MAG distribuyó atún enlatado por empresa fantasma mexicana

Se trata de una de las empresas mexicanas que estafó a los venezolanos con productos de mala calidad nutricional y con sobreprecios. Esta empresa distribuye tres de las marcas de atún incluidas en los paquetes de alimentos entregadas por el Gobierno durante la emergencia por el coronavirus. Revista Factum buscó a B-Eminent en tres dirección en México y no la encontró. Las autoridades fiscales de ese país la catalogaron como una empresa que factura operaciones simuladas. 

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) distribuyó atún de las marcas Supertuna, Lucky Tuna y Tritún, envasados por la empresa mexicana B-Eminent, que fue catalogada por la autoridad fiscal de ese país como una empresa fantasma, al facturar operaciones simuladas. Las tres marcas de atún fueron incluidas en los paquetes alimentarios que distribuyó el Gobierno de El Salvador, a través del MAG, como parte del Programa Emergencia Sanitaria por la pandemia del coronavirus.

Revista Factum tuvo acceso a documentación oficial en México que revela que la empresa no supo desvanecer los señalamientos del fisco. La Secretaría de Administración Tributaria (SAT), la autoridad fiscal de aquel país, sostuvo que B-Eminent es fantasma porque su infraestructura, sus activos, su personal y su capacidad para prestar servicios no corresponden con las facturas que emite.

Los primeros paquetes alimentarios repartidos por el Gobierno de El Salvador, a mediados de mayo, incluían latas de atún que llevaban el nombre y la dirección en Baja California de la cuestionada empresa. Pero el empaque cambió. En los siguientes paquetes, el Ministerio de Agricultura eliminó de la lata el nombre de la empresa mexicana, únicamente conservó la leyenda “hecha en México”, y colocó el logo del Gobierno, junto a la dirección y el teléfono de ese ministerio en El Salvador.

El ministro de Agricultra Pablo Anliker reparte un paquete alimentario. Foto/Cortesía

Agricultura no ha querido publicar, divulgar o dar cuentas sobre sus compras durante la pandemia. Lo único que se sabe es que es el segundo ministerio que más transferencias recibió del fondo de emergencias destinado para atender a los afectados por el coronavirus: 79.8 millones de dólares, principalmente para la compra de los alimentos y empaquetado de los mismos.

El atún para los paquetes fue comprado cuando la Asamblea Legislativa permitió que el Gobierno adquiriera productos saltándose la Ley de Adquisiones y Contrataciones de la Adiministración Pública -la LACAP-, una licencia que tuvo el Ejecutivo entre marzo y mayo de 2020. Los diputados obligaron a los ministerios a enviar reportes de sus compras, pero Agricultura fue el único que incumplió. El ministro de Agricultura, Pablo Anliker, tampoco ha querido acudir a la comisión de Hacienda, donde ya dejó plantados a los diputados que están exigiendo rendición de cuentas del uso de fondos durante la pandemia.  

Las latas con las marcas de atún de la empresa B-Eminent cambiaron en las posteriores entregas. Dejaron de mostrar el nombre de la cuestionada empresa e inlcuyeron el logo del gobierno salvadoreño. Foto FACTUM/Salvador MELENDEZ

La mala reputación de B-Eminent no termina con un lío fiscal. Es también una de las sociedades involucradas en el cartel de empresas que estafaron a los venezolanos en 2017 al exportar alimentos de muy mala calidad nutricional.  B- Eminent despachó a Venezuela alimentos con sobreprecios, según lo lograron probar investigaciones de Armando.Info de Venezuela y Excélsior de México. 

En 2018, el gobierno mexicano también acusó a B-Eminent de vender a sobreprecio a través de intermediarios como ShinningCapital. La Unidad de Investigación Financiera de México la incluyó entre las empresas sancionadas por participar en el entramado de empresas que vendió productos de baja calidad a través de una triangulación con intermediarios del Gobierno de Nicolás Maduro.

Una empresa en la “lista negra”

B-Eminent fue constituida en 2014 en Baja California y, según la información en el Registro de Comercio de México, se dedica a “la compra, venta, importación, exportación, distribución, transportación, consignación y en general la comercialización, ya sea al mayoreo o menudeo, de todo tipo de mariscos y productos del mar”, y otros productos. Tiene una división llamada The Marhel Group, que es la que aglutina toda la gama de atunes enlatados.

El 13 de mayo de 2020, el Servicio de Administración Tributaria identificó a B-Eminent como una empresa con operaciones simuladas, según un listado publicado en esa fecha. El artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación, que persigue la evasión y el lavado de dinero en México, establece el procedimiento a seguir cuando se presume que un contribuyente es una Empresa que Factura Operaciones Simuladas (EFOS). B-Eminent fue notificada de esa presunción en septiembre de 2019 y contó con un plazo para presentar pruebas para desvanecer esos señalamientos. No lo logró.

La autoridad fiscal mexicana ratificó su sospecha y apenas el pasado 29 de junio publicó en el Diario Oficial el resultado definitivo de empresas que entraban a la “lista negra” por movimientos dudosos: B-Eminent es una de las 40 enlistadas. 

“Los contribuyentes señalados en el citado Anexo 1 emitieron comprobantes fiscales sin contar con los activos, personal, infraestructura o capacidad material para prestar los servicios o producir, comercializar o entregar los bienes que amparan tales comprobantes”, sentenció el SAT.

B-Eminent es el proveedor de Supertuna. En la lata de ese producto distribuido durante la pandemia en El Salvador aparece la dirección calle Berilo, número 322, ejido Francisco Zarco, poblado San Antonio de Las Minas, Ensenada, Baja California. Esta revista fue a buscar la planta a la dirección señalada en el empaque, pero en ese domicilio se encontró a una empresa que elabora lonas de nombre Resilient, ubicada en medio de una zona rural, montañosa, donde abundan los viñedos.

