La marca del “Mandingo”

El doctor José María Rivas (1958-2016), alumno formal en la clase ’82 de la selección de El Salvador, fallecido este sábado 9 de enero, sabía hallar ese esquivo equilibrio entre defender sus silencios sin renunciar al grupo. Mostraba perfil serio y responsable, en contraste a la guasa fácil de los vestuarios futboleros, pero tragaba de buena gana una broma, como cuando sus compañeros de juventud lo apodaron “Mandingo”, o cuando lo llamaban con ese sobrenombre por los altavoces de los hospitales, ya como médico. Para sus amigos, era tan fuerte como Ken Norton, aquel boxeador de peso completo y también actor que encarnó a un personaje llamado “Mandingo”.


Eran los 70, cuando Rivas, un precoz técnico en mecánica automotriz, exprimía su juventud en prácticas de madrugada y tarde, apretadas entre materias y exámenes de medicina y una hora extra de natación, mientras los fines de semana sobrevivía a patadas de defensores en canchas áridas para anotar goles y goles como delantero del Independiente de San Vicente.

Su fortaleza también era mental. “Macora” Castillo, legendario defensa de liga mayor y compañero del “Mandingo” en la selección ’82, cita cómo huía de sus provocaciones verbales en el área. “Cuando yo tenía a los delanteros cerca, me gustaba ‘chicotearlos’, sacarlos de quicio, que los expulsaran”, cuenta “Macora”. “Pero nunca pude con Chema. Nunca caía en la trampa, nunca peleaba. Era noble. No hacía chistes, pero se reía de los que decíamos.”

“Los futbolistas de esa época eran bromistas, pero con él tenían cuidado. Lo respetaban”, recuerda el doctor Mario García Aldana, médico de la selección en 1981 quien además atendió a Rivas en sus últimos días, cuando cayó víctima de un tumor en los huesos llamado mieloma múltiple. “(En la selección) peleaba el puesto con Jorge (González), pero era fuerte, tenía estampa, y acabaron jugando juntos.”

Fue una jugada del “Mágico” la gestora de uno de sus goles insignia: ante Honduras en 1985, acaso su mejor año en las canchas, por eliminatorias. De marco, el Cuscatlán sobrevendido, a un pelo de la tragedia por un fuerte temblor en San Salvador, evitado porque la gente guardó calma.

Aquel año ganó además su único título de liga, con el Atlético Marte, pero se perdió esa ingrata serie ante Honduras y no cumplió el sueño de volver a un Mundial, donde en 1982 se quedó con demasiados gritos ahogados en la garganta. “Cuando Jorge se fue a España, él quedó como el mejor delantero del país”, reflexiona Quino Valencia, quien coincidió con “el Mandingo” en el Independiente. “Dominaba todo el frente de ataque, le pegaba con ambas piernas. Se transformó en un delantero completo.”

En 1988, Rivas se graduó de médico tras 10 años de estudios entre las huelgas interminables de la Universidad de El Salvador. Ejerció en hospitales, tuvo una clínica, trabajó como médico de selecciones nacionales de fútbol y por años atendió, sin cobrar, a atletas de otras disciplinas en el estadio “Mágico” González. “Cuando me retiré del fútbol, si no hubiera estudiado medicina —le confesó Rivas al periodista Héctor González—, quizá me hubiera hecho guerrillero”.

Tres mundialistas: Norberto Huezo, "Chelona" Rodríguez y "Mandingo" Rivas. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Tres mundialistas: Norberto Huezo, “Chelona” Rodríguez y “Mandingo” Rivas. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Seleccionados celebran un gol más del "Mandingo" Rivas. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Seleccionados celebran un gol más del “Mandingo” Rivas. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Selección salvadoreña que participó en el mundial de España 1982. "Mandingo" Rivas fue parte de aquel equipo. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Selección salvadoreña que participó en el mundial de España 1982. “Mandingo” Rivas fue parte de aquel equipo. Foto cortesía del archivo de Jaime Rodríguez.

Tres estampas de la historia de José María "Mandingo" Rivas.

Tres estampas de la historia de José María “Mandingo” Rivas.

Hace siete años, como médico de la selección, sufrió una suspensión por haber diagnosticado lesiones inexistentes a jugadores durante un infame partido ante Costa Rica. La orden que se fingieran lesiones, confesó “el Mandingo” tiempo después, fue del entrenador Carlos de los Cobos, pero el médico guardó silencio durante el proceso de investigación. Asumió la culpa y la sanción, y la selección fue eliminada de la Copa UNCAF de 2009.

Quino Valencia cuenta la reflexión que le dejó Rivas sobre el caso: “Yo le reproché al ‘Negro’ que no dijera la verdad. Que asumiera la culpa cuando otros dieron la orden que los jugadores se tiraran. Él me dijo: «Lo hice para que nadie más saliera perjudicado»”.

“El Mandingo” Rivas, defendiendo sus silencios, como siempre hizo, sin renunciar al grupo.

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