Si alguien quiere comprender la dinámica social de la cultura estadounidense, así como el sentir del ciudadano común, puede abocarse a cualquiera de los productos culturales que este país genera. Uno de ellos (y de mis favoritos, si me preguntan) es el de los comics. Para aquel lector considerado “friki”, esto no es sorpresa alguna, sobre todo, porque sabe que los superhéroes e historias que se plasman en las páginas de papel cuché abarcan mucho más allá del arquetipo básico de la lucha del bien contra el mal. En esta oportunidad analizaré el fenómeno de Civil War.
El siguiente escrito está basado en el comic y no tanto en la película. |
Luego del final de los años 60 —conocida como la edad de plata de los comics—, los personajes e historias comenzaron a mutar, a buscar ser más un reflejo de la realidad misma que una historia mera de ficción. Es así como en los años 80 —lo que se conoce como la edad de bronce— comenzamos a ver títulos de comics mucho más introspectivos, con cuestionamientos que van desde lo existencialista hasta lo moral, de lo filosófico a lo político, siendo esta categoría en la que versaré este artículo.
Así es pues, que los fans hemos estado esperando el estreno de la próxima película del Universo Cinematográfico Marvel (o UCM), que es la configuración del sueño de muchos de ver en pantalla grande las historias que hasta no hace mucho solo se podía leer en las páginas de los comics. Y aunque cabe aclarar que la película (que fue estrenada este pasado 27 de abril) difícilmente cubra todos los aspectos del arco argumental de Civil War —tal y como lo leímos—, es importante analizar los elementos que hacen a esta serie limitada, una de las mejores de los últimos tiempos.
El contexto.
Marvel es conocida en el medio como “La casa de las ideas”. Y es que muchos de sus personajes han llegado a convertirse en verdaderos referentes de la cultura pop, no solo por lo entretenidos que resultan ser, sino también porque terminan generando un lazo con los lectores que se identifican con ellos. Así tenemos grandes temas como Spider-Man, Iron-Man, Capitán América, los X-Men y muchos más.
En los comics es mucho más fácil hacer crossover (es decir, juntar personajes de distintas historias en una misma ) entre personajes de una misma editorial, así que cuando sale un título de esta índole, generalmente son un éxito de ventas; y Civil War no es la excepción.
Corría el año 2005 y en Estados Unidos se encontraban todavía conmocionados por el efecto de los atentados terroristas del 11 de septiembre, un evento real que tuvo tanto impacto que de una u otra forma afectó a todos los productos culturales y a los comics también.
El arco argumental de esta serie limitada se puede leer en la historia principal, que cuenta con siete tomos de 40 páginas aproximadas cada una. En ellas se configura una de las historias mejor contadas de los comics y, a mi parecer, su éxito se debe a que es una metáfora de lo que como sociedad occidental vivimos luego del 11-S.
¿De qué trata?
Civil War comienza con el grupo de superhéroes llamados los Nuevos Guerreros quienes, a decir verdad, no eran muy relevantes en el Universo Marvel, sin embargo tomarían gran relevancia a partir de este punto. Y es que son unos súper humanos que tienen un Reality Show donde se dedican a capturar criminales de poca monta, hasta que en una casa en Stamford, Connecticut, se encuentran ocultos los súper villanos, entre los que está Nitro, un personaje que tiene la capacidad de generar explosiones y regenerarse luego.
Es allí donde Namorita, miembro de los Nuevos Guerreros pelea contra él y entonces, al verse acorralado, Nitro hace una explosión que destruye todo a su alrededor en una zona residencial, causando así la muerte de 600 civiles, incluyendo niños que estaban en una escuela cercana. Luego de este incidente —y a pesar de que muchos súper héroes “importantes” ayudan en las labores de rescate y de remoción de escombros— se genera en la opinión pública un sentimiento de repudio hacia los súper héroes en general.
Esto lleva a las Naciones Unidas y al gobierno de los Estados Unidos a proponer un Acta de Registro para todos los súper humanos, donde pasarían de actuar al margen de la ley a ser asignados y administrados por el gobierno por medio de la institución llamada S.H.I.E.L.D.
Los Avengers, que son el grupo más poderoso de héroes de Marvel, son directamente afectados con este giro de eventos y es desde acá donde se harán dos bandos: uno Pro Registro (encabezado por Tony Stark, A.K.A. Iron Man) y el otro Anti Registro (encabezado por Steve Rogers, A.K.A Capitán América).
Esto desencadenará una batalla que moverá las simientes del mundo, tal y como lo conocen.
¿Cuál es el perfil ideológico de la historia?
Primero que nada, tenemos el evento que desencadena la guerra entre los personajes. La explosión de Stamford —y las víctimas casuales que esta genera— es una clara analogía a los atentados del 11-S y que, si bien no es un acto terrorista deliberado, demuestra la cultura del medio que se instaló en los años siguientes de estos, cultura que continúa hasta hoy en día.
