Héctor Silva Ávalos:

“No estaba consciente de que ese dinero venía de una partida secreta”

En esta entrevista, el cofundador y ex co-director de Revista Factum hace al menos dos revelaciones importantes: Mientras fue diplomático en el gobierno del expresidente Mauricio Funes recibió miles de dólares en efectivo en la oficina de la Secretaría Privada de la Presidencia y no los declaró ante el ministerio de Hacienda. Y acepta que recibió ayuda de parte del empresario y político salvadoreño Adolfo “Fito” Salume Artiñano en el génesis del proyecto que echaría a andar este medio.

Fotos de FACTUM/Salvador Meléndez

D esde el 23 de noviembre de 2020 y durante 54 días seguidos, Revista Factum solicitó en nueve ocasiones una entrevista con el ex codirector y cofundador de este medio Héctor Silva Ávalos para conversar sobre los resultados de la investigación periodística iniciada en octubre del 2019. Desde el principio, Silva Ávalos se mostró receptivo y dispuesto a dar la entrevista, pero al mismo tiempo fue poniendo una serie de obstáculos que impidieron que la conversación se concretara hasta el 16 de diciembre de 2020.

Para esta entrevista, este medio dio varias prerrogativas a Silva Ávalos. Primero: el tiempo de espera. Luego, a pesar de que el periodista a cargo de la entrevista le ofreció viajar hasta Antigua Guatemala, donde Silva Ávalos reside, este dijo que prefería hacerla en El Salvador, en compañía de su abogada y apoderada legal, Marcela Galeas. Al estar en El Salvador, a principios de diciembre, Silva Ávalos continuó dilatando la fecha de encuentro con varios argumentos. Primero dijo que antes quería hablar con sus ex colegas de la junta directiva de este medio, luego que tenía compromisos personales y finalmente alegó que un miembro de su familia tenía COVID19 y que por eso no podía asistir a la conversación.

Llegado el día de la entrevista, el 16 de diciembre del 2020, Silva Ávalos llegó acompañado de su apoderada legal alegando que ella lo asesoraría o lo detendría al hablar si ella consideraba que él se estaba auto incriminando en algo. Antes de encender la grabadora logró una prerrogativa más: mientras un periodista de este medio se disponía a instalar la cámara para documentar el encuentro, Silva Ávalos pidió no ser filmado. “Yo video no te voy a dar”, dijo.

Una vez que finalmente se encendió la grabadora, Silva Ávalos hizo varias revelaciones importantes y contundentes: aceptó haber recibido miles de dólares en efectivo como pago por un servicio informal de asesor que dio a la Presidencia del gobierno de Funes al mismo tiempo que trabajaba como diplomático de El Salvador en Washington D.C. Además, aceptó que ese dinero no lo declaró ante el Ministerio de Hacienda y admitió que “fue un error” no haberlo declarado.

Sobre esa contratación como asesor, Silva Ávalos es impreciso. Durante la entrevista mencionó tres momentos diferentes en los que dice haber comenzado esa labor. Primero señaló que fue “temprano en 2010”, luego que, si no le fallaba la memoria, fue en julio de ese ese mismo año, y al final dijo que pudo haber sido a finales de 2011. Al repreguntarle posteriormente a la entrevista si podía aclarar la fecha, Silva Ávalos ya no contestó más.

En esta entrevista, Silva Ávalos además reconoció que es su firma la que calza en al menos tres de las ocho copias de recibos por entregas de dinero en efectivo a su nombre que Factum tiene en su poder. Ese dinero, dice, era el pago acordado con la Presidencia para ser asesor en comunicación política bajo el mando de Luis Verdi, el asesor argentino que acompañó a Funes en su campaña y continuó durante su presidencia. Verdi, según lo han revelado investigaciones periodísticas, fue el encargado de intermediar entre las dependencias del Estado y la contratación de servicios de publicidad de Polistpeque sin que esta tuviera  que competir con ninguna otra empresa, como lo dicta la ley.

Aunque en un principio Silva Ávalos aseguró que el acuerdo fue que como asesor recibiría el mismo salario que como diplomático (menos de $6,000), más adelante en la conversación reconoció que “el acuerdo” de pago llegó a ser de hasta $12,000 en un solo mes, es decir, el doble de su salario que le correspondía por ley. Sobre los pagos en efectivo dice que no estaba consciente de que vinieran de la “Partida Secreta” de la Presidencia, pero que ahora considera que el mecanismo bajo el que los recibió “no era el más adecuado”.

Silva Ávalos no solo reconoce su firma en tres de los ocho recibos, sino que también asegura que firmó muchos más que esos por entregas de dinero en efectivo que la presidencia le realizaba “constantemente”. “Me pagaron aviones, hoteles, viáticos, alimentación, etcétera” bajo ese mecanismo, dijo.

En esta entrevista, Silva Ávalos además hace otra revelación: durante su periodo como funcionario fue propuesto para ser el jefe del Organismo de Inteligencia del Estado. Esa propuesta fue hecha por Gerardo Cáceres, quien no tenía ningún cargo en la Presidencia, pero era tío del secretario privado de Funes, Francisco Cáceres y además hombre cercano al presidente en aquel entonces. Esa propuesta, sin embargo, no avanzó.

Sobre su relación con el empresario Adolfo “Fito” Salume, Silva Ávalos también se contradice. Al principio de la conversación sostiene que sus pláticas con dicho empresario solo duraron tres o cuatro meses, y luego admite que duraron casi dos años. Además, acepta que Salume sí le ayudó con la creación del logo y la línea gráfica de este medio, un hecho que había negado durante años. Hasta hoy.

Voy a empezar con este tema. En febrero de 2020, el fiscal general dio declaraciones públicas en las que decía que uno de los testigos criteriados del caso “Saqueo Público” te mencionaba a vos, Héctor Silva Ávalos, como uno de los receptores de dinero proveniente de la Partida de Gastos Reservados o “Partida Secreta” del gobierno del expresidente Funes, en el cual vos trabajaste. A partir de esas declaraciones vos publicaste un comunicado en tus redes sociales en el que asegurabas varias cosas, entre ellas que trabajaste en el gobierno del expresidente Funes desde noviembre de 2009 hasta agosto de 2012 y que, en ese tiempo, “desde muy temprano, en 2010” empezaste a trabajar en Casa Presidencial como “Asesor de Asuntos de Relaciones Internacionales y de comunicación política estratégica” y que cuando trabajaste para la Presidencia pediste a Cancillería permiso sin goce de sueldo. Eso está literalmente extraído de tu comunicado.

Correcto.

Aquí te va la primera pregunta: En casa Presidencial no hay ningún rastro de que hayas trabajado como asesor de política estratégica ni de comunicaciones. Entonces: ¿Qué tipo de asesor eras en Casa Presidencial y a quién asesorabas?

Yo fui nombrado ministro consejero en Washington en noviembre de 2009. A mí me llama el que había sido nombrado encargado de negocios – todavía no era embajador –, que es el arquitecto Francisco Altschul, y luego me reitera la petición el canciller juramentado, que era Hugo Martínez.

Sin embargo, antes de irme a Washington me llaman de Casa Presidencial y me dicen “mirá, el presidente va a querer comunicarse contigo para pedirte ayuda en algunas cosas que tienen que ver con relaciones con Washington y otras que tienen que ver con temas comunicacionales en El Salvador”. De acuerdo, les dije yo.

Te hago un inciso ahí: Yo entro al gobierno de Funes (se ríe) con la convicción de que va a ser un buen gobierno y de que yo voy a servir en un buen gobierno. Muy pronto ocurre lo que Funes me dice y me llama a través de diferentes funcionarios, sobre todo de dos: del secretario privado (Francisco Cáceres) y de la primera dama (Vanda Pignato).

A partir de 2010, me llaman continuamente, bastante seguido, a San Salvador, a hablar de varias cosas que tienen que ver principalmente con la relación internacional del país, con conocimiento de mi jefe, del arquitecto Altschul, y del canciller Martínez. Y también de asuntos que tienen que ver con cosas como por ejemplo… esta es una de las cosas que no todas te las puedo contar on the record, pero asuntos que tienen que ver con la gestión de la visita o de una posible visita de Funes a Washington que podría derivar en una visita recíproca del presidente (Barack) Obama a San Salvador. Ese tipo de arreglos, consultas.

En una ocasión me llama directamente el presidente (Funes) y me dice “mirá, quiero que el secretario técnico vaya a Washington a esta gira. Ya está comunicado el embajador, pero quiero que vos te hagás cargo”. Ese tipo de tareas que caen dentro de la normalidad del trabajo de diplomático de relaciones internacionales.

Bueno, pero esos asuntos de relaciones diplomáticas es el trabajo de Cancillería. ¿Por qué tenías que ser asesor presidencial?

Dejame terminar. Estuve revisando mis correos electrónicos… Si querés una fecha más exacta te la puedo dar, pero si no me está fallando la memoria, ahí por… ya julio de 2010 se comunica conmigo un hombre que era el asesor nombrado, uno de los asesores nombrados más cercanos al presidente, que era Luis Verdi. Luis Verdi era el responsable de una asesoría política y comunicacional que funcionaba en Casa Presidencial con un equipo ad hoc, y que, entre otras cosas, tenía dentro de su portafolio a Washington. Él me empieza a llamar. Y ya entonces empieza a hacerse como un híbrido de consulta. Es el tema de Washington, pero también me empiezan a pedir consulta por el tema comunicacional en El Salvador.

Esa era un poco la naturaleza de esas cosas. Te puedo dar otros ejemplos si los necesitás.

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¿Es decir que, a partir de julio de 2010, aunque trabajabas en Cancillería, te convertiste en un asesor de Luis Verdi?

