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“La posibilidad de vida de una mujer trans son 35 años… yo llevo dos de ganancia”

Mónica Linares es una mujer trans desde los 14 años: desde esa edad ya se vestía y se comportaba de forma femenina. Fundadora de la Asociación Salvadoreña para Impulsar el Desarrollo Humano (ASPIDH), tiene 37 años, es cristiana y se considera una adicta al trabajo. Según el recuento de diversas organizaciones salvadoreñas que trabajan por los derechos de las personas LGTBI, desde 1996 se registran más de 600 homicidios contra integrantes de esta comunidad.  

Fotos FACTUM/Salvador Meléndez

¿Cómo afecta el contexto especial de la violencia actual a la población LGTBI y a las personas trans?

La violencia en El Salvador es general. Si usted le pregunta al gobierno o al Estado dicen que no es una violencia específica por población, pero obviamente ese es el discurso de ellos a nivel internacional. Ellos (el gobierno) dicen que existe el decreto 56 que garantiza la seguridad para las personas LGTBI, lo cual es totalmente falso porque no tiene una herramienta legal para sancionar a nadie; es una recomendación, no una ley, una recomendación que hace al Ejecutivo, no a las empresas privadas. Y el Ejecutivo sabe que si lo hace o no lo hace bien no le lleva tampoco a ninguna sanción. Esto a lo que nos lleva es, por toda la presión desde las organizaciones LGTBI, a que se hicieran reformas al Código Penal para que ahora sean penalizados hasta 50 años por homicidio con lujo de barbarie o, se puede llamar, homicidio por odio (…) Hasta el día de hoy no ha habido ninguna detención de alguna persona que haya cometido asesinatos contra personas LGTBI; no obstante, nosotras, como organizaciones, hemos registrado más de 600 asesinatos hasta el 2015, y lo que va de 2016 serán 30 y algo.

¿Cómo llevan ese registro?

Es lo que nosotras registramos de las personas que conocemos. Yo me entero y voy a buscar el recorte de periódico, porque si es trans cuando mucho van a decir: “ah, murió un hombre vestido de mujer”, como una nota amarillista. Pero no entra como en la categoría de población LGTBI para la morgue o para la policía o para quien sea. Las muertes son hombre o mujer; todo lo miden en base a los genitales. Pero en todo caso no se va a registrar jamás la orientación sexual o la identidad de una persona que ha sido asesinada. En todo caso es una nota amarillista si es una trans. Pero si es un hombre bisexual, homosexual o una mujer lesbiana, que las mujeres lesbianas no necesariamente tienen que parecer hombres, las muertes no son registradas, aunque nosotros sí sabemos que son de nuestra comunidad. Obviamente no les interesa.

De hecho por 2009 se elevaron un poco los asesinatos, cuando aparecieron los cuerpos de Catheryn y Tania en la Jerusalén (zona del bulevar). Nosotras hicimos una conferencia en ese entonces; le preguntamos al fiscal (general) en ese entonces y nos dijo: “ah, ni siquiera sabía que había muertes LGTBI”. Cuando estaba el fiscal anterior, Luis Martínez, le dijo a alguien de la Secretaría (de Inclusión Social) que llamó para información de los asesinatos LGBTI que a él no le interesaba que siguieran matando maricones.

Entrevista a Mónica, un hombre transgenero encargada de la Dirección de una ONG que lucha por la igualdad y reconocimiento del los transexuales. Foto FACTUM/Salvador MELENDEZ

Entrevista a Mónica Linares, encargada de la dirección de una ong que lucha por la igualdad y reconocimiento del las personas trans.
Foto FACTUM/Salvador Meléndez.

