Hace unos días trascendió la noticia de que se está considerando traer un elefante desde la India hacia el zoológico de El Salvador. No sé con qué intención se está hablando de esto, pero el tema ambiental es uno de mis intereses y siento que –como parte de la sociedad civil y desde mi opinión– necesito desahogarme de manera ordenada para expresar lo siguiente:
Que reconozco la pesada labor de una parte del personal del Zoológico Nacional, un parque y dependencia de la Secretaría de Cultura que recibe constantemente animales maltratados, abandonados, rescatados de comercio ilegal o enfermos por golpes, contaminación, etc.
Estoy consciente de su esfuerzo y dedicación. Sin embargo, el Zoológico Nacional lleva ya mucho tiempo necesitando un enfoque nuevo en los siguiente puntos:
a) Ubicación
El Zoológico Nacional está incrustado en una de las zonas más contaminadas (aire y agua), transitadas, ruidosas y deforestadas de la capital. El estrés que eso representa para los animales es muy grande. Hace muchos años se viene analizando la idea de trasladarlo, pero nunca se concreta.
b) Funciones
Debe adecuarse a tratar a los ‘pacientes’ locales, promover su reproducción y cuidar a los que ya no pueden regresar a la libertad por cualquier motivo. Su presupuesto, ubicación, extensión de terreno, entre otros, no es para recibir animales ajenos al clima y condiciones actuales. Debe concentrarse en flora y fauna local, tanto para su cuido, como para la educación de sus visitantes.
c) Objetivo de existir
Quienes administran el parque –desde autoridades oficiales hasta sus distintos sindicatos– deben ponerse de acuerdo en el objetivo del lugar: ningún animal merece sufrir por entretenimiento humano, ni público ni privado.
Si se quiere enseñar a las nuevas generaciones acerca de una especie, no es necesario verla enjaulada.
d) Presupuesto
Las autoridades que administran el Zoológico nacional –y todos los que tienen que ver con su funcionamiento– deben analizar el presupuesto con el que cuenta ese rubro. Deben analizar la situación y contexto político, fiscal y de seguridad en que se encuentra el país. Es necesario reflexionar en los recortes que ha habido para medicinas, educación y seguridad, entre otras urgencias. ¿Les parece un gasto sensato?
El zoológico de El Salvador es uno de los más precarios y, sobre todo, es uno de los más peligrosos de la región:
- La elefanta Manyula llegó a nuestro país cuando tenía apenas 5 años y pasó 55 en el mismo recinto. El 21 de septiembre de 2010 falleció por complicaciones renales. No voy a poner en duda los cuidados de su encargado –a quien vi llorar como niño cuando tuvo que despedirse de la que casi fue una hija–, pero imaginar a un ser vivo, sacado de su hábitat y su familia es simplemente aterrador. Manyula nació en la India, aunque llegó a El Salvador proveniente de Alemania. Vino a nuestro país a vivir encierro y falta de socialización, siendo una especie que necesita vivir en grupo. Por más que se intente mantener a salvo, el hecho de pensar en seguir saqueando a los países de sus especies nativas para repartirlas en zoológicos por el mundo, someterlas al estrés de viajes, movimientos, ruidos, contenedores, es algo que no tiene ninguna justificación.
- En otro caso emblemático y lamentable: el domingo 26 de febrero de 2017 asesinaron al hipopótamo Gustavito. Usaron picahielo, barras de hierro y piedras; sumado a que el animal ya tenía complicaciones de salud. El informe de médicos veterinarios determinó que “tenía golpes en muchas partes de su cuerpo, hematomas en ambos lados del abdomen, agujeros en una de las patas, golpes con picahielo en la mejilla y una cortada de aproximadamente de 15 centímetros…”.
Esta no es la primera vez que un animal sufre, muere o roban de este lugar. Un repaso por la historia más reciente plantea la calamidad en la que subsisten las especial del Zoológico Nacional:
- En enero de 2004 murió un pequeño león de días de nacido debido a que consumió alimentos muy sólidos para su edad.