No. Te explico: En todos esos viajes, bueno, en casi todos, quien pagaba los boletos de avión era Casa Presidencial. En algunas ocasiones lo hacía Cancillería. Algunos viajes, de hecho, no están listados como misiones oficiales, simplemente me decían “necesitamos que vengás tal día, te vamos a mandar el pasaje”. Mi entendimiento fue siempre que esos pasajes los pagaba Casa Presidencial. Durante esos viajes a El Salvador, en ocasiones me quedaba en mi casa en San Salvador, en ocasiones no, porque mi casa estaba alquilada y pedía que me pagaran hoteles. Esos pagos de hoteles que estaban a mi nombre los pagaba Casa Presidencial. Y en ocasiones me daban viáticos.

¿Cómo te pagaban esos pasajes?

Me lo pagaba Casa Presidencial. A mí me llegaba ya el pasaje.

¿El ticket, el boleto?

Correcto.

Y cuando te daban viáticos y pago de hoteles, ¿cómo te lo pagaba Casa Presidencial?

En efectivo.

¿Y firmabas algún recibo por ellos?

Eh, sí. Alguna vez cuando me dieron viáticos firmé recibos.

Ok. Hablaremos de eso más adelante. Primero quiero aclarar el punto anterior: ¿De quién eras asesor? ¿De la Presidencia o de Luis Verdi?

Mirá, ojo, no había un título oficial de asesor. Pero mi trabajo era de asesoría. De hecho, mirá, ¿con quién trabajaba yo? Con la oficina del secretario privado, cuando eran cosas más cercanas al presidente; con la oficina de la primera dama y con la oficina de Luis Verdi. Y luego, alguna vez, me reunía en la oficina del secretario técnico, por ejemplo.

¿De dónde salía tu salario? Porque pediste permiso sin goce de sueldo en Cancillería, pero imagino que algún salario debías tener como asesor.

Mirá, sí. No, no, no. El salario salió de Cancillería.

Pediste permiso sin goce de sueldo, ¿y siempre te pagaba Cancillería?

Eh, no, no. A final de 2011… te estoy hablando… empieza a darse en el gobierno un tema importante que atañe a la esfera comunicacional, a la esfera de seguridad pública y a la esfera internacional, y era lo que para entonces no era público, pero era el cambio de autoridades de seguridad pública.

La salida de Manuel Melgar como ministro y de… ¿Cómo se llama el primer comisionado que fue director de la Policía con Mauricio Funes? Bueno, lo podemos ver. Van a salir ellos y van a entrar los militares. Eso genera una discusión interna muy fuerte. Verdi me llama y me dice “mirá, hay que atender esto a nivel interno y a nivel externo porque esto va a tener unas repercusiones mediáticas, políticas diplomáticas importantes”. Yo vengo a El Salvador y participo de esa discusión interna. De nuevo, con conocimiento del embajador y del Canciller. Ahí me dicen el secretario privado y Luis Verdi “el presidente te quiere pedir que dejés tu puesto en Washington y te vengás a El Salvador”.

En ese momento yo sigo creyendo que ese no es un mal gobierno. Pero ya el tema de los militares me genera bastante duda. Entonces digo “Mejor no”. Entonces me dicen “venite unos meses, trabajá en San Salvador, Casa Presidencial te va a reconocer un salario y seguí percibiendo tu salario en Cancillería”. Y entonces yo les digo “hagamos una cosa, mejor probemos dos meses, yo pido un permiso sin goce de sueldo a cancillería”. Lo pido en septiembre de 2011 y me lo dan del 1 de septiembre hasta el 31 de octubre. En ese momento, en esos dos meses me paga Capres, pero no me paga Cancillería.

Después de eso, al terminar ese periodo, yo me tomo unos días, viajo fuera del país y cuando estoy fuera muere mi padre. Yo regreso ese diciembre y me tomo unos días con goce de sueldo. Al terminar el luto y todo eso, mejor yo me quedo en Washington y ya está.

Ese momento es en el que me paga Capres, pero no me paga Cancillería. Me pagan el equivalente a mi salario en Cancillería y yo firmo un recibo por eso.

¿Te pagaban lo mismo que ganabas en Cancillería?

Ehh… por dos meses de trabajo. Y te lo digo porque eso tampoco es un secreto, a eso podés acceder… mi salario en Cancillería era cercano a los $6,000 en ese entonces.

Ok. Bueno, decís que en esos dos meses te pagó la presidencia. ¿Cómo te pagaban?

En efectivo. Todo eso me lo pagaban en efectivo.

¿Firmabas recibos por ese dinero que te pagaban en efectivo?

Sí, firmaba recibos.

¿Y ese dinero vos sabías de dónde provenía?

De Casa Presidencial.

¿Qué trabajo hacías con Luis Verdi?

Contacto con medios, elaboración de líneas de comunicación, elaboración de estrategias de comunicación; y otra cosa que se empezó a hacer con un equipo bastante grande: Luis Verdi planteó dos proyectos, uno era que se creara una vocería presidencial, es decir que hubiera un vocero como en Estados Unidos, y me pidió trabajar en eso. No que yo fuera el vocero sino trabajar en la figura, etcétera. Y en crear la idea y producir un programa televisivo de entrevistas al presidente que se iba a transmitir en canal 10. Yo participé y de hecho se grabó un piloto en Canal 10 con el equipo, las cámaras y todo el rollo. Después yo me desentendí de ese programa, pero eso terminó siendo el programa de radio que se llamó “Conversando con el presidente”, pero yo en eso ya no trabajé.

Mientras trabajaste con Luis Verdi, ¿parte de tu trabajo era entenderte con periodistas salvadoreños?

Por supuesto.

¿Qué tipo de temas tratabas vos con los periodistas locales?

Hablar con ellos y… vaya, por ejemplo, que me recuerde ahorita. El tema de Obama. Ese tema era un poco sentarme con ellos y plantearles el contexto de la visita. Lo que hace un comunicador institucional. Te pongo un inciso importante aquí: Yo no ejercía como periodista. Yo era funcionario. Y comunicador institucional en alguna capacidad. Y me reunía con ellos antes, cuando ellos viajaron me reunía con ellos en los viajes, y les contaba el contexto.

En tu comunicado de febrero de 2020 decís que trabajaste en Cancillería entre noviembre de 2009 y agosto de 2012. Y, efectivamente, yo tengo copia de tu carta de renuncia en septiembre de 2012. Sin embargo, en la planilla de Cancillería consta que continuaste recibiendo salarios hasta diciembre de 2012. ¿A cambio de qué recibías ese salario si ya habías renunciado?

No. Eso no lo reconozco yo. Yo dejé de recibir salario en septiembre de 2012.

Yo tengo la planilla de Cancillería y aquí se refleja que recibiste salario hasta diciembre de 2012.

Pero no. No es así. Tendría que ver el documento e ir a consultar por qué sale. Incluso podría enseñarte mis cuentas bancarias donde caía el salario para reforzar mi punto. Ahora, esa pregunta debe ser para Cancillería.

No, y también para vos porque mi pregunta es por qué recibías esos salarios.

No, pero yo no los recibí. O sea, yo en mis cuentas no lo recibí.

Listen to “”Entendí que como diplomático estaba exento de pagar impuestos […] Ahí cometí un error”” on Spreaker.

Así como lo anunció el fiscal en sus declaraciones públicas, existe un testigo criteriado muy importante en el caso de corrupción llamado “Saqueo Público”, en el que este testigo no solamente narra su versión de los hechos, sino que también ha entregado documentación que respalda su dicho. De esos documentos, nosotros hemos podido ver algunos y obtener copias de los mismos. Tenemos ocho documentos, ocho recibos en los que calza tu firma y tu letra. Vos anteriormente dijiste que firmabas recibos de fondos provenientes de la partida de Gastos Reservados…

(Interrumpe) De Casa Presidencial. Que yo sabía eran de Casa Presidencial.

…Ok. En esos recibos consta que en octubre y noviembre de 2011 recibiste pagos por $9,000 y $12,000 en efectivo en concepto de “honorarios”. Esto no coincide con lo que acabás de decir que te pagaron durante los dos meses que pediste permiso sin goce de sueldo y que te habían pagado el equivalente a lo que ganabas en Cancillería, es decir $5,890. ¿Cómo explicás, entonces, estos pagos?

Esos son los dos meses que no recibí pago de Cancillería.

¿Vos estabas consciente de que esos pagos en efectivo no son la forma legal en la que el Estado debe realizar sus pagos a un funcionario público o a un asesor?

Ehhh, yo, en aquel momento entendía que me estaban pagando mis honorarios por eso. Entendía que era un fondo que provenía de Casa Presidencial y no ehh… tenía conocimiento de ninguna ilegalidad en ese sentido.

Héctor, vos, siendo una persona experimentada, un periodista experimentado, que, de hecho, habías investigado previamente hechos de corrupción en el gobierno y que sabe cómo funciona el sistema legal de pagos de salarios a funcionarios públicos, ¿nunca te pareció extraño que te pagaran $9,000 o $12,000 en efectivo?

No. No me pareció extraño porque yo eh… este… estaba renunciando a mi salario y estaba recibiendo salario por un trabajo que yo estaba haciendo. No tenía idea en ese momento, o conocimiento ni de la procedencia específica ni de la existencia de una ilegalidad.

¿Dónde te entregaban ese dinero?

En Casa Presidencial.

Específicamente, ¿dónde?

En eh… en el despacho del secretario privado.

Y ese dinero en efectivo que vos recibías, ¿lo declaraste ante Hacienda?

No.

¿Por qué no lo hiciste?

Porque yo entendí que como diplomático estaba exento de pagar impuestos.

Pero tu trabajo en esos meses no era como diplomático, sino como asesor…

Ehh… entonces sí, ahí cometí un error.

