¿Qué pierde el FMLN sin la llave en la Asamblea?

La elección de magistrados para la Sala de lo Constitucional. El fiscal general. Los presupuestos generales. Los préstamos para el gobierno. Todo esto lo podría decidir una correlación de diputados de derecha en la Asamblea Legislativa desde el 1 de mayo de 2018. El FMLN, en medio de un creciente desencanto hacia la política tradicional salvadoreña, está al filo de perder escaños para estas elecciones. La izquierda, con treintaiún diputados, puede darse el lujo de dejar ir dos espacios y quedarse con veintinueve. Perder uno más le significará la irrelevancia en el congreso.

Ilustración FACTUM/Judith Umaña


¿Se avecina una debacle para el FMLN? El poderoso partido de izquierda que ha gobernado El Salvador en los últimos nueve años es una de las víctimas de la desilusión creciente hacia la política. El arrastre de la frustración ciudadana puede llevar al FMLN a convertirse en una fuerza sin ninguna incidencia en la Asamblea Legislativa. Si los números le son por completo adversos para la elección del 4 de marzo, caer de treintaiuna diputaciones a veintiocho sería el advenimiento de una catástrofe en la estructura efemelenista.

Veintiocho diputados no garantizan ninguna fuerza para obligar a la negociación con la derecha en el congreso. Sin la llave para condicionar sus votos legislativos y con una elección presidencial el próximo año con la cuesta hacia arriba, el FMLN tendría en su horizonte cercano varias derrotas. Las más graves las tendría en la Asamblea Legislativa.

La pérdida de incidencia del FMLN en las decisiones legislativas tendría su punto más grave en la elección de magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. En julio de 2018, cuatro magistrados de la sala cumplirán su período de nueve años. Ellos serán sustituidos por otros cuatro abogados que elegirá la Asamblea Legislativa. Para elegir a los nuevos magistrados se necesita la aprobación de lo que se conoce como mayoría calificada: cincuentaiséis votos.

La Sala de lo Constitucional es el organismo dentro de la Corte Suprema de Justicia que conoce los procesos de amparo, hábeas corpus y la inconstitucionalidad de las leyes y sus reformas que elabora la Asamblea Legislativa y de los reglamentos de las leyes que redacta la Presidencia.

La sala es garante del cumplimiento de la primera ley salvadoreña: la Constitución. Y en la contraposición de poderes, la sala es la que dirime diferencias entre el legislativo y el ejecutivo. La importancia de esta sala se refleja en que su presidente es también el presidente de toda la Corte Suprema de Justicia. Los miembros de la sala permanecen en sus cargos durante nueve años. El FMLN ha tenido incidencia en las elecciones de estos magistrados desde el año 2000, cuando logró una cantidad de diputados que supera los veintiocho y que no ha disminuido.

La elección del fiscal general es otra decisión parlamentaria a la que el FMLN se presentaría sin ningún poder de negociación. La mayoría de las elecciones de funcionarios de segundo grado, de hecho, se aprueba con los votos de dos tercios de los ochentaicuatro diputados, es decir, con cincuentaiséis. La suma de veintiocho del partido de izquierda no lograría condicionar ninguna elección.

La posibilidad de que una correlación de bancadas de derecha lo decida todo en la próxima legislatura y deje fuera al partido de izquierda no pasa desapercibida. Eduardo Escobar, director de Acción Ciudadana, una organización que ha seguido de cerca los procesos democráticos internos y el financiamiento en los partidos políticos, cree que una nueva Sala de lo Constitucional integrada por magistrados plegados a los intereses de la derecha política es igual de perjudicial que una sala conformada por abogados inclinados con fervor a la izquierda.

Escobar cree que la independencia de la Sala de lo Constitucional no solo peligra con las intenciones del FMLN por hacerse del control del órgano judicial, como lo han expresado dirigentes del partido, también se corre el riesgo de que este poder del estado salvadoreño le sirva por completo a la derecha. “Yo siempre he estado en contra del control partidario de las instituciones, sea cual sea el color político -advierte Escobar-, porque ya venimos de una historia reciente donde la derecha legislativa ha tenido la posibilidad de poner magistrados a conveniencia, poner a fiscales generales a conveniencia, a magistrados de la Corte de Cuentas a conveniencia, y ya sabemos los efectos nocivos que eso provocó al sistema democrático”.

