Contrario a lo que sufren muchas personas que a diario se someten a las calles y carreteras congestionadas de El Salvador, el problema representa, a la vez, una fuente de trabajo para otras. Hay quienes encuentran en las ventas ambulantes su única opción de subsistencia.
El tráfico vehicular es un problema para muchos, pero para un grupo de vendedores ambulantes es una bendición. Sobre el capitalino bulevar Constitución, cerca del redondel Integración, un grupo de vendedores suele aprovechar la insalvable congestión vehícular de cada tarde para vender guineos, golosinas, agua y soda, entre otras cosas. El drama de unos abre espacio a la ‘rebusca’ de otros.
Para estas personas, el tráfico es vital. La venta ambulante en este lugar se ha convertido en su única fuente de ingresos. Sin embargo, desde julio de 2022, con las obras del Ministerio de Obras Públicas (MOP) para la construcción del paso a desnivel del redondel Integración, el tráfico en esta zona ha disminuido y, por lo tanto, el ambulantaje está sufriendo un impacto.
Mirna Graciela es una de las vendedoras ambulantes que lleva más tiempo aprovechando el tráfico en estas calles. Ella cree que las ventas han bajado porque la gente está buscando vías alternas debido a la construcción vial.
Los vendedores se instalan en los mismos lugares todos los días. Guardan varios metros de distancia entre uno y otro. Saben las horas, días y época de mayor congestión vehicular. Aseguran, además, que si un día no hubiera tráfico en esta zona, buscarán otros puntos de venta.