¿Y sabés que ese error podría llegar a constituirse en un delito?

(En ese momento su abogada interrumpe la conversación y hace señas agitando las manos hacia abajo viendo a Silva Ávalos para pedirle silencio. Silva Ávalos dice: “Me está pidiendo tiempo ella”. Y ambos se levantan a conversar dos minutos a unos metros de donde se está realizando la entrevista).

HS: Bueno, mirá, consultando con la licenciada, dos cosas: uno es que yo no tenía el conocimiento específico de dónde provenía específicamente el fondo, a mí me pagaban de Casa Presidencial y aunque estaba trabajando con honorarios de Casa Presidencial en ese momento, el contrato con Cancillería seguía vigente.

¿Vos no sabías que no declarar ante Hacienda esos $9,000 – $12,000 que recibías en efectivo, aun cuando tenías permiso y no trabajabas como diplomático, sino que estabas acá en El Salvador como asesor, no sabías que no podías no-declararlo?

No. Yo entendí que la condición de inmunidad hacendaria que tenía por mi contrato en Cancillería incluía eso.

Ok. Este mismo testigo que no es un testigo cualquiera, sino que es uno que ha mostrado documentación, cuenta varias cosas. Cuenta, por ejemplo, que el viaje a Washington en el que el expresidente Funes visitó al entonces presidente Obama (entre el 7 y el 10 de marzo de 2010) se hizo. Y que vos eras la persona encargada de recibir a la comitiva en Washington. En esa comitiva iban varios periodistas de los cuales yo he logrado hablar con varios que confirman su asistencia y que confirman también tu presencia como el encargado de la comitiva, que de hecho, viajaste en un microbús con ellos, que fuiste a una cena posterior, que describen y dan sustento al relato del testigo criteriado.

El criteriado dice que empleados de protocolo de Cancillería llevaron dinero en efectivo, aproximadamente $30,000, y que ese dinero él mismo te lo entregó a vos para que vos luego “negociaras” con los periodistas las principales portadas y notas principales de los medios televisivos de ese momento. Al consultar los medios de esas fechas, los periódicos de esas fechas, la nota de la visita presidencial tiene cobertura en al menos cuatro de los principales periódicos de El Salvador y tiene seguimiento de hasta tres días en portada.

Es decir, este testigo no solo habla, sino que hay más elementos que sostienen su relato.

¿A cuenta de qué, según este testigo, vos le entregabas dinero a periodistas que participaron en ese viaje a Washington?

(Aquí voy a interrumpir –interrumpe la abogada Galeas-. Perdón. No hace referencia a qué testigo se refiere, ni a qué expediente o número de referencia, a qué documentación. No menciona el nombre ni la clave del criteriado. Nos gustaría saber el nombre de los tres testigos porque es como que yo le pregunte “alguien dice que ayer lo vio” y usted me va a contestar “sí”, pero lo han visto muchas gentes en determinado momento. La pregunta implica autoincriminación de él. Y con esto lo está poniendo en una esfera de manera capciosa que le conteste si ha participado en alguna comisión delictiva. La naturaleza de su pregunta deriva en la aceptación de algo que usted cree que se dio, pero ha sido totalmente indeterminado. Si usted tiene los documentos, sería bueno que mencione los nombres de los testigos que usted menciona que obtuvo entrevista con ellos y del criteriado.

El testimonio de un testigo criteriado no goza del cien por ciento de credibilidad. Para efectos periodísticos, yo sé, usted puede tener el elemento subjetivo que puede creer que es cierto. Yo, desde mi ejercicio, mi experiencia, sé que no es así. El criteriado forma parte, pero lo que él dice es para salvar su pellejo. Muchas veces dice lo que Fiscalía le indica. Yo no tengo temor a expresárselo. Es ya conocido del gremio que es así).

Ok. Héctor: ¿debo entender entonces que vos no sabés quién es el testigo criteriado al que yo me refiero?

No. Decímelo vos.

Pregunta: ¿No sabés quién es el criteriado del que yo te hablo?

No. Decime vos.

En tu comunicado de febrero de 2020, después de que el fiscal general te señalara como uno de los mencionados por un testigo como receptores de dinero de la partida secreta, vos decís: “Las declaraciones del fiscal están basadas en las declaraciones que ha hecho un funcionario cercano a Funes que en la actualidad negocia un criterio de oportunidad con la Fiscalía. Como parte de su oferta de criterio el testigo ha mencionado a unos sesenta exfuncionarios públicos de recibir fondos de Casa Presiencial”. Es decir, en este comunicado pareciera que vos bien sabés quién es ese testigo.

Pero vos decís pareciera. Pareciera. O sea…

Héctor, es ese mismo testigo. Del mismo que vos hablás en tu comunicado es del que hablo yo.

Bueno, entonces, decime quién es. Decime el nombre.

Vos sabés que no te puedo decir el nombre porque es delito revelar el nombre de un testigo criteriado. Pero quiero que sepás que hablo del mismo que vos hablás en tu comunicado.

Pero esa es tu deducción. Si no lo mencionás, no puedo saber quién es. Pero volviendo a tu pregunta…

¿Por qué razón, según este testigo que te acusa, le entregaste dinero a periodistas que viajaron a Washington en la visita de Funes a Obama?

Yo no le he entregado dinero a periodistas en el marco que estaba realizando (en ese momento), ni en ningún momento.

¿Nunca negociaste portadas con los periodistas que viajaron en esa ocasión a Washington?

Nunca le entregué dinero a ningún periodista para influir o para que hicieran o pusieran una portada. Nunca le entregué dinero a un periodista para decir “a cambio de este dinero quedemos en esta y esta portada”. Si alguno de esos periodistas te da una prueba documental de eso me gustaría verla, pero si es solo lo que un periodista dice, eso es lo que dicen que dicen.

El testigo criteriado que además de su relato ha mostrado documentación de algunas entregas de dinero que te hizo, menciona otras tres entregas de dinero: una de $15,000 cuando aceptaste tu cargo como diplomático en Washington para que pudieras asentarte, otra de $30,000 para darle a periodistas y una tercera que no especifica el monto para gastos hospitalarios, fúnebres e incluso tu boleto aéreo en primera clase desde Barcelona hasta El Salvador para cuando tu padre, Héctor Silva Argüello, falleció.  ¿Vos negás todo esto, Héctor?

Lo único que no niego es que Casa Presidencial pagó mi viaje de regreso de España cuando mi papá murió, y te puedo explicar las circunstancias de eso.

Adelante.

Yo estaba en España, vacacionando junto a mi esposa, y venía de regreso con un vuelo que yo había pagado el día que mi padre muere, que es el 8 de diciembre de 2011. El avión se averió y no salí a la hora que tenía programado. Cuando bajé a la recepción de la aerolínea me llamaron un montón de personas, la primera de ellas por cierto fue una periodista que me dijo “tu papá acaba de desvanecerse”. De ahí viene una seguidilla de llamadas hasta que me dijeron, estando yo en Barcelona todavía, “tu papá murió”. En ese contexto, el vuelo en el que yo venía estaba todavía en veremos y me dijeron “no te preocupés, ya tenemos un vuelo para que te regresés”. Y sí, lo pagó Casa Presidencial. De los gastos fúnebres no tengo noticia. Si vos tenés recibos de la casa funeraria me gustaría verlos.

Cuando decís que no tenés noticias, ¿qué querés decir?

Que los pagó mi familia.

Listen to “Audio3” on Spreaker.

Hay un recibo con fecha 22 de julio de 2011 por $5,340.00. Quisiera que lo vieras y me digás si reconocés este recibo y si esa es tu firma.

(Héctor toma el recibo y casi sin verlo lo pasa a su abogada. La abogada lo observa unos segundos y mientras lo ve dice en voz alta: “No tiene número de DUI, no tiene sello, es un documento simple, si Fiscalía lo tiene y no ha procedido contra él es porque este documento, al no saberse de dónde proviene, carece de valor probatorio, y eso se lo puede decir cualquier abogado”.)

Podría ser. Héctor, ¿esta es tu firma? ¿Los recibos que firmabas eran como estos?

(Héctor ve el recibo y guarda silencio durante cinco segundos) Parece mi firma.

¿Los recibos que firmabas eran como estos?

Cuando me pagaban viáticos, sí.

Ok. En este recibo por $5,340.00 dice “gastos de viaje y estadía en visita a El Salvador autorizados por Luis Verdi”. Con relación a este recibo tengo dos preguntas: ¿Luis Verdi era tu jefe?

Luis Verdi, cuando yo venía a hacer asesorías, me reportaba con él.

¿Él te decía dónde y cómo te iban a pagar?

Sí, en efectivo, ahí donde yo te dije, en la Secretaría Privada de la Presidencia

La segunda pregunta es: Si vos antes de irte a Washington viviste toda tu vida aquí en El Salvador y tenías una casa, familia y todo, ¿en qué gastaste $5,340 en viáticos en dos meses?

Su abogada interviene otra vez. Toma el recibo, lo mira y se detiene en silencio cinco segundos y dice: “Quiero saber realmente para dónde va la… esa pregunta y se lo pregunto directamente porque… me parece de que el dónde y cómo gasta él… fuera de que no es emitido porque las personas no son responsables, bueno sí son responsables de conocer quién les da el salario, pero no el origen del mismo… me llama la atención y quisiera saber para dónde va esa pregunta de qué hace él con el dinero porque básicamente esos cinco mil dólares cualquiera le puede contestar “me gasté $5,000 en dulces”, entonces, al final, el tipo de pregunta es irrelevante a lo que va ahí, sí le veo una tendencia como a llevarlo de manera dolosa a una autoincriminación que el mismo Código Penal prohíbe. Porque está eminentemente prohibido. Entonces, aclararle el punto: estoy interviniendo no para que él no se la conteste sino para aclararle el contexto para que él tenga los insumos necesarios porque van cinco preguntas que tienen tendencia y elementos calumniosos en el sentido que no ha mencionado al testigo criteriado, al número de clave, a los otros testigos, y es demasiado general. Me gustaría que fuera más concreto y también… eh… solicitarle que le traiga agua. A él no le ha ofrecido”.

