Gobierno intenta vender como su logro el retiro de pandilleros

Hace dos semanas, cuando Factum reveló que pandilleros en libertad y presos habían dejado sus estructuras por medio de iglesias evangélicas, el ministro de Seguridad dijo desconocer el fenómeno y el director de Centros Penales le restó importancia. Esta semana, como colofón de la extensión de las medidas extraordinarias, el gobierno salvadoreño sostiene que el supuesto éxito de su plan de seguridad ha provocado una conversión en las pandillas.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


El director de Centros Penales, Rodil Hernández, comienza su discurso muy emotivo.

–Este día, para la Dirección General de Centros Penales, es un día muy especial. Y por eso quiero iniciar estas palabras expresando que, particularmente como Dirección, nos sentimos renovados de esperanza, satisfacción y alegría al saber que nuestro modelo de gestión penitenciaria es un símbolo de transformación, no del sistema, sino de las personas.

Frente al director, una veintena de pandilleros retirados vestidos de blanco, una veintena de periodistas con cámaras y libretas, y un puñado de pastores evangélicos, representantes de oenegés y funcionarios públicos. Hernández se dirige a las cámaras de televisión.

Son pasadas las 11 de la mañana del jueves 16 de febrero y el centro penal de San Francisco Gotera, en Morazán, está de fiesta. El gobierno salvadoreño está anunciando, como un logro propio, que cerca de 500 pandilleros de la facción Revolucionaria del Barrio 18 han abandonado a su pandilla, y ha convocado a todos los medios de comunicación para que lo vean por sí mismos. El anuncio ha sido añadido intencionalmente a la inauguración del modelo penitenciario “Yo Cambio” en esa cárcel.

A las 10:58 de la mañana de ese mismo día, Gentevé, un canal de televisión afín al gobierno, lo gritaba en su cuenta de Twitter para adelantarse al anuncio oficial: “#URGENTE Cientos de pandilleros RENUNCIAN A LA PANDILLA 18-R en efectividad de las medidas extraordinarias impulsadas por el gobierno”, decía el tuit, y añadía un video producido por Centros Penales. El anuncio, sin embargo, era engañoso.

Lo cierto es que cerca de 500 internos del penal de Gotera han renunciado al Barrio 18. Lo falso es que esto ha sido por la efectividad de las medidas extraordinarias. El fenómeno de los retirados al interior del penal de Gotera se debe, en gran medida, al esfuerzo de la iglesia evangélica La Final Trompeta, que actúa dentro del penal desde el año 2013, como este medio lo informó a través de un reportaje hace dos semanas.

El fenómeno del retiro en las padillas es algo viejo, casi tanto como las estructuras mismas. Sin embargo, en los últimos años se ha visto un incremento de pandilleros  que se retiran exclusivamente a través de las iglesias evangélicas, un fenómeno que ha ocurrido desde hace varios años dentro y fuera de los penales como Gotera.

Dos pandilleros del Barrio 18 Revolucionarios, miembros del Club de Fútbol, esperan indicaciones en el penal de San Francisco Gotera, Morazán, El Salvador, el 16 de febrero de 2017.
Foto FACTUM/Salvador Meléndez

El video elaborado por Centros Penales, cuyos protagonistas son los pandilleros retirados de Gotera, no hace referencia a que el cambio haya sido provocado por las medidas extraordinarias. Es más, el propio ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, ahora que finalmente lo ha reconocido, señala a las iglesias evangélicas como las reponsables de que los pandilleros hayan renunciado a sus estructuras. La explicación del cambio por gracia de las medidas extraordinarias llegó de la mano de Gentevé, otros medios cercanos al gobierno y por funcionarios de alto nivel de la actual administración.

La falsedad, por ejemplo, fue reproducida rápidamente por Gerson Martínez, el actual ministro de Obras Públicas, y una de las cartas presidenciables del partido en gobierno.

“Otra victoria de las Medidas Extraordinarias contra el crimen Desde Gotera 1200 pandilleros declaran retirarse de la actividad delictiva”, decía el tuit publicado el mismo 16 de febrero por Martínez a la que adjuntó una foto manipulada de la espalda de Carlos Alberto Rivas Barahona, alias “El Chino Tres Colas”, uno de los jefes históricos del Barrio 18.

Pero Martínez no solo reprodujo la mentira. La agravó. En lugar de hablar 500, que es la cifra aproximada de retirados que las autoridades han manejado, dijo que eran 1,200, es decir, más de la población interna del penal de Gotera.

Un reporte entregado por la dirección del penal de Gotera a Factum detalla que, hasta el miércoles 15 de febrero, en todo el penal había 1,123 reos. De estos, solo los sectores cuatro, cinco y seis son de pandilleros retirados. Esos tres sectores, con 104, 108 y 242 internos, respectivamente, suman 454 internos, el número total de retirados.