El director de Acción Ciudadana se refiere con precisión a casos de corrupción que se conocieron hasta hoy, como los de los expresidentes Francisco Flores y Antonio Saca, los dos del partido Arena, que ocurrieron entre 1999 y 2009, y que las instituciones de aquel momento pasaron por alto. “Si pasa que el FMLN no puede tener el suficiente número de diputados para negociar la mayoría calificada y pasa a ser intrascendente, será el momento para que las organizaciones de la sociedad civil monitoreen que la elección de magistrados se haga con criterios de idoneidad y no de cuota partidaria”, comenta Escobar.

En 2005, la Corte Suprema de Justicia, presidida por el abogado Agustín García Calderón, le retiró atribuciones investigativas a la Sección de Probidad, encargada de fiscalizar los patrimonios de los funcionarios públicos. El jefe de la Sección de Probidad en aquel entonces, Eduardo Cáceres, llenó la oficina de García Calderón de solicitudes para investigar a funcionarios de las administraciones de los areneros Armando Calderón Sol y Francisco Flores. Todas las peticiones fueron ignoradas. Una mayoría de magistrados de la Corte Plena, el 9 de junio de 2005, decidió hacer el cierre técnico de Probidad. Las presiones desde la derecha política lograron que las investigaciones contra funcionarios de los gobiernos areneros quedaran sepultadas.

El FMLN ha tenido la llave para la mayoría calificada en la Asamblea Legislativa desde el año 2000. En las primeras dos elecciones parlamentarias en las que participó, en 1994 (21 diputados) y 1997 (27 diputados), la izquierda fue irrelevante en el congreso. En el 2000 fue elegido Agustín García Calderón para presidir la Sala de lo Constitucional y la Corte Suprema de Justicia. En la actualidad, García Calderón es procesado en un juzgado de lo civil por enriquecimiento ilícito después de una investigación de la Sección de Probidad que él contribuyó a cercenar, durante su administración, para favorecer a funcionarios de Arena.

El abogado Félix Ulloa, presidente del Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador, considera que es probable que si el FMLN no logra la llave en el congreso, la selección de los magistrados de la Sala de lo Constitucional podría tener un componente ideológico exclusivo de derecha.

Ulloa, para explicar el perjuicio de una institución estatal tomada por una sola corriente ideológica, menciona al autor contemporáneo Luigi Ferrajoli, quien destaca cinco principios de la representación política. Uno de esos principios establece que los partidos políticos deben mantenerse alejados del control de la institucionalidad del Estado. “No debe haber esa simbiosis de partido-Estado, muy típica de los estados totalitarios; no debe existir esa idea de que los partidos se toman las instituciones o las cooptan; sino al revés, deben estar alejados para que las instituciones funcionen de forma independiente”, dice el abogado.

Las derrotas del FMLN también se contarían en la incapacidad de poner candado a la aprobación de préstamos para el gobierno y de discutir los proyectos del presupuesto general de la nación. En este caso preciso, la posibilidad de que Arena obtenga una victoria traducida en más diputados y alcaldes el 4 de marzo puede colocar al partido de derecha en una posición favorable hacia la elección presidencial de 2019. La pérdida para el FMLN de tres diputados o más y un eventual regreso de Arena al poder ejecutivo pondrían en desventaja política a la izquierda durante, por lo menos, los tres años de la legislatura.

Medardo González, secretario general del FMLN, no concuerda con este escenario. Los cálculos electorales del principal dirigente efemelenista le resultan en una permanencia del escenario legislativo actual. “Usted está partiendo de una hipótesis que yo no comparto. Nosotros partimos de que vamos a sacar un número (de diputados) igual o superior al que tenemos. Va a haber peso y contrapeso en la Asamblea Legislativa como lo ha habido. El pueblo salvadoreño va a distribuir de una manera tal que el FMLN se va a mantener en ese promedio, eso es lo que estamos considerando nosotros”.

La elección de diputados del 4 de marzo es la más importante desde 2009. La elección de magistrados para la Sala de lo Constitucional la vuelve crucial. Quedar fuera de la negociación política será para el FMLN una de muchas derrotas que podrían empezar este 4 de marzo. La meta que se traza el secretario efemelenista Medardo González es el salvavidas para el partido de izquierda. Incluso, podría perder uno o dos diputados y con veintinueve mantendría la llave legislativa. Perder tres legisladores enviará al actual partido en el gobierno a la irrelevancia en el parlamento y a un probable conflicto interno de poderes.

La ola de desencanto ciudadano con los partidos políticos, que se reflejó en las encuestas de opinión de finales de 2017 y principios de 2018, vaticina una votación reducida a favor de los partidos políticos contra un abstencionismo elevado y un posible aumento de votos nulos. El partido más afectado este 4 de marzo, lo mostraron las encuestas, podría ser el FMLN.

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