Cómo no, al principio de todo esto le dije que si quería y me dijo que tenía su botella.

Héctor interrumpe: No, yo voy a traer, licenciada, no se preocupe.

Abogada: Se lo digo porque lo estoy viendo y yo sé que usted tiene una condición médica y le aconsejaría que le regalen agua.

Héctor: Vaya, le voy a contestar esta pregunta.

Licenciada, con todo respeto le digo: Si a usted no le parece la forma en la que hago las preguntas, está bien. Si a usted le parece que es irrelevante la pregunta, está bien. Y si a usted le parece que la pregunta es tendenciosa, también está bien. Hago esta pregunta porque es de interés público saber en qué los funcionarios públicos se gastan sus viáticos que, por cierto, deben ser justificados de acuerdo con la Ley de Salarios. Entonces, yo quiero saber en qué Héctor, siendo un empleado público, se gastó $5,340 en viáticos.

A veces no me quedaba en mi casa… transporte, alquiler de carro. Diferentes cosas. Gastos personales. No te estoy diciendo que yo te acepte que he recibido eso. Recibí viáticos en general. No te digo que recibí lo que dice este recibo.

Héctor, vos sos uno de los periodistas que más denunció en sus publicaciones, en sus investigaciones, algunas de ellas en Factum, lo cuestionable de los sobresueldos y lo cuestionable de los fondos que salieron de la partida de gastos reservados y cómo esos fondos se emitían fuera del marco legal, porque vos sabés que existe una ley de salarios para pagarle a los funcionarios, vos denunciaste eso. Cuando se conoció el caso “Saqueo Público” vos mismo aseguraste a tus colegas de la redacción de Revista Factum que nunca recibiste dinero de la partida secreta, incluso cuando se conocieron las copias de los recibos iguales a estos que vos mismo decís que se parecen a los que vos firmabas. Vos lo negaste. ¿Por qué mentiste, Héctor?

Vos estás diciendo que yo mentí. Pero estás, en tus elaboraciones, poniendo conclusiones tuyas. Primero estás hablando de sobresueldos. Yo no te he reconocido en ningún momento sobresueldos. Te estoy diciendo, me dieron viáticos y me pagaron honorarios cuando vine a trabajar en Casa Presidencial en las condiciones que te he mencionado. Entonces, vos me estás acusando de mentir. Pero ese sos vos el que lo está diciendo.

Héctor, cuando se conoció el caso Saqueo Público salieron públicamente recibos iguales a los que vos decís que se parecen a los que vos firmabas y que vos ahora identificás. En ese entonces, vos aseguraste que vos no habías recibido dinero de la Partida Secreta, incluso cuando veías que los recibos que firmabas eran iguales a los que salieron publicados por el caso…

Yo nunca he aceptado que he recibido dinero de la partida secreta.

¿No recibiste dinero de la Partida Secreta?

Yo recibí dinero de Casa Presidencial. Eso es lo que te estoy diciendo. ¿De dónde provenía ese dinero?… a mí me decían que era de Casa Presidencial. Por elaboración de unos trabajos que ya te expliqué.

Vos recibías dinero en efectivo en la Secretaría Privada de la Presidencia, dinero que no estaba contemplado en la Ley de Salarios y dinero que además no declarabas a Hacienda. ¿Pero no recibiste sobresueldos?

(Habla con pausas) Recibí. Pagos. De Casa Presidencial. Por trabajos que realicé a petición de diferentes funcionarios. Buena parte de ese dinero lo recibí al venirme de Washington, pedir permiso sin goce de sueldo de Cancillería y recibí honorarios provenientes de Casa Presidencial, y en diversas ocasiones recibí viáticos cuando vine a El Salvador, me quedaba en hoteles y tenía diferentes gastos.

Factum tiene en su poder una lista de los permisos que pediste a Cancillería. Los con goce de sueldo y los sin goce de sueldo. En todo el tiempo que ejerciste como funcionario pediste cuatro permisos, y de esos, el único que pediste sin goce de sueldo fue el de dos meses, entre septiembre y octubre de 2011.

[Héctor se levanta a traer agua]

Sin embargo, recibiste otros pagos aun cuando no tenías permiso sin goce de sueldo. Es decir, pagos extra a tu sueldo. Aquí está un recibo, por ejemplo, del 14 de septiembre de 2011, en el que calza tu firma y tu letra y dice “Anticipo” por $3,000. Este “anticipo” lo recibiste al mismo tiempo que recibías el salario de Cancillería. ¿Qué es este anticipo?

Viáticos, cuando viajaba.

Ahí dice “Anticipo”. Hay otros recibos que dicen viáticos, otros que dicen honorarios. Pero este dice “Anticipo”. ¿Por qué te dieron ese dinero?

Cuando viajaba, Bryan.

Solo en octubre de 2011 te pagaron $9,000. Y en noviembre te pagaron $12,000. Todo eso en efectivo, en un sobre, y sin declararlo ante Hacienda. ¿No te parecía extraño ganar más que el mismo presidente?

… Es que no… (Héctor hace una pausa de cinco segundos mientras observa las copias de los recibos). Vaya, por ejemplo, esta firma no la reconozco como mía.

(Interrumpe la abogada: Una pregunta, ¿esos documentos los descargó de dónde? ¿O cómo fue que los obtuvo?)

¡Ja, ja, ja! No los he descargado de ninguna parte. Son copias de documentos que ahora están en poder de la Fiscalía, pero que antes estuvieron en poder de un testigo criteriado de quien no puedo decirle su nombre, así como tampoco tengo por qué revelarle cómo los obtuve, licenciada.

(Abogada: No, yo no le estoy preguntando el nombre de su fuente. Le pregunto esto porque en los expedientes de Fiscalía puede constar hasta el acta de nacimiento de Adán, el primer hombre que supuestamente habitó sobre la Tierra, pero el que exista un papel no quiere decir que sea legítimo. Héctor le ha mencionado que no reconoce la firma, estoy segura de que no existe un peritaje grafológico o de grafotecnia sobre esa firma, estoy segura también de que no se puede comprobar la autenticidad porque no tiene sello, algo que me llama supremamente la atención es que omiten el DUI, Documento Único de Identidad. Yo entiendo que usted tiene su fuente y que el criteriado puede ser su fuente, y que un expediente judicial puede ser su fuente, pero lo que dice un expediente judicial y lo que diga Fiscalía no goza de credibilidad absoluta y no goza de absoluta verdad. Bajo este criterio, concuerdo con que es válida la pregunta y por eso él se la contestó, pero también acuérdese de que él no puede contestarle algo que él quiere. Él le está dando los elementos que él conoce, pero para efectos de saber realmente si esa es su firma tiene que haber un peritaje grafotécnico y estoy cien por ciento segura de que no existe porque he visto algunos expedientes, no puedo decir si es ese).

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Héctor, en respuesta a lo que dice la licenciada. Yo quiero que vos veás estos recibos y me digás si esos recibos son falsos.

Esta no es mi letra… esta tampoco es mi letra… esta no es mi letra… esta sí es mi letra… (señalando el un recibo con fecha 20 de mayo de 2011 por $2,100 correspondiente a “gastos de embajador de El Salvador en Washington”) esta no es mi letra… esta tampoco es mi letra… y mi firma… en algunas no las reconozco como mía. Esta sí es mi letra (señala un recibo con fecha 11 de noviembre de 2011 por $6,000 para “50 % honorarios correspondientes al mes de noviembre”). Esta no sé a qué se refiere… Esta sí es mi letra (señala un recibo con fecha 24 de octubre de 2011 por $1,500 correspondientes a “Viáticos Washington”).

Héctor, en los dos meses que trabajaste sin goce de sueldo en Cancillería y que trabajaste como asesor, ¿cuánto cobraste?

No recuerdo exactamente la cantidad.

En este recibo que acabás de decir que sí tiene tu letra dice que recibiste $6,000 como cincuenta por ciento de tus honorarios. Hay otro recibo posterior por otros $6,000. Es decir que en ese mes (noviembre de 2011) ganaste $12,000 en efectivo. ¿Por qué ganabas $12,000 al mes?

Eso era lo que me pagaron por esa vez que vine aquí.

¿Vos llegaste a un acuerdo con Luis Verdi de que te iban a pagar $12,000 mensuales?

Que me iban a pagar lo correspondiente a mi salario y un poco más por los gastos de viaje y tal. Ese era el acuerdo.

Pero si tu salario en Washington era de cinco mil seiscientos, poco más.

De $6,000.

Bueno, según planilla, tu salario era de $5,890, y te quedaban $5,560 con los descuentos.

Mjm…

Pero ganaste $12,000. Mucho más que tu salario.

Ese fue el acuerdo.

El testigo criteriado y dos fuentes internas del gobierno de Funes, cercanas al presidente y que además tenían acceso a reuniones importantes, aseguran que vos en el 2011 fuiste impulsado para ser jefe del Organismo de Inteligencia del Estado. Dos de las fuentes, no el testigo criteriado, aseguran que fue Gerardo Cáceres quien te impulsó, pero que en una reunión en la que estuviste presente, el presidente Funes rechazó tu nombramiento. ¿Esto es cierto?

En algún momento me comentaron que qué me parecería fungir en ese puesto. Eso yo no lo entiendo como impulsar.

¿Quién te comentó eso?

Gerardo Cáceres.