Pero con el fiscal actual sí se han reunido…

Con el fiscal actual nos hemos reunido; dijo que él estaba en toda la disposición de colaborar, de investigar, pero obviamente con todo lo que está pasando… Ahora lo más importante es descubrir a los políticos corruptos, o no sé si habrá algún grupo chiquito de investigadores que esté enfocado en averiguar las muertes LGTBI, que no lo creo. La cuestión es que siguen pasando los asesinatos y esto obliga a las poblaciones LGTBI a migrar del país; obviamente ninguna se va con coyote, porque realmente no tienen dinero para pagarlo. Las que han logrado de alguna manera tener visa se han quedado (en Estados Unidos): creo que la situación es más forzada que para ir a buscar un sueño americano. La mayoría se va para allá pensando que va a estar mejor que acá, y en cuestión de derechos es diferente: si te discriminan podés demandar y algo pasa. Aquí no, aquí te matan, se denuncia y nada.

El Estado internacionalmente dice que aquí tenemos herramientas: la reforma al Código Penal, un decreto ejecutivo, lineamientos LGBTI en Salud, un acuerdo ministerial 202; todo está bien para la población LGTBI , todo está bien según el Estado, pero obviamente en la realidad no es así. Incluso tenemos una línea confidencial, el 131, para dar atención a las poblaciones LGBTI o a las personas que quieran asesoría sobre diversidad sexual, pero que tampoco es la gran cosa.

¿Hay un desencanto en general de la población hacia las políticas de estos dos últimos  gobiernos?

Bueno, que este gobierno medio vino a hacer algo, no sé si por la apertura de la que fue primera dama (Vanda Pignato), porque ella como es de otro país tiene otra mentalidad. Pero nunca nos habían recibido en Casa Presidencial para platicar de cuáles son las necesidades, hasta 2009.  Y no fue con el presidente, fue con la Primera Dama, que con ella seguimos teniendo buenas relaciones. Con el presidente actual ni siquiera lo hemos visto…

 ¿Y usted por qué sigue en El Salvador?

Porque yo ni loca me voy, y eso tiene mucho que ver con mi vida personal. Yo soy de un pueblo y a mí me criaron a punta de leño, lo cual agradezco a mis papás porque yo creo que eso es lo que me enseñó a ser trabajadora y una persona como muy seria, leal y arraigada a la familia… si nos llevamos bien o no… pero yo soy muy familiar. Viven conmigo mi mamá y mis dos hermanos, que son para mí mis niños, mi adoración, uno de 22 y otro de 20, que es no vidente. Si yo tuviese la oportunidad u obligación de irme del país, tendrían que irse ellos primero, si no yo no me voy. Y sí he estado amenazada, de hecho este año puse una denuncia porque me robaron un apartamento que yo tenía y me dijeron que si denunciaba me iban a matar, que ellos sabían todo, entonces no me quedó nada más que perder el inmueble.

Pero no me voy. Soy mucho de ir a la iglesia y si a mí Dios me puso en El Salvador, me quedo.  Lo que pueda hacer allá, lo puedo hacer acá. La posibilidad de vida de una mujer trans es hasta los 35 años (según un informe de la OEA a partir de los registros de diversas organizaciones de América Latina), por lo menos ahí voy de ganancia, dos años de ganancia. Es la realidad porque mujeres trans de la tercera edad encuentra cinco, y son ya muchísimas. Y la mayoría de jovencitas no tuvieron acceso a la educación, por ende no llegaron a tener un buen currículum para acceder  a un empleo digno y obviamente terminan en el trabajo sexual que las lleva a las drogas, el alcohol entre otras cosas… o terminan siendo asesinadas.

¿Cree que por ser personas LGTBI son blanco de algún grupo criminal en concreto?

En todo el mundo, LGTBI o heterosexuales, hay personas buenas y personas malas. A mí no me gusta ponernos como víctimas entre la gente. Habemos trans que somos cuchilleras y otras que somos tranquilas; igual los heterosexuales. Hay población en general que odia a los LGTBI y otros no, pues. Es una cosa nivelada. No creo que exista una mafia que quiere acabar con la población LGTBI, que sí son unas cosas como bien sacadas de manga las que hacen, sí puede ser. Lo que pasa que una así no puede decir porque le dicen “¿entonces, no defendés (a las poblaciones LGBTI)?”. Claro que defiendo, pero matar por matar no sé. Tal vez la mataron por equivocación, porque pasaron por donde no debía pasar, por la renta.