Las medidas extraordinarias, aprobadas por la Asamblea Legislativa por petición del Ejecutivo en abril de 2016 –y prorrogadas por un año más a inicios de febrero de 2017-, son un conjunto de acciones que buscan, entre otros, un control férreo en Centros Penales. El retiro de pandilleros en Gotera comenzó, según las fuentes consultadas, por lo menos en 2013, tal como publicó Factum.

Un grupo de pandilleros de la pandilla Barrio 18 Revolucionarios, que no forman parte del Programa “Yo Cambio”, observan a través de las rejas el paso de la prensa en el interior del penal de San Francisco Gotera, Morazán, El Salvador, el 16 de febrero de 2017.
Foto FACTUM/Salvador Meléndez

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El discurso del director de Centros Penales durante el lanzamiento del “Yo Cambio” en el penal de Gotera va sobre la transformación de los pandilleros, a quienes ahora llama “pieza fundamental para reconstruir nuestro tejido social”. Pero ese discurso no siempre ha sido igual.

Hace tres semanas, consultado por Factum, durante el cierre de la investigación sobre el fenómeno de los retirados, Hernández cuestionó el fenómeno e incluso lo minimizó. “Es un grupo de jóvenes que han expresado convertirse al evangelio y abandonar la actividad delictiva. No te puedo garantizar que estén abandonando la pandilla, ¿verdad?, no te puedo garantizar que la estén abandonando. Solo puedo decir que han manifestado a las autoridades del centro que se van a alejar a la actividad delictiva y dedicarse a una actividad espiritual”, dijo Hernández.

En esa ocasión, Hernández incluso dijo que dentro de poco, con el nuevo sistema de clasificación de reos, podrían separar a los retirados y mezclarlos con activos, ya que lo único importante, dijo, sería su nivel de peligrosidad.

Hoy, sin embargo, mientras dicta su discurso anunciando el retiro de los pandilleros de Gotera, parece un hombre convencido. “Ustedes, este día, están demostrando que el corazón de un hombre puede cambiar de manera positiva. Y nosotros, como gobierno somos conscientes de ese cambio”, dice Hernández, poco antes de finalizar su discurso frente a las cámaras de televisión.

Otro que hace poco más de un mes desconocía de este fenómeno era el ministro de Seguridad, Ramírez Landaverde, quien, consultado por Factum, negó la existencia de los casi 500 pandilleros retirados dentro de un mismo penal.

Ahora, Ramírez Landaverde maneja un discurso más sereno y al menos es el único que reconoce de entrada que la “conversión” de los pandilleros arrepentidos es un esfuerzo, antes que nada, de las iglesias evangélicas.

Segundos antes de soltar el micrófono, el director de Centros Penales se acuerda de los autores del fenómeno de Gotera: las iglesias evangélicas. Y les deja un espacio en su discurso.

“No quiero omitir en destacar y agradecer el enorme apoyo de las iglesias y de las instituciones no gubernamentales que han brindado en todo momento a la Dirección General de Centros Penales para el desarrollo de este modelo de cambio”, dice Hernández.

Luego de Hernández, la maestra de ceremonia del evento le da paso a Edwin Mauricio Chicas, un expandillero que ahora lidera la iglesia La Final Trompeta al interior del penal de Gotera.

Un grupo de pandilleros retirados de la pandilla Barrio 18 Revolucionarios permanecen atentos a una clase vocacional en el interior del penal de San Francisco Gotera, Morazán, El Salvador, el 16 de febrero de 2017.
Foto FACTUM/Salvador Meléndez

Chicas toma el micrófono y comienza agradeciendo a Dios. Luego habla de la conversión de él y los suyos y, al igual que Hernández lo hizo con su iglesia, él pone en un papel secundario al modelo “Yo Cambio”. “Este día, más que la apertura de un programa, representa una promesa de Dios cumplida, que un día se nos iban a abrir puertas para demostrar nuestro cambio. El programa Yo Cambio representa una de esas puertas hacia un futuro mejor, un futuro con Dios”, dice Chicas con la voz firme.

Chicas es el mismo expandillero que aparece en el video publicado por la Dirección de Centros Penales, y posteriormente reproducido por el canal Gentevé y otros medios en las redes sociales. Y aunque casi nadie lo entreviste durante el breve acceso dado al interior del penal de Gotera, él es el nuevo responsable de la iglesia La Final Trompeta. Él es quien sucedió a Carlos Montano, el pastor que hizo crecer el fenómeno de los retirados al interior de Gotera.

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