¿Nunca tuviste una reunión con el presidente Funes en la que se te propuso esto?

Yo tuve muchas reuniones con el presidente Funes. Muchísimas reuniones.

Bueno, no en todas…

En su momento me mencionó que Cáceres le había hecho esa propuesta. Me lo comentó. Pero no me preguntó que qué te parece, etcétera.

Solo con el tema de Casa Presidencial: esos recibos que me has enseñado, lo que yo reconozco como ingreso es el dinero que se me pagó a finales de 2011, cuando hice la petición de permiso sin goce de sueldo para venir a trabajar con Luis Verdi en cosas que tenían que ver más con San Salvador y el trabajo de comunicaciones de la Secretaría Privada. Ahí te reconozco que tuve un ingreso. También te reconozco que recibí en varias ocasiones, no tengo la cifra exacta, ingresos en términos de viáticos que me pagaron pasajes aéreos, como te he dicho. Te reconozco lo que te comenté lo del viaje de regreso cuando falleció mi padre.

Esos recibos que me mostrás no los puedo reconocer como auténticos. Ni los recibos ni mi firma, ¿me entendés? Constan en un expediente, vos decís, proporcionados por un testigo criteriado. La autenticidad de eso la determina Fiscalía. Yo no la reconozco.

Lo que sí reconocés es tu firma y tu letra en algunos de esos recibos.

En algunos. Correcto. Entonces, quiero que eso quede bien claro. Luego, también te digo que en algunos momentos de la presidencia hice trabajos que eran de otro tipo. Eran trabajos en los que se me requirió para hacer misiones oficiosas, como se llaman en la jerga gubernamental. Eso es representar al gobierno salvadoreño ante interlocutores para expresar de una forma no oficial algunas ideas, etcétera. Para realizar esos viajes que no eran solo a San Salvador sino que fueron a España, Colombia y otros lugares, recibí viáticos para ir y ejercer algunas misiones.

¿Esos viáticos los recibías en efectivo?

Sí, en efectivo. En algunas ocasiones me pagaron el avión, etcétera. Por el tipo de misiones que eran, me llamaban, yo venía y realizaba los viajes. Me interesaría explicarte eso fuera de grabación por algunas restricciones legales que tengo sobre estos temas para explicarlo. O sea, la ley me prohíbe hacerlo públicamente. Pero creo que sería importante exponerte de qué se trata para que veás qué tipo de trabajo era lo que yo hacía y por el cual recibía dinero de Casa Presidencial. De nuevo, yo no digo sobresueldos ni de la partida secreta.

Lo que yo acepto es que recibí dinero de Casa Presidencial: uno, por venir a trabajar con Luis Verdi; dos, por viáticos en otras fechas donde venía a trabajar para el despacho del presidente, primera dama o Luis Verdi.

De nuevo, insisto, yo no reconozco la autenticidad de los documentos que me has presentado. No reconozco la autenticidad de ellos. La autenticidad de ellos está por definirse. Lo que vos me has presentado, ya te dije lo que reconozco.

Entiendo que un criteriado es una persona que está buscando librarse de una pena y que para eso expone hechos, temas y que le toca a Fiscalía determinar la autenticidad de lo que pone y lo que presenta. Yo en esta entrevista no te reconozco más de lo que ya te he reconocido.

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Esto que acabás de agregar me hace insistir en una duda que tengo: durante este tiempo vos recibías dinero en efectivo que no declarabas y que veías que no venía de la forma legal y tradicional que está contemplada en la Ley de Salarios, que es por medio de un depósito. Cuando salieron todos los casos de corrupción y se conocieron los recibos de sobresueldos y los gastos de la partida secreta, vos, siendo un periodista acusioso y experimentado, ¿nunca pensaste “¡hey, quizá yo también recibí dinero de la partida secreta!”?

Yo sabía, te repito, que había recibido dinero de Casa Presidencial por los trabajos que hacía.

Ok. Ok. Héctor, cuando vos viste que salieron los recibos de los casos Funes y de Saca, que salieron públicamente, vos sos periodista y además sos periodista de investigación. Cuando viste esos recibos, ¿nunca pensaste “quizá yo recibí dinero de la partida secreta también?

No.

¿Nunca lo pensaste?

No. No. Es que estás dando vueltas en esta táctica…

Perdón que te interrumpa, lo que pasa es que vos sos un periodista y además un periodista reconocido. La gente no va a creer que vos digás “yo vi los recibos, pero los míos eran diferentes”.

Yo no creo que vos podás establecer qué es lo que la gente piensa… vos me estás haciendo preguntas bastante vagas. “Vos creés que la gente no va a creer”… Viejo, yo no puedo decir lo que la gente va a creer.

Héctor… Vos creés que alguien te creería si vos decís que recibías dinero en efectivo que no declarabas, en la Secretaría Privada de la Presidencia, y que después de que se destaparon todos los casos de corrupción que coincidían con todos estos hechos, ¿vos creés que alguien te creería que vos, siendo un periodista de tanto prestigio y además un periodista bien respetable, que no sabías que era dinero de la partida secreta?

Esa es una pregunta ociosa y la has hecho tres veces y te la he contestado: yo no puedo saber lo que la gente creería o no creería. Ni siquiera puedo saber lo que vos creerías. Yo puedo saber lo que yo creo. Lo que yo sé y certifico para los efectos de esta entrevista es que a mí me pagaron, cuando yo era un funcionario y no ejercía como periodista, me pagaron por venir a realizar unos trabajos de consulta y de asesoría con el entorno del entonces presidente, que en la ocasión donde fue mayor ese ingreso yo no recibí salario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Y que, en otras ocasiones, porque esos viajes me eran requeridos constantemente, me pagaron aviones, hoteles, viáticos, alimentación, etcétera. En ese momento mi entendimiento… en aquel momento mi entendimiento era que no había ninguna ilegalidad en ese tema. Esa es mi respuesta.

Si entendimiento en aquel momento era que no había ninguna ilegalidad. ¿Ahora qué creés?

(Guarda silencio durante siete segundos) No te puedo responder eso porque ese dinero lo recibí en aquel momento.

¿Ahora qué pensás de ese mecanismo de entrega de dinero dinero?

Que no es el más adecuado.

No más preguntas sobre ese tema. Sobre tu relación con el empresario Adolfo “Fito” Salume, vos ya nos habías contado algunas cosas a los miembros de la redacción de Factum. Algunas veces de forma individual y otras de forma colectiva. Según lo que nos explicaste en su momento, en el génesis de Revista Factum, para financiar el proyecto, buscaste a varios empresarios, entre ellos a Salume. ¿Por qué buscaste a Fito Salume? Es decir, buscaste a varios empresarios, ¿pero por qué a Salume?

Vaya, aquí me voy a ir un poco atrás para hablar del génesis de esta revista que está escrita en la página web y que ha sido hablado en esta mesa también. En 2014 surge la inquietud de formar un nuevo medio de investigación.

La abogada interrumpe: ¿Puedo tener un momento, para hablar con él?

*Ambos se levantan a conferenciar durante tres minutos, al cabo de los cuales Silva Ávalos retoma su respuesta*

Entonces, lo que te decía, empieza esa idea y lo primero que surge es: ¿cómo la financiamos? Y en eso surgen varias posibilidades. Una, la más evidente, es como se financian la mayoría de medios independientes del mundo, que es a través de grants, grants de fundaciones, etcétera. Y yo, por supuesto, empecé a buscar esas posibilidades. Y lo que me encontré es que todos me dijeron “nos interesa, pero no puede ser en blanco. Es decir, tenemos que saber a qué le vamos a apostar”. Entonces, para hacer eso se necesitaba una forma previa de funcionamiento. Y en el momento empecé esta discusión con las dos personas que a la postre se convirtieron en socios y que son los dos socios de Factum Media S.A. de C.V. que, como vos sabés, es la sociedad madre de esta revista.

La discusión en ese momento fue: exploremos la posibilidad de funcionar con financiamientos privados. Esa búsqueda, que la hice yo, significó conversaciones con varios empresarios. Yo en su momento mencioné algunos nombres. Era una discusión interna. Por eso te digo que aquí hay temas administrativos, porque cuando yo hablé con esas personas siempre hubo compromiso de confidencialidad. Porque no había acuerdo.

De hecho, elaboramos un pequeño plan. Eso lo discutimos en la casa de César Fagoaga. Ahí llegó Orus Villacorta. Un plan con posibles nombres, un plan editorial, costos, etcétera. Eso lo presenté allá en Estados Unidos a varios empresarios salvadoreños y acá en El Salvador a varios también, entre ellos a Fito Salume. A Fito Salume lo conocí en Washington. Él andaba allá y me contactó y me pidió tomarnos un café. Y me reuní con él como me reuní con todos los demás. Así es como lo conocí y como empecé a platicar con él.

No es usual que un empresario millonario como es Fito Salume ande por Washington y casualmente le llame a un periodista para reunirse con él para decirle que quiere financiar su nuevo proyecto.

Pero es que vos estás diciendo cosas que yo no te he dicho. No, no, no. Me decís que no es usual que un empresario millonario llame a un periodista y le diga “quiero financiar tu proyecto”. ¿A qué hora he dicho yo eso?

Dijiste que te llamó.

Sí. Para reunirnos.

Y ahí le planteaste el proyecto, entonces.

No, no. Eso lo has dicho vos.

Entonces, ¿cómo fue? Explicame.

Él me llamó para tomarnos un café. Como me puede llamar cualquier empresario, cualquier político, cualquier fuente. ¿Por qué andaba en Washington? No lo sé. Es un empresario, un millonario que tiene intereses por todos lados. Entonces me dijo: “Mirá, conozco tu trabajo y tal. Reunámonos”. Nos reunimos y hablamos de muchas cosas. No de Factum.

