La noche del miércoles pasado, los Astros de Houston ganaron la Serie Mundial por primera vez en su historia. Lo hicieron entre actos de euforia, tragedia, polémica, mística y redención. Los siete juegos que los actuales reyes del béisbol ofrecieron contra los Dodgers de Los Angeles pasarán a la historia como una de las Series Mundiales más emocionantes que se han vivido en tiempos modernos.
ACTO I: LA EUFORIA
El portorriqueño Carlos Correa humanizó la Serie Mundial de béisbol 2017 cuando, al final del séptimo juego, tras ser campeón con los Astros de Houston, cerró su entrevista televisiva con la cadena FOX sacando del bolsillo trasero de su pantalón un anillo de compromiso y, al aire, propuso matrimonio a su novia, Daniela Rodríguez. El video se viralizó de inmediato. El joven campeón y su prometida dieron lo que adoran las redes sociales: estímulos inesperados que rompan el protocolo.
La escena personifica a Correa, un “milenial” de 23 años, edad temprana para un pelotero extraordinario con tres temporadas en Grandes Ligas y un promedio de .315 en 2017. En vez de expresar un enfoque obsesivo en el histórico juego 7 de la Serie Mundial sobre el césped sagrado del estadio de los Dodgers, en lugar de subrayar números en una era dominada por el análisis de datos, avisó a sus compañeros y entrenadores que se comprometería una vez ganaran.
El contraste fue su compañero y compatriota, Carlos Beltrán, quien debutó en las Mayores cuando Correa tenía 4 años. “Sólo me tomó 20 años para ganar la Serie Mundial”, ironizó Beltrán, acaso el más calmado de todos los Astros en medio del festejo. Tuvo apenas 3 turnos al bate en la Serie Mundial y no pegó ni un imparable, pero sus compañeros lo nombraron como una de las piezas clave del triunfo por su rol de guía, asesor y líder de vestuario. La felicidad de Beltrán no se viralizó por alardes, sino por la expresión de un veterano en paz consigo mismo.
ACTO II: LA POLÉMICA
La figura trágica de la Serie fue el japonés-iraní Yu Darvish, lanzador adquirido a media temporada por los Dodgers, asignado al juego 7. No duró ni dos entradas, colapsó contra los Astros y su promedio en la Serie fue de un escandaloso 21.60.
En el juego 3, Darvish había protagonizado la polémica del campeonato. El cubano Yuli Gurriel le pegó un jonrón en el segundo inning, y mientras lo comentaba con un compañero, se refirió a Darvish como “el chinito” y se estiró los ojos con sus dedos mimificando rasgos asiáticos. Gurriel se disculpó y Darvish le restó importancia, pero las Grandes Ligas suspendieron al cubano de los primeros 5 juegos de la próxima temporada.
Dylan Hernández, un columnista salvadoreño-japonés del diario Los Angeles Times, explicó por qué la controversia de Gurriel rayó la desproporción. Hernández relató cómo él, miembro de la comunidad japonesa de Los Ángeles, es apodado “el chino” por su familia latina sin la menor malicia. “Es un error evaluar un tema racial desde la perspectiva americana en el contexto de otras culturas”, concluyó.
En el juego 7, Gurriel se sacó el casco frente a Darvish cuando llegó a la caja de bateo. Un gesto noble, pero ni eso consoló al japonés, que permitió 5 carreras y cargará la cruz de haber perdido el campeonato.
ACTO III: LA MÍSTICA

Esta es la portada de la revista Sports Illustrated que pronosticó (con tres años de anticipación) que los Astros de Houston serían campeones de la Serie Mundial en 2017.
La revista Sports Illustrated tiende a pronosticar en su portada quién será el campeón de la Serie Mundial incluso antes de que inicie la temporada. En 2015, Sports Illustrated predijo que los Indios de Cleveland ganarían. Los campeones fueron los Reales de Kansas City. En 2016, predijeron que festejarían los Astros. Triunfaron los Cachorros.
Por eso, cuando en el año 2014 Sports Illustrated sacó en su portada la predicción que Houston ganaría la Serie de 2017, con 3 años de anticipación, pocos lo tomaron en serio. Sí, contaba con un buen plantel y bateadores poderosos como el venezolano José Altuve (campeón de bateo en 2014, 2016 y 2017), Correa y George Springer, pero la revista se había ganado la reputación de dar mala suerte.
Hoy, con el resultado escrito, la mística de estos Astros queda ligada a aquella revista de 2014, y sobre todo al jugador que apareció en la foto de portada: Springer, un jardinero de abuelo panameño que igualó la marca histórica de cinco jonrones en una Serie Mundial y ganó el trofeo de Jugador Más Valioso.
En la mañana siguiente al juego 7, las copias de aquella revista de 2014 se venden por ebay a $280 dólares.
ACTO IV: LA REDENCIÓN
En los últimos 25 años, solo dos lanzadores han ganado el premio al Jugador Más Valioso de una temporada en Grandes Ligas, Justin Verlander (en 2011), de los Astros, y Clayton Kershaw (en 2014), de los Dodgers. Ninguno de los dos, con credenciales para el Salón de la Fama, llegaron a la Serie Mundial 2017 con anillo de campeón.
En la Serie, ambos rindieron por debajo de los esperado. Kershaw se impuso en el primer juego, pero permitió una remontada decisiva en el quinto. Verlander sigue sin ganar un solo partido en Series Mundiales (perdió dos con Detroit), pero será el único de este par que suma un título.
Aparte de Verlander, la gran redención en el seno de los Astros fue la del bateador designado Evan Gattis, llamado “el Oso Blanco”. Gattis fue un prodigio del béisbol, pero vivió una juventud tormentosa. Llegó a las Mayores a los 24 años tras haber sido vagabundo y luego de superar años de alcoholismo, drogadicción, depresión y ansiedad. Hoy es campeón mundial de béisbol.
ACTO V: LA TRAGEDIA
Tras el triunfo en el juego 7, los campeones Astros dedicaron palabras incontables a la ciudad de Houston, devastada por el huracán Harvey hace apenas 3 meses. La Serie fue la plataforma para recordar a los más de 30 mil desplazados que no recordarán 2017 con alegría. “Como equipo nos propusimos a animarlos, a ayudarlos a escapar de lo que sucedía”, dijo el infielder Alex Bregman.
La palabra clave de Bregman fue “escapar”. El deporte sigue funcionando como el gran escenario para sublimar emociones. No escapar de forma literal, sino recrear metáforas sobre cómo el destino puede torcerse y escalar desde el fondo a la cima, como el ejemplo de Gattis.
En el juego 2 de esta Serie Mundial, Houston llegó al octavo inning perdiendo 3-1, y enfrentó a un cuerpo de relevistas de los Dodgers que no habían permitido carreras en toda la postemporada y sumaba casi 100 triunfos al hilo en ese mismo contexto. Pero los Astros rompieron pronósticos marcando seis carreras más para imponerse 7-6 . En el juego 5, los Dodgers tuvieron ventaja de 4-0 y 7-4 mientras lanzaba Kershaw. Houston de nuevo superó la adversidad y se impuso 13-12.
No. La tragedia de Houston en 2017 no inspiró a los Astros a ganar la Serie Mundial. Fue una vez que la ganaron que se reconstruyó la historia para pronunciar su sentido heroico. Pero esa inspiración sirve. Y Houston tiene ahora una parábola propia de ánimo, tenacidad y superación.
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