salvador, en 2016, no será extremadamente violento sino solamente muy muy violento.

“Impulsamos programas de prevención en las comunidades, y la  promoción de la cultura como generadora de valores de convivencia y de paz”.

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Será por la búsqueda de la “paz y convivencia”, pero lo cierto es que El Salvador sigue sin tener un Ministerio de Cultura, tal como había contemplado Salvador Sánchez Cerén en sus promesas de campaña. La gestión del rubro continuará por tanto bajo la coordinación de la Secretaría de Cultura, instancia adscrita a la Presidencia de la República, a pesar de la aprobación de la Ley de Cultura en agosto pasado, la misma que dejó por fuera la posibilidad de contar con un nuevo ente rector.

La noticia fue mal recibida por el gremio artístico y cultural. El documento aprobado eliminó además las propuestas para ampliar la educación artística de nivel básico hasta bachillerato, mejorar la formación de los docentes e incluir al gremio artístico dentro del sistema previsional.

“Tuvimos un crecimiento económico de 2.5 por ciento, el más alto en los últimos 16 años”.

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La aseveración del presidente estaría basada en las proyecciones del segundo trimestre del año emitidas por el Banco Central de Reserva (BCR), que indicaban un 2.5 % de crecimiento; sin embargo, el año no ha cerrado aún para tener el valor final. Además el histórico registrado por el BCR desmiente que el crecimiento señalado por Sánchez Cerén haya sido el más alto desde el año 2000.

Entre 2005 y 2007, justo antes de la crisis financiera de 2008, El Salvador vivió los años de mayor crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en ese periodo, pasando de 3.5 % (2005), al más alto de 3.91 % (2006) y el 3.84 % (2007). Mientras que el más bajo fue 2009, con un crecimiento negativo del 3.1%. Por tanto, entre 2000 y 2015, el año de mayor crecimiento económico fue 2006, superando la previsión para el presente año.

“La intervención inmediata de Cancillería contribuyó a detener las deportaciones masivas de nuestros hermanos y hermanas en el exterior. Seguiremos trabajando por el respeto de sus derechos”.

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Las redadas contra familias de migrantes en Estados Unidos, que fueron reportadas a inicios de año, se centraron exclusivamente en aquellas personas que ya tenían órdenes de deportación por ingresar irregularmente al país partir de 2014. Cancillería tomó acciones para orientar e informar a la población, así como supervisar los procesos.

Sin embargo, las deportaciones no se han reducido este año. Para el periodo del 1 de enero al 30 de noviembre,  las deportaciones de menores de edad aumentaron un 23.5% respecto a 2015; la mayoría provenientes de México (8,012 casos ) y Estados Unidos (257 casos).

Y la deportacones de adultos también crecieron, aunque levemente pasando de las 48,462 registradas en 2015 a las 48,616 del presente año, un alza del 0.31%. El mayor aumento fue registrado en los repatriados desde Estados Unidos, con un 8.5 % más de casos.

“A inicios de este año, realicé un giro importante en materia de seguridad para garantizar la implementación y efectividad del Plan El Salvador Seguro. Los resultados son alentadores”.

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El Plan El Salvador Seguro tiene aún muchas deudas con las víctimas de la violencia, pues uno de los cinco ejes de dicho plan se dedica exclusivamente a ese objetivo. No existe aún una ley especial para su atención y reparación, ni un sistema nacional de registro de las personas desaparecidas para mejorar su búsqueda.

Además el Estado no ha reconocido el desplazamiento forzado de las comunidades amenazadas por las pandillas y el crimen organizado, sino que el gobierno se refiere a la aprobación de un nuevo delito en el Código Penal: la limitación de libertad de circulación, que se atribuye a quienes amenazan u obligan a las personas a abandonar sus hogares. El registro unificado de casos y el diseño de un mecanismo de respuesta para las víctimas de desplazamiento, que forma parte los objetivos del plan El Salvador Seguro, es otra de las deudas.

Según la estadística de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), una de las pocas instituciones que reconoce esta problemática, desde enero de 2014 a marzo de 2016 se registraron 427 víctimas de desplazamiento forzado en todo el país. Sin embargo, aún se debe avanzar mucho en el registro, reconoció  la PDDH.

Organismos internaciones como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) han señalado desde 2012 la necesidad de reconocer esta problemática por parte de los países del Triángulo Norte para garantizar la protección de las víctimas. 

*El Casacómetro explica: el número de casetes indica qué tan falaz es un argumento; entre más casetes más falso será el enunciado.

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