¿En esa primera reunión no hablaron nada de Factum?

No. Hablamos de muchas cosas. Me explicó un poco su portafolio. Que su gran tema de interés era el Cártel de Texis. Me interesó mucho esa parte porque era un tema que empezaba a surgir en aquel momento. Creo que para entonces El Faro ya había sacado su reportaje.

¿Eso en qué año fue?

Creo que fue en 2014.

Para ir quedando claros, ¿te parece correcto decir que tu primer contacto con Fito Salume fue un contacto de tipo fuente-periodista?

Lo que te estoy diciendo es que fue una relación con un empresario salvadoreño. En aquel momento mi trabajo era investigador en la American University de Washington. Y me reuní con él como me reunía con un montón de gente. Eso fue después de publicar mi libro “Infiltrados”. Entonces, en mi libro ya se habla de Texis, por ejemplo.

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¿Y en qué momento le planteás vos tu proyecto, Factum?

No recuerdo los meses exactos. Pero empiezo a dar vueltas y en ese momento había una plática con NED, que es uno de los financistas actuales de Factum, hasta donde entiendo porque tengo un año de no estar, como vos sabés. Y para entonces ya había pláticas para un grant. Pero ellos y otros me pedían avanzar. Entonces, no recuerdo exactamente los meses, pero empecé a hacer contacto con los empresarios y cuando viajaba a El Salvador les pedía reuniones.

¿Qué le planteaste a Fito Salume en términos financieros?

Le presenté el plan. A él y a todos. De esto que te estoy diciendo tuvieron conocimiento en su momento Orus y César. César en ese momento estaba trabajando en La Prensa Gráfica, pero él ya se quería salir de ahí. Entonces les dije “esto lo voy a presentar” y yo hacía esos acercamientos. Y entonces yo les decía “miren, aquí está esta posibilidad”. Yo planteaba en aquel momento la idea de una especie de fideicomiso: que hubiera inversionistas en la revista que pusieran plata y que se establecieran términos de trabajo en los que ellos iban a realizar una inversión a una sociedad anónima, pero que se establecían responsabilidades editoriales con las que no iban a tener nada que ver.

Esas pláticas que vos mencionás que tuviste con Fito Salume, ¿cuánto duraron?

Un buen rato. Con él y con todos. Meses. Un par de meses quizás.

¿Cuántos meses?

Ay, bueno, Bryan…

Te pregunto esto porque “unos meses” pueden ser veinte meses, cuarenta meses…

No, no. Unos tres, por ahí. Que yo me recuerde. Luego, todo eso se… vaya. En el caso de la conversación con Fito continuó. En un momento se determina que esa no es una buena idea porque todos los empresarios con los que hablé… no era una figura que ellos entendieran. Porque… lo que me queda claro es que no van a aceptar una relación en la que no tengan una incidencia editorial. No era una forma de inversión en la que ellos querían participar. Con Salume seguí platicando, incluso fui a su oficina. Otra gente me acompañó. Se hablaba de… me explicó toda la operación de Diario1 donde vos trabajabas.

Al conocer la operación de Diario1 entendí por dónde iba el rollo, que era su periódico para desenvolver su agenda. Eso vos lo sabés, vos lo dijiste también en esta mesa. Y esa es un poco la historia.

Me interesa saber cuándo terminó esa relación con Fito Salume porque vos sabés que hay elementos, como la inscripción de un sitio web, la inscripción de la palabra Factum en el Registro de Propiedad Intelectual… Entonces, yo quiero saber cuándo termina tu relación con Fito.

Antes de eso. Antes.

Por eso, ¿cuándo? Yo sé que no me vas a decir el día, la fecha y la hora, pero decirme “duró unos meses” o decir “antes de que registraran el sitio” es muy vago.

Duró unos… las pláticas duraron semanas porque vine y me reuní con los empresarios no una vez sino varias veces. Salume tenía un elemento extra, si querés. Y es que tenía un montón de información sobre un montón de cosas. Específicamente sobre Texis. Vos trabajaste esos temas con él. Me mantuve platicando con él. Lo que ahorita te sé decir es que cuando él inscribe esos temas (creación de sitio web y patente de palabra Factum) yo ya no me estaba reuniendo con él. Me recuerdo que (se ríe) una de las últimas veces que me habló, me llamó enojado porque vos te habías venido para acá, para Factum. Entonces yo le digo “esas explicaciones no te las tengo que dar”. Pero esas fueron las últimas conversaciones.

*Consultado por el reportero a cargo de la investigación, el cofundador de Revista Factum, Orus Villacorta Aguilar explicó que el sitio web oficial de este medio www.revistafactum.COM no fue creado ni comprado por el empresario Salume, sino por la sociedad GUION MULTIMEDIA el 18 de septiembre de 2014. Para demostrarlo, Villacorta proporcionó el recibo original de la compra. 

No así el sitio www.revistafactum.NET que fue registrado el 31 de octubre de 2014 por Sistemas Comestibles, empresa de Fito Salume.

Debo entender entonces que durante unas semanas tuviste pláticas con Salume sobre la revista y que luego te quedaste hablando con él sobre temas que tienen que ver más con tu actividad meramente periodística y que nada tienen que ver necesariamente con Factum.

Es correcto. A ver, yo no tengo memoria de cuándo fue la última conversación que yo hablé la propuesta con él.

¿Para el 2018, por ejemplo, todavía hablabas con Fito Salume sobre temas administrativos de Factum?

No, señor. Eso duró unos meses. Pero pronto. No duró demasiado. Llegó un momento en que se cortó esa plática. ¿Cuándo fue que viniste vos a Factum?

En 2016. En agosto de 2016.

Bueno, ahí… ¿y cuándo hablamos la primera vez de aquel tema que querías publicar aquí estando en Diario1?

Eso fue en abril de 2016.

Vaya. Ahí… ehhh… bueno, alguna vez me habló, pero no para hablar de Factum. Sino de otras cosas. Pero estás queriendo poner una fecha de la que yo no te puedo dar certeza.

En el tiempo que duran estas conversaciones iniciales con Fito Salume, ¿vos recibiste ayuda ya fuera económica o de otro tipo de parte de Fito Salume o alguna de sus empresas?

Mirá… Sí. Hubo un acercamiento con la gente que trabajaba en Diario1, que ofreció ayudar en la línea gráfica de Factum. Entonces, yo me reuní con… no me acuerdo el nombre del muchacho. Y platicamos de eso.

Eso fue porque Fito Salume lo permitió. Él te dijo “mirá, te voy a poner a la gente”.

Sí, me dijo “mirá, esta persona puede echarte la mano”. Y yo ya lo conocía porque él era el diseñador de El Diario de Hoy.

Juan Durán.

Sí, correcto, él.

Entonces Fito Salume, a través de su empleado Juan Durán, sí te ayudó a crear la línea gráfica de Factum…

Juan Durán me ayudó.

… Acabás de decir que Fito dijo “mirá aquí está esta gente”.

No. Eso lo dijiste vos.

Héctor… me acabás de decir que Fito Salume autorizó que Juan Durán te ayudara.

No, eso no sé yo.

Pero Héctor, ¡si me lo acabás de decir!

No. Yo te dije que hablé con Juan Durán. Eh, sí. Lo que te dije es que él sugirió “mirá, este chavo te puede ayudar”.

O sea, su empleado.

Él no me dijo eso.

¿No sabías que Juan Durán trabajaba en el Diario1?

Y no yo te acabo de decir que sí.

Ajá…

Yo te acabo de decir que sí. Él (Fito Salume) me dijo, “mirá, este chamaco te puede ayudar”. Entonces, yo conocía a Juan Durán y le dije “mirá, Juan, tengo esta idea”. Y Juan trajo eso.

¿Qué otra ayuda recibiste vos de Fito Salume?

Ninguna.

¿Vos le comentaste a los otros fundadores de Factum que Fito Salume puso la línea gráfica de la revista?

No. Eso no se lo comenté a Orus.

¿Por qué?

No sé. No sé. Simplemente había una oportunidad de recibir una ayuda en un momento en que no teníamos recursos para pagar esas cosas que eran fundamentales, verdad. Y que estábamos bregando para hacer el tema. Y en el momento en que ya estábamos en el entendimiento de que yo estaba hablando con gente para ver si se podía hacer una inversión en Factum.

Fito Salume dijo en un comunicado en octubre de 2019 que te había contratado para fundar Revista Factum. A El Faro le dijo el mismo mes que te había pagado. En su momento él también dijo que tenía pruebas, las cuales nunca ha querido entregar, ni a El Faro ni a nosotros. Aunque ya lo has dicho por otros medios, me veo en la necesidad de hacerte explícitamente esta pregunta para que quede constancia: Héctor, ¿vos nunca has recibido dinero de parte del empresario Fito Salume, no necesariamente para fundar Factum sino bajo cualquier concepto, ni en efectivo, ni por transacción, ni de cualquier otra forma?

No.

Ok. Vos decís que para 2016…

Esperá, te quiero hacer un comentario al respecto. Vos mencionaste ese comunicado, ¿verdad?

Sí.

¿El mostró algún contrato o documento en algún momento?

No.

¿Alguna transacción bancaria?

Ninguna.

¿Algún cheque?

Ninguno.

¿Algún recibo?

Para nada.

Ok.

Ok. Entonces, vos decís que hubo unas conversaciones con Fito Salume entre 2014 hasta 2016. Ese tiempo es en realidad mucho más de los tres-cuatro meses que mencionaste al principio…

(Interrumpe) Yo no mencioné tres meses.

Héctor… vaya. Está en la grabación que vos también estás haciendo de esta entrevista.  No vamos a estar…

¿Cuatro meses dije yo?

