¡Que De los Cobos siga de vacaciones!

Con estupor observé durante esta semana cómo algunos medios de información de nuestro país anunciaban con pitos y tambores entrevistas con Carlos de los Cobos.


El mexicano sigue teniendo buena prensa en este país; prensa que se hace “la del ojo pacho”; prensa que, como la mayoría de salvadoreños, tiene mente corta. Cortísima. Es más, creo que no tiene mente. Tanto así que en esas entrevistas obviaron preguntarle al azteca, entre otras cosas, sobre el penoso episodio vivido en 2009. Tanto así que los productos periodísticos que observamos más bien lucían como publirreportajes a favor del entrenador norteamericano.

De los Cobos, damas y caballeros, reconoció abiertamente que dio la orden para que sus pupilos se tiraran en un partido para evitar una goleada en un juego oficial. Fue ante los ticos, en la Copa UNCAF de 2009 disputada en suelo hondureño, cuando el entonces técnico de la Azul pidió a sus jugadores fingir lesiones para que el árbitro panameño Roberto Moreno suspendiera el encuentro y evitar así una catástrofe deportiva. La ética, el juego limpio, el pundonor, el respeto, la honestidad, todo se quedó en el camerino. Lo podrido, lo inmundo, lo amañado, lo arreglado, todo eso quedó tendido en la cancha.

El mexicano lo dijo en 2014, durante la Copa del Mundo de Brasil, mientras trabajaba como analista radial:

“El árbitro groseramente estaba perjudicando a nuestra selección. Hay cosas que son obvias, no se pueden ocultar. Yo di la orden. Nadie se metió. Culparon a Jaime (Rodríguez), culparon a Rodrigo (Calvo), culparon a ´Mandingo´ (Rivas). Si nos querían perjudicar, yo los iba a perjudicar. Yo di la orden, lo hice consciente. Quería cuidar a la selección”

Así le confesó De los Cobos a El Diario de Hoy.

Y el mexicano lo reconoció cuando ya prácticamente el proceso estaba cerrado. Lo reconoció luego de que el ya fallecido doctor José María Rivas pagara un año de suspensión luego de haber servido como chivo expiatorio. Lo reconoció y ya. Nadie movió un dedo más por ese tema. ¿UNCAF? ¿CONCACAF? ¿FIFA? ¿FESFUT? Ja Ja y más Ja. Mente corta. Cortísima. Inexistente.

Por si fuera poco, De los Cobos, señores y señoras, fue uno de los técnicos que más trabajó con la generación señalada por amaños. Esa que disputó la eliminatoria a Sudáfrica 2010 —y luego a Brasil 2014—. Esa que dejó a 14 futbolistas sancionados de por vida y a otros tantos castigados por períodos que iban desde los seis meses hasta los cinco años alejados de cualquier competición oficial avalada por FIFA. Y el mexicano, curiosamente, no sabía nada del tema. Nunca se dio cuenta de nada. Nunca vio indicios. Confiaba ciegamente en sus pupilos. Yo, amigos y amigas, no me lo creo.

Pero muchos entrevistaron a De los Cobos en estos últimos días y no le preguntaron sobre estos dos espinosos temas. Los colegas se convirtieron en aficionados y, embobados, se comieron el cuento de las vacaciones del mexicano. Dejaron en el tintero aquella premisa que el entrevistador tiene que ser incisivo e incomodar al entrevistado. Las porras, colegas, hay que dejárselas a los aficionados…

Por cierto: a pesar de contar con casi todas las condiciones, con todo el tiempo de trabajo y hasta con premios presidenciales por goles anotados, con De los Cobos a México le ganamos, pero al mundial no clasificamos.

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