Los habitantes de la comunidad El Edén, ubicada en el cantón Piedra de Moler en el municipio de Nahuilingo (Sonsonate), viven en la incertidumbre desde 2022. Decenas de comunitarios rechazan un megaproyecto que amenaza sus hogares: el Tren del Pacífico, cuya primera fase está planificada para recorrer desde el Puerto de Acajutla hacia San Salvador.
24 de noviembre de 2023
El Tren del Pacífico es una promesa de campaña del presidente Nayib Bukele. Este, al igual que el Centro para el Confinamiento del Terrorismo (CECOT), en San Vicente; la carretera entre El Cuco y Punta Mango, conocida como la segunda fase de Surf City; el Aeropuerto Internacional del Pacífico, en La Unión; y el proyecto Ciudad Transformada El Mozote, implicará la adquisición, desplazamiento y apropiación de viviendas particulares de esas zonas por parte del Estado.
En junio de 2023, más de una decena de sus habitantes relataron a Revista Factum lo poco escuchados que se sentían por empleados del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y de la empresa contratada para realizar el estudio de factibilidad del proyecto.
Los habitantes de El Edén pidieron permanecer en el anonimato, pero relataron que no han recibido respuestas claras de parte del Gobierno sobre las ofertas de precios sobre sus viviendas, cuál será el trazado exacto de la vía férrea y fechas de ejecución del proyecto.
Según varios comunitarios, miembros del MOP y una empresa llegaron a la comunidad a efectuar mediciones de sus hogares y les pidieron firmar documentos para ello, pero el permiso solicitado estaba amplificado: no solo implicaba la autorización de medir las casas, si no también la aprobación del megaproyecto.
Desde mediados de 2023, los residentes de El Edén viven con la incertidumbre de si perderán sus hogares. Manchas de pintura acrílica están dispersas en las aceras, en los muros de las casas y hasta en los troncos de los árboles. La visita de los técnicos que hicieron las mediciones les dejó miedo e indignación. “A algunos les dijeron que para qué estaban reconstruyendo sus casas, o haciéndoles arreglos, si todo eso lo íbamos a perder”, relató uno de los residentes.
Los miembros de la comunidad también temen no recibir un precio justo: critican que estén calificando sus hogares como zona “rústica” y no urbana, ya que ello implica un menor precio en el valúo.
Aunque la promesa del tren ha resonado desde 2019, cuando Bukele ganó la presidencia, la implementación del proyecto ha sido lenta. Y opaca. El Gobierno casi no tiene disponibles datos públicos del proyecto, que es financiado a través del Fondo Fiduciario entre la cooperación coreana y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
El Tren del Pacífico, al igual que el Aeropuerto del Pacífico, tiene su propia ley ad hoc aprobada de manera exprés por los diputados de Nuevas Ideas, el partido del presidente, y sus aliados, en abril de 2022.
El estudio de factibilidad, programado para una duración de aproximadamente un año y medio, de acuerdo con los términos de referencia publicados por el BCIE, inició en septiembre de 2021; y fue otorgado a la empresa surcoreana Soosung Engineering and Consulting, especialista en el desarrollo de este tipo de infraestructura. Según pocos datos brindados por algunos funcionarios durante eventos públicos, el Tren del Pacífico podría costar unos $150 millones.
Revista Factum solicitó a la Comisión Ejecutiva Aeroportuaria (CEPA) y al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) toda la información técnica generada hasta el momento relacionada al proyecto, pero hasta el cierre de esta investigación no se recibió respuesta. También solicitó entrevistas para hablar de este tema y tampoco obtuvo respuesta.
El mapa de vegetación y suelos, disponible en el Visualizador Geográfico del Sistema de Evaluación Ambiental del MARN, indica que el tren podría atravesar un trazo aproximado de 90 kilómetros. Ese cálculo lo hizo el mismo Gobierno, cuando presentó la planificación de la obra.