Dijiste que las conversaciones habían durado tres o cuatro meses y que de hecho las conversaciones con los otros empresarios duraron apenas unas semanas… pero mirá, está grabado. No tengo que convencerte de nada de lo que ya dijiste.

Interrumpe la abogada: Ahí hay un error de indeterminación. Y… les digo a ambos: él no recuerda, y como él no recuerda, lo dice así. Y estar en el impase de que él no recuerda. Igual no hay una puntualización de temporalidad. Entonces, es indeterminado. Solo quiero hacerle una pregunta a Héctor para efectos de… Héctor, ¿quiénes son los que constituyen Factum Media S.A. de C.V.?

Héctor: César Castro y Orus Villacorta.

Abogada: Entonces, si ellos son los fundadores, ellos deben tener el conocimiento de quiénes fueron los financistas.

Yo le estoy preguntando a Héctor sobre el financiamiento de antes de que existiera la sociedad, cuando Factum era solo un sitio web. O… Héctor, ¿vos no fundaste un medio que se llama Factum?

Sí, yo soy cofundador de Factum, sí.

Vaya.

Yo creo que lo que la abogada está tratando de decir es que la responsabilidad legal del financiamiento de Factum Media es de los fundadores de la sociedad.

Sí, claro, pero yo no estoy hablando de la sociedad, estoy hablando de Factum, el sitio que fundaste en 2014.

Abogada: ¿Existe Factum? Perdón, aquí para efectos de conocer y ya no interrumpirles. ¿Existe Factum, una sociedad Factum aparte de Factum Media?

Existe un medio llamado Revista Factum, fundado en 2014, antes de que se fundara Factum Media. Vaya, Héctor, pero volviendo al tema. Dijiste que tuviste reuniones con Fito Salume durante unos meses en 2014. Y también dijiste que para 2016, cuando ya habían pasado al menos 20 meses desde aquellas conversaciones, ya no tenías ninguna conversación con Fito Salume sobre temas administrativos de la Revista Factum. Sin embargo, en una reunión, en octubre de 2019, vos le mencionaste a Orus y a César que la última conversación que tuviste con Fito Salume fue sobre quién pagaba mi salario si él o vos. Yo empecé a trabajar como periodista en Factum en agosto de 2016. ¿A cuenta de qué, en agosto de 2016, vos conversabas con Fito Salume sobre quién pagaba el salario de uno de los periodistas de la redacción de Factum?

Perdón, pero ahí me perdí. ¿Quién dijo eso?

Vos.

¿A quién se lo dije?

A César y a Orus en una reunión que tuvieron el 14 de octubre de 2019, en la reunión donde se te pidió separarte de la revista.

Yo no sé qué es lo que te dijeron ellos. Lo que yo te estoy diciendo es que cuando vos te viniste para acá me llamó para mostrar molestia porque vos te habías venido para acá.

¿Nunca hablaste vos sobre quién pagaba mi salario, si él o vos?

No.

Ok. Me voy a permitir hacerte oír un audio de la conversación entre Orus, César y vos en la que vos decís eso. Lo voy a poner.

Vos estás por mostrarme una grabación que mis compañeros de junta directiva hicieron sin mi autorización. Y eso es ilegal. Como ha explicado la abogada Marcela en el término de lo que sucede en el seno de la junta directiva. Que me hayan grabado es ilegal.

Abogada: De hecho, Héctor, le voy a sugerir que deje que la ponga.

¿La puedo poner ya?

Héctor: Mjm.

(Finaliza el audio). En ese audio vos decís que la última conversación que tuviste es sobre quién pagaba mi salario, si él o vos, y que vos le dijiste siempre que vos. Y repito la pregunta: Héctor…

La abogada interrumpe: Perdón, lo voy a interrumpir y lo siento, pero es por la calidad en la que me encuentro aquí. El audio no precisa eso. Lo está citando erróneamente.

Ok, lo voy a poner una vez más…

Héctor y la abogada hablan al mismo tiempo: No, no, no. No es necesario.

Abogada: No, si ya escuchamos. La cuestión es que está dando por hecho que es cierto eso y que es un audio fidedigno. Y le vuelvo a recordar que esto es una investigación periodísitca y que fue sin el consentimiento, supuestamente, si es que es él, la obtención del mismo. Entonces, ahorita hay una configuración de delito informático, delito en contra de la intimidad de él y una serie de delitos que yo le sugiero que… usted está en la libertad de hacerlo, pero le sugiero que si él no ha dado o no existe consentimiento, si no sabemos si es cierto porque ni siquiera es una extracción… es absolutamente prohibido, y no sé si ustedes tienen abogados aquí en Factum, pero… o sea…

Continúo con las preguntas: Héctor. ¿Dudás de que la que se escucha ahí es tu voz?

Esa pregunta no te la voy a contestar, Bryan. Lo que te voy a contestar es lo que me preguntaste antes…

Que en agosto de 2016, ¿a cuenta de qué vos hablabas con Fito Salume sobre el pago de salario de un periodista de Factum?

Ya te expliqué. Él me habló, se mostró molesto porque vos habías dejado Diario1 y habías venido a Factum. Y en el marco de esa conversación, según ese audio, menciono eso. Partiendo de que ese audio es original… que entiendo que sí lo es (su abogada lo mira y le hace ademanes de silencio llevándose el dedo índice de su mano a la boca) … Porque él mencionó eso. Él ofreció eso. Él agarró un teléfono, me hizo una llamada, me preguntó eso, ¿y qué respondí yo? No. ¿Ah? Eso es lo que dice ese audio. Porque a vos alguien te puede llamar y decirte “Ey, Bryan, echémonos un lineazo” y vos podés decir no.

Ok. Si alguien te hace una pregunta sobre un tema… por algo será. Nadie te va a preguntar algo de la nada a menos que sea un loco. Vos decís, “él me preguntó y yo le dije que no”. Mi pregunta es: ¿a cuenta de qué vos hablabas sobre pagos de periodistas de Factum con Fito Salume?

Me imagino que… es que eso yo no lo hablaba. Él me habló porque vos trabajabas allá (Diario1) y recibías un salario de él. Aquí estamos hablando de si alguien recibió dinero de Fito Salume. En este cuarto la única persona que recibió dinero de Fito Salume sos vos. Eras su empleado. ¿Verdad? Entonces, en ese marco, vos te pasás para acá. No sé cómo era tu relación con él. Él me llama y en el marco de esa conversación sale ese tema. Eso no quiere decir que yo discutía, discutir, enfrentarse en una conversación en la que se plantea un tema, eso es discutir.

Vos decís en el audio: “Yo le dije que no. Siempre le dije que no”. Pero ok. Entiendo tu respuesta. Pero, bueno, hablando de mí… Antes de trabajar en Revista Factum, yo trabajaba en el Diario1, efectivamente; de hecho, yo estaba en una planilla, y mi salario era depositado a una cuenta bancaria a mi nombre cuyos ingresos siempre declaré ante Hacienda. Nunca fue un secreto. Hay publicaciones en Diario1 con mi firma, con mi nombre. Sin embargo, antes de pasarme formalmente a Factum hablé con vos para hacer varias colaboraciones aún trabajando en el Diario1. Yo recuerdo que en ese entonces, existía una relación en la que vos mostrabas libertad y además la capacidad de poder decirle a Fito Salume que te prestara a uno de sus periodistas del Diario1 para que trabajara para la Revista Factum. Tanto así que soy yo.

En una ocasión tuvimos una conversación por Facebook en la que yo te dije: “Héctor, quiero colaborar con ustedes para esta cobertura, pero no sé si me den permiso en el Diario1, pedilo vos”. Eso fue para la cobertura de una conferencia de prensa que iba a dar Enrique Rais en los tribunales. Al rato vos me contestaste diciéndome: “Tranquilo. Ya hablé con “el hombre”, no hay problema”. Vos habías hablado con Fito Salume, directamente, para que me autorizara realizar una cobertura para Factum. ¿Por qué vos te sentías con la libertad de pedirle a Fito Salume que te prestara a uno de sus periodistas?

Porque vos me diste esa libertad. Vos me pediste ayuda. Vos me pedías.

No. De hecho, vos eras quien me pedía a mí que colaborara con Factum.

Sí, pero esa relación con vos se abre… es que ahí, mirá, es donde creo que estás tratando de incriminarme… estás llevando toda esta entrevista de una forma incriminatoria, diciendo “A Héctor Silva lo voy a joder”.

Ahora vos decís saber lo que yo pienso…

Dejame hablar porque yo te he dejado hablar. Y con todas tus interpretaciones y tu línea de cuestionamiento que tiene muchísimo de especulación, estás tratando de llevar el tema por ahí. Y creo que lo estás llevando de una forma en la que al final vos solo te estás metiendo en un tema en el que vos también tenés participación. ¿Me entendés?

Vaya, había una relación con Salume que ya te dije que prestó colaboración con Juan Durán. Así como Juan Durán, Bryan Avelar. Entonces, el primer contacto lo hiciste vos. Yo estaba en la sala de mi casa en Estados Unidos y me dijiste “tengo un tema”. No recuerdo las palabras exactas de esa conversación. Pero lo primero fue que yo te pregunté “¿Y cómo está eso en Diario1?” Vos me dijiste: “Aquí ya topé, no lo van a publicar”. Yo para entonces ya tenía una relación, yo hablaba con esa persona. Entonces, no veo ninguna anormalidad en que el tema tuyo haya salido.

Posteriormente continúan las pláticas y vos me decís “pedí permiso” y eso es lo que yo hago. Porque no podía ser de otra forma. Vos trabajabas ahí. Y bueno, te voy a poner otro caso: cuando César Castro empezó a trabajar aquí, todavía trabajaba en La Prensa Gráfica. Y así empezamos. Y yo siento que eso es una cosa con bastante normalidad.