¿La comunidad trans está unida ante la propuesta de la Ley de Identidad de Género?

Sí, y nosotras somos las impulsoras. Lo que pasa que esto a veces la gente lo entiende mal, como que son derechos especiales y no lo son, sino que se nos han negado por años. A mí el nombre me da igual, porque yo sé que tengo que ir al banco y ahí yo ya sensibilicé a la gente y les digo que mi nombre es Mónica y no concuerda con el nombre de mi documento y no tienen problema en llamarme Mónica. Cuando vos sensibilizás a la gente es diferente el trato que tienen hacia una.

Yo fui muy violenta, y creo que es la generalidad de todas las poblaciones trans porque estás tan acostumbrada a que todo el mundo te discrimina, que el único arma de defensa que tenés es ggggrrr…(simula la reacción de un gato asustado). Yo le digo a la gente acá cuando dicen: “es que mirá me discriminó”, “me silbaron allá, o “que me dijeron…”. Sí, pero usted no puede obligar a la gente a que la trate bien a la primera. Entre las compañeras no todas somos femeninas, no todas somos agraciadas, a algunas posiblemente se nos nota la barba y algunas podemos pasar desapercibidas ante un grupo de hombres…y eso le pasa a cualquier mujer. Yo les digo que la mejor manera es la educación; la gente no nace aprendida.

La mayoría piensa que todas las trans son travestis, y bochincheras, cuchilleras, peleoneras, borrachas, drogadictas, ladronas. Yo les digo (a las compañeras de trabajo) que una sonrisa le puede cambiar el día y la vida a cualquiera. Yo les digo: ustedes tienen que venir y pasar sonriendo a todo el mundo. (…) Creo que eso es parte también de nosotras mismas, de hacerles ver a ellos que somos diferentes a como la mayoría piensa. Todo depende de nosotras, yo pienso que eso es lo que me ha mantenido por lo menos hasta mis 37. Porque a la otra fundadora también le tocó salir corriendo del país, está en Estados Unidos. A ella la amenazaron y le quemaron la casa, a ella y a su pareja.

Entrevista a Mónica, un hombre transgenero encargada de la Dirección de una ONG que lucha por la igualdad y reconocimiento del los transexuales. Foto FACTUM/Salvador MELENDEZ

Foto FACTUM/Salvador Meléndez

Hace poco recibieron a una adolescente trans menor de edad que vino de Guatemala y le dieron acogida en Aspidh ¿qué otra ayuda ha recibido?

Anduvimos haciendo un millón de cosas. Logramos que la metieran en un albergue; ya nos la trajeron una vez, mañana nos toca ir a visitarla otra vez… (ahí estará) hasta que cumpla la mayoría de edad. Se está resolviendo la documentación legal para darle asilo en El Salvador, porque obviamente no quiere regresar a su país, Guatemala. Pero es una niña de 14 años que está muy sufrida, ella tiene todas las manos cortadas de tantas veces que se ha tratado de matar por todo lo que le ha pasado. Ella está feliz con nosotras, como que encontró a su familia aquí, estamos todas igual, somos pares. La niña pasa todo el día con peluquita porque ella se siente una niña y les dijimos (al Isdemu) que la dejen ser, por eso pedimos que la llevaran a un lugar de mujeres.

 ¿Tienen proyectado instalar un albergue para las personas LGTBI?

Queremos hacer un albergue, pero necesitamos donaciones. Necesitamos tantas cosas para hacerlo…Tenemos tantos sueños de hacer eso…para ver por ejemplo a dónde metemos a la niña menor de edad, que la tengamos en un albergue especial que sea de población trans. O a una trans que la echaron de su casa, o que venga migrando porque las pandillas la amenazaron y ya no puede regresar, por un montón de cosas. Pero tampoco es tan sencillo.