La dirección que aparece en las latas de atún de B-Eminet, entregadas por el MAG en mayo, era la siguiente: calle Berilo, número 322, ejido Francisco Zarco, poblado San Antonio de Las Minas, Ensenada, Baja California. Factum visitó el lugar y constató que en esa dirección funciona una empresa, Resilent, que fabrica lonas. Fotos FACTUM/Gabriela Martínez

La dirección que aparece en las latas de atún de B-Eminet, entregadas por el MAG en mayo, era la siguiente: calle Berilo, número 322, ejido Francisco Zarco, poblado San Antonio de Las Minas, Ensenada, Baja California. Factum visitó el lugar y constató que en esa dirección funciona una empresa, Resilent, que fabrica lonas. Fotos FACTUM/Gabriela Martínez

Revista Factum también visitó otras dos de las direcciones en las que B-Eminent dijo alojarse. En la página oficial de Marhel Group, la división de B-Eminent que distribuye Tritún y Lucky Tuna, aparece la dirección Edificio Argo Blvd. Las Dunas No. 160, Int. 204 Colonia Playa Ensenada, Ensenada, Baja California. Pero al llegar a ese lugar se puede constatar que en el local 204 lo que hay es una clínica odontológica.  En la tercera dirección, ubicada en El Sauzal, Baja California, se halló una oficina con el logo de B-Eminent, pero sin ninguna persona que atendiera. 

Tampoco fue posible contactar a los representantes de la empresa vía telefónica. En el único número que contestaron, con el prefijo de la ciudad de Sinaloa, dijeron que el director Martín Botello, no podía conceder una entrevista porque se encontraba de viaje. 

Local con un logo de la empresa B-Eminent situado en la Calle Primera y Morelos #241, Local 3
22760 El Sauzal, Baja California, Mexico. Dentro no había nadie, según pudo constatar Revista Factum. Foto FACTUM/Gabriela Martínez

La falta de respuestas sobre B-Eminent se traslada a El Salvador. El MAG tampoco ha entregado información de sus compras a la Corte de Cuentas de la República. Esta revista buscó al ministro de Agricultura, Pablo Anliker, para hablar sobre el mecanismo y el monto de las compras a la sociedad cuestionada, pero él evadió responder la pregunta sobre la empresa en dos ocasiones. Este jueves 23 de julio, durante su visita a la Asamblea Legislativa para rendir informe sobre el primer año de su gestión, Anliker dijo en su intervención ante el pleno que se han comprado 3.8 millones de paquetes alimentarios.

“Varias personas en este pleno han difamado y cuestionado la transparencia de esta estrategia. No somos como ustedes”, les dijo a los diputados. Y agregó: “Me han invitado a que venga a explicarles sobre supuestas arbitrariedades en compra de granos. Estoy acá, dando la cara, para asegurarles que no hemos cometido ninguna irregularidad en estos procesos”. 


El ministro de Agricultura se negó a contestar las preguntas de Revista Factum durante su visita a la Asamblea Legislativa el pasado 23 de julio. Video FACTUM/Jessica Ávalos

Pablo Anliker, al igual que su primo Federico Anliker, quien controla la comisión que administra los puertos marítimos del país (CEPA), además de ser funcionarios públicos son amigos de infancia del presidente de la República, Nayib Bukele. 

Leche de otra empresa cuestionada

El negocio del atún no es el único que une a México, El Salvador y Venezuela. Los paquetes alimentarios del MAG, además del atún, también contienen otros productos envasados en México, como el pollo Natalia que distribuye una empresa mexicana domiciliada en Sinaloa; o la leche Campestre elaborada por ILAS México, otra de las sociedades cuestionadas por corrupción en Venezuela.

ILAS fue uno de los proveedores de productos para los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), el programa insignia de asistencia alimentaria del régimen de Nicolás Maduro, que subsidiaba alimentos en los peores años de escasez. Los paquetes de los CLAP se convirtieron, a su vez, en herramientas de control político para el gobierno venezolano que usó el programa como una herramienta para ganar adeptos y simpatías políticas. ILAS está desde 2018 en la mira de las autoridades mexicanas por sospechas de lavado de dinero.

Productos alimenticios entregados por el Ministerio de Agricultura de El Salvador durante la cuarentena por la pandemia del Covid. Entre los productos se entregó leche Campestre, elaborada por la empresa mexicana ILAS. Foto FACTUM/Salvador MELENDEZ

El análisis químico a ocho marcas mexicanas que el Gobierno de Maduro suministró a los venezolanos reveló que lo que hacían pasar por leche en realidad no era leche, sino un polvo que carecía de nutrientes. B-Eminent, la proveedora de los atunes incorporados en los paquetes alimentarios de El Salvador, también estuvo involucrada en el esquema fraudulento de productos de mala calidad. La investigación de Armando.Info y Excélsior reveló que Vital Milk, empacada por B-Eminent, fue una de las marcas que engañó en su etiquetado: su empaque indicaba una proporción de proteína de 29 gramos cuando en realidad era de 26,36 gramos.

En junio de 2018, la Unidad de Investigación Financiera de México denunció a 14 empresas y personas involucradas en el esquema fraudulento de exportación de alimentos de baja calidad y con sobreprecios a Venezuela. Muchas de ellas lograron un acuerdo con la Procuraduría General de México y pagaron multas. Otras como ILAS México y B- Eminent están a punto de lograr que sus cuentas sean descongeladas, según publicó Excélsior a inicios de julio pasado.


*Gabriela Martínez reporteó desde México.

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