Y te digo una cosa: Aquí hay un tema bastante espinoso en todo esto. Y lo voy a tocar ahorita porque creo que es el momento. Todo esto surge de ese comunicado que Fito Salume publica en su momento. En el marco de un pleito político que él tenía con el presidente Bukele. Y a partir de entonces hay un esfuerzo sostenido de parte del presidente Bukele de intentar criminalizarme a mí.

Entonces, las circunstancias de ese momento incluso están publicadas en Factum. Entonces, claro, ahora, con esta línea de cuestionamiento, a mí la impresión que me da es “incriminemos a este para que quede claro que al que hay que criminalizar es a este, no a nosotros”.

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Si hubiese un elemento de comisión delito en mi relación con Fito Salume o cualquier empresario… si hubiese algún elemento de eso, que no lo hay, me parece una absoluta doble moral que vos me estés recriminando a mí por una relación que tenías vos con un empleador. Y que me estés reclamando a mí porque vos habías pedido permiso y yo te dije “sí, ya estuvo”. Vos me estás reclamando porque hice algo que vos me pediste.

Ok. Héctor, la diferencia es que cuando yo pasé a trabajar a esta revista para nadie era un secreto que yo recibía un salario en planilla, a través de una cuenta bancaria del Diario1.

¿Y alguien te cuestionó tu calidad profesional, moral?

Nadie.

¿Y por qué una relación normal, como la que ya te he explicado que en su momento hubo con otros empresarios, sí es moralmente, legalmente o periodísticamente cuestionable en mi caso pero no en el tuyo?

Porque vos no dijiste la verdad. Vos no confesaste esa relación con Fito Salume. De hecho, varias de las cosas que estás revelando ahorita en respuesta a mis preguntas no las habías contado. De hecho, en su momento, en la primera conversación que tuvimos en esta misma mesa, vos dijiste que las conversaciones con Fito Salume habían sido muy cortas y que nunca habías recibido ningún tipo de ayuda de ninguna forma. Y ahora estás revelando que sí.

Pero eso ya se lo había comentado a Orus. Como me grabaron la plática, ahí se lo comenté, el día ese…

Bueno, a la redacción, en 2018, ante las preguntas que yo te formulé, lo negaste.

Abogada: ¿Se da cuenta de que esta investigación no es periodística…?

Sobre ese tema, con el mayor de los respetos, licenciada: usted no es periodista.

Abogada: No, pero soy penalista. Y aquí lo que está haciendo es coacción y le están invalidando todos los derechos a él como miembro de la junta directiva.

Ok, licenciada. ¿Puedo terminar mis preguntas a Héctor?

Abogada: Sí. A mí me llama la atención que desde el inicio las preguntas han sido de manera dolosa y quiero que conste en la grabación que él ha sido acosado, ha sido coaccionado, se le ha estipulado una serie de cuestiones que no han sido investigadas por el ente que debe determinarse, pero prosiga…

Ok. Héctor, en la primera reunión que tuvimos sobre este tema frente a toda la redacción, en 2018, ¿por qué razón ocultaste información sobre tu relación con Fito Salume que hoy has revelado?

¿Qué información?

Por ejemplo, la revelación que has hecho sobre que sí recibiste ayuda de Fito Salume para realizar la línea gráfica de Factum o de préstamo de un periodista. Eso no lo mencionaste en 2018. ¿Por qué? Tampoco lo mencionaste en los comunicados, ni en los editoriales.

Sí, pero esa fue decisión de ustedes.

Héctor, vos hacías los editoriales…

Sí, pero cuando… cuando… bueno. Vaya. No hubo ocultación de hechos relevantes. No hubo ocultación de ninguna información que confirme la razón por la que los dos socios me separaron de Factum. Lo que hay ahorita, creo, es una búsqueda tuya de incriminarme con algo.

Héctor, esta respuesta que estás dando es importante porque no es una respuesta para mí sino para tus lectores.

Es una respuesta para vos y es para vos porque vos me has dicho que sos vos quien lleva esta investigación con un editor. Pero también es una respuesta también para el seno de la junta directiva. Vos estás revelando cosas en esta conversación que, como ya te advirtió Marcela, rayan en una ilegalidad. Por ejemplo, grabarme. Grabarme, man, o sea… eso es…

Héctor, vos has publicado investigaciones cuya fuente principal son audios que se grabaron sin el consentimiento de personas, como los audios presidenciales de Funes, ¿te acordás?

Sí, pero ellos son…

Abogada interrumpe: Eh… este… quiero saber la finalidad que tiene eso. Yo ya no quiero intervenir en lo que tienen. Eh… (silencio de cinco segundos). Me encantaría que de verdad pensaran las cosas que están diciendo los dos (silencio de tres segundos). Que están diciendo los dos…

A mí también me encantarían varias cosas, ¿pero?

Abogada: Siga…

Héctor: Es diferente porque en este caso había una relación de buena fe entre colegas que fundaron un medio que les ha dado de comer cinco años.

Abogada: Le voy a sugerir, Héctor, que piense si quiere seguir con la entrevista porque usted ya es víctima aquí de varios ilícitos y en la calidad en que lo están entrevistando le hacen imputaciones directas. No hay un proceso penal, no es un proceso judicial. A mí me llama totalmente la atención la línea acusatoria y el ánimo calumniante de las preguntas. Como su abogada se lo estoy recomendando.

Héctor: Agradezco su recomendación, Marce. No voy a suspender la entrevista ahorita, pero esa línea de cuestionamientos… primero, no voy a discutir más lo de ese audio. Solo entiendo que hay una ilegalidad ahí, pero ese es un tema entre abogados.

Solo quiero insistir en una última pregunta Héctor: ¿Por qué ocultaste información sobre tu relación con Fito Salume?

No oculté ninguna información. Te voy a dar una respuesta. La primera parte es esa. La otra parte es a mis codirectores, ellos sabían que hubo esas pláticas. Luego, el tema de lo de mi relación con vos y cómo era esa relación cuando vos trabajabas en el Diario1, ellos lo sabían. Ellos estaban enterados del trabajo con vos. En el caso del diseño, en su momento se lo dije al director.

¿Cómo explicás, como resumís vos tu relación con Fito Salume?

Ya te lo dije: es una relación inexistente.

No más preguntas.

Pido a mi abogada que me detenga si lo considera necesario. Que me asesore. Esto es on the record.

Respecto a todos esos recibos que me enseñaste, te reitero: la determinación sobre la legalidad, ilegalidad, autenticidad o no autenticidad de eso, más allá de lo que yo te he aceptado en esta entrevista corresponde a…

(La abogada complementa la oración: “un peritaje grafotécnico que debe ser incluido en un proceso judicial con la autorización de un juez”.)

Te reconocí el pago de honorarios que me hicieron de Casa Presidencial. No te he reconocido en ningún momento que yo estaba consciente o que supiese que eso venía de una partida secreta, sino que eran pagos de Casa Presidencial por trabajos que me mandaron a llamar, y que en el caso de mi ausencia más larga pedí un permiso sin goce de sueldo para recibir esos honorarios.

Que a lo largo de mis casi tres años en el gobierno recibí otros ingresos, otro dinero por concepto de viáticos, de viaje, de hospedaje en El Salvador. No estoy equiparando eso a otros recibos.

Y luego me hablaste de un tema de pagos de tanto dinero al inicio de que me dieron tanto dinero que yo se lo di a los periodistas. Ahí no me has enseñado recibos, ahí solamente tenés la palabra de un criteriado más el testimonio de unos periodistas de quienes tampoco sé nombres.

Entiendo que, como vos me has recalcado, y como mis excolegas te han dicho, esas referencias que se hacen porque aparecen en el testimonio de un criteriado no son elementos que por sí solos avalen la publicación o la adjudicación de una conducta a una persona investigada, en este caso, yo.

Corríjame si me equivoco, licenciada: entiendo que la publicación de algo que me adjudique una conducta inapropiada o delictiva que no esté debidamente sustentada representa la comisión de un delito que es calumnia. Vos me mencionaste unas cantidades de dinero que, según vos, o según tus insumos, me dieron equis persona, y no me has enseñado ninguna prueba más que lo que vos viste y lo que te dijeron unos periodistas. Yo ni siquiera sé qué es lo que te dijeron esos periodistas o si te dijeron “este señor en esta fecha me dio tanto”. Incluso, si ellos te dijeran eso, también tendrían una responsabilidad penal.

Y ahora, con la parte de Salume, de lo cual no he visto nada. Bueno, también eso entiendo que no he recibido ningún cargo del que yo tenga que dar un descargo. Simplemente son conclusiones a las que vos has llegado.

Y lo último, es, como te dije al principio: yo lo entiendo como un proceso que tiene que ver con una investigación que arrancó por aquel comunicado. Esa investigación es una investigación que para mí queda agotada con esta entrevista y entiendo que no hay ningún elemento probatorio de lo que en aquel momento se dijo.

El tema Salume es lo que destapó toda esta historia. Yo entiendo que esto (partida secreta) es algo que salió.

Y entendiendo que todo esto es un tema interno del que yo hablé con la junta directiva, lo que yo planteé en esa junta directiva, además de los tres elementos que ya te dije, es que más allá de esto, la actuación de junta directiva y la actuación de los socios, desde mi punto de vista, han obrado en detrimento de mis derechos como miembro de junta directiva y como ciudadano.

¿Por qué creés que se han violado tus derechos como miembro de la junta directiva?

Esa respuesta no te la voy a dar a vos. Esa respuesta se la voy a dar a la junta directiva. Además, la junta directiva me planteó y me plantearon varias cosas que no han cumplido. Entonces, eso vos no tenés que saberlo. Lo que digo es que en el marco de esto hay otros elementos.