- En junio del mismo año murió el hipopótamo Alfredito debido a complicaciones gastrointestinales.
- En noviembre de 2005 murió una osa debido a que la inyectaron de manera equivocada.
- En diciembre de 2008 murió un tigre por deshidratación y sistema digestivo afectado. El felino sufrió tres semanas de vómitos y diarrea.
- En agosto de 2009 murió un canguro recién traído al país.
- En septiembre de 2010 murió la elefanta Manyula.
- En el año 2013 se registró la muerte de 36 animales, entre ellos: 13 reptiles, 20 aves y 9 mamíferos.
- En mayo de 2014 murió una zebra debido a un paro cardiorespiratorio causado por un cólico que provocó “muerte súbita”. Ese año, en total, murieron 27 reptiles, 16 mamíferos y 17 aves.
- En el año 2015 murieron 11 mamíferos, 11 reptiles y 12 aves.
La salvadoreña es una sociedad que desayuna, almuerza y cena violencia en contra de todas sus especies.
“Pienso que un país que no es capaz de procurar una vida digna para las personas, no merece estar al cuidado de otras especies”.
El Salvador tiene muchas organizaciones que, desde diferentes enfoques, intentan ofrecer ayuda a los animales. Desde la protección de flora y fauna marina en Los Cóbanos –quienes siguen luchando contra el turismo de playa irresponsable–, hasta quienes protegen y rescatan a perros y gatos abandonados; estas organizaciones han peleado por prohibir los circos con animales y por promover leyes que penalicen acciones que vayan en detrimento de la sustentabilidad ambiental y animal.
Me consta que la conciencia ambiental ha crecido y hay generaciones que ya están ‘curadas’ de botar basura en calles y maltratar a las mascotas. Pero, a nivel general, no podemos ni siquiera lograr elegir una Asamblea Legislativa que deje de dar prórrogas al transporte chatarra público que sigue contaminando nuestro aire. Se está intentado reforestar las cuencas del Río Lempa; se busca un milagro para limpiar al Río Acelhuate; grupos de buceo sacan libras de basura del fondo de nuestros lagos; y hay comunidades enfermas debido a problemas renales causados por quema de cañales…
En fin, considero que es necesario enfocarse en temas de cooperación mutua que promuevan soluciones comunes. Y hay que desistir de esta idea de compra/donación de animales vivos en peligro de extinción. No seamos parte de ese problema y ayúdennos a dar el mensaje correcto.
Opina
2 Responses to “¿En realidad necesitamos traer un elefante al zoológico?”
TRAER UN ELEFANTE PARA QUE ESTE PRESO 20 ańos hasta que muera en ese pedacito de espacio, gente inconsciente NO QUEREMOS ANIMALES PRESOS MENOS UN POBRE ELEFANTE QUE VENGA A SUFRIR A ÉL SALVADOR
de este tema hay mucha tela donde cortar….por ejemplo podemos empezar no por animales exoticos si no por los perros, nos hace falta un hospital nacional veterinario para las personas de escasos recursos puedan llevar a los perros y gatos a pasar consulta,muchas veces la gente tiene para darle de comer pero no pueden pagar una consulta o vacuna……Agregado a esto tenemos el hecho donde hay tiendas de mascotas que venden perros supuestamente importados mezclados pero importados de Estados Unidos a precios altisimos, habiendo tanto perro mezclado aqui en el pais ..no preferimos el extranjero el importado……pero cada quien puede haacer lo que quiera con su dinero pero el hecho de traer perros importados para vender es ahi donde se puede aplicar un impuesto de un 40 o 50% al precio del perro, y asi cada quien decide si quiere adoptar o mejor comprar una mezcla importada…..y ese mismo dinero que sirva para mantener el hospital….Otra cosa que se podria hacer en el pais es buscar la manera de promover mas las adopciones, y ver de una manera donde la persona que adopte reciba un descuento en los impuestos que paga, y darle seguimiento por que no solo es el hecho dle descuento si no de dar un buen hogar……en fin hay varios temas agregados a esto