Luego tenemos el rechazo general que se da en la sociedad a los súper humanos. Hay una escena dentro del Tomo 1 que llama mucho la atención, donde Johnny Storm (conocido como La Antorcha Humana de los 4 Fantásticos) es atacado en la entrada de un club nocturno, simplemente por ser un Súper Humano, pese a que ni siquiera tuvo participación en los eventos de Stamford y que además es de los pocos cuya identidad no es secreta. El diálogo que se da entre Storm y sus atacantes —y el posterior ataque a este,— es una clara referencia a lo sucedido luego de los eventos del 11-S. Hablo de la “islamofobia” y el impulso de proyectos de ley que discriminaban y victimizaban a personas árabes, solo por su procedencia o sus creencias religiosas, tendencia que hasta el día de hoy persiste en la sociedad occidental.
Luego tenemos a los personajes medulares de la historia. Hablamos de Iron-Man y Capitán América quienes representan los dos puntos de vista sobre cómo actuar ante una amenaza y sus repercusiones.
En primer lugar, Tony Stark comprende que el registro es una excelente oportunidad para poder, de alguna manera, controlar a aquellos que deciden ser justicieros y, de alguna forma, ordenar el “caos” que genera tener personas al margen de la ley y que toman la justicia por sus manos. Para Iron–Man, el Acta de Registro es el curso natural de las cosas, es lo más “justo y democrático”. A Tony le parece que confiar al Estado las identidades de todos y cada uno de los súper héroes y que sea este quien los “administre” es la idea más lógica. Junto a él se encuentra Reed Richards (Mr Fantástico), Henry Pim (el Ant-Man original, aunque acá usa el nombre de Yellow Jacket) y Spider-Man, quien ve en Stark una especie de figura paternal.
El hecho de que los héroes “entreguen la libertad” de ocultar sus identidades es una metáfora de cómo el ciudadano, ante una amenaza, entrega sus libertades al sistema (de tránsito, de expresión o de asociación), otorgándole el poder de decidir por uno, en tanto se entregue la sensación de seguridad a cambio.
Esa sensación de seguridad que se narra en esta historia es la que Stark considera. Y es que no solo entregaría a S.H.I.E.L.D. lo más preciado para un héroe (su identidad secreta) sino que también le daría de esta forma la posibilidad de configurar nuevas agrupaciones y manejar las acciones de estos.
Acá hay algo destacable y es que Stark tiene a su lado a Richards y a Pym que, valga la aclaración, son considerados de los super héroes más inteligentes de los comics, capaces de lograr grandes análisis y conjeturas científicas, algo en lo que Iron-Man tampoco se queda atrás.
Esta asociación descansa sobre un precepto que representa el primer vicio del lado de Iron-Man: se consideran moralmente aptos para ser ellos quienes dirijan el registro. Definitivamente se trata de un vicio del poder.
Por el lado del Capitán América se encuentran Daredevil, Luke Cage, Falcon e incluso en un momento Punisher. Dada la naturaleza del Capitán, es comprensible que se ubique en contra del registro, ya que considera que atenta las libertades individuales de los ciudadanos con poderes. Si bien es mucho más razonable su postura, hay que entender también que es utópica, en el sentido de que El Capitán espera que los súper héroes serán los que se auto-regulen, para evitar tragedias como la que da inicio a este conflicto.
Debido a que son perseguidos por las fuerzas gubernamentales y algunos de sus ex compañeros, El Capitán y sus aliados pasan a la clandestinidad y forman los New Avengers. Es claro lo que los autores quieren establecer en esta parte de la historia: los valores considerados “americanos” y colocar el concepto del heroísmo como algo completamente ulterior a la hora de defender las libertades.
Hay varias referencias del comic que son obvias y que se transforman en críticas a lo que desde el punto de vista de los guionistas está mal en la sociedad norteamericana. Una de ellas es el llamado “Proyecto 42”, que es una prisión en la Zona Negativa, que consiste en otra dimensión de la cual se puede salir exclusivamente por medio de portales. En esta zona se coloca una prisión donde se retendrá a los héroes anti-registro, una prisión fuera del territorio estadounidense donde S.H.I.E.L.D interroga, encierra y hasta tortura a los que ha declarado sus enemigos…. Si les comienza a sonar el nombre de Guantánamo, no es coincidencia.
Un momento medular del comic es cuando Spider-Man revela su identidad, lo que le conlleva solo malas consecuencias, ya que sus enemigos saben a quién atacar y a qué seres queridos buscar… Este será el inicio del rompimiento de la relación del arácnido con el grupo de Iron-Man. En esta historia, Peter Parker representa al ciudadano común, que quiere confiar en su sistema y que luego, al ver las atrocidades que se pueden hacer en nombre de la seguridad, opta por ponerse en contra.
De la misma forma, el grupo de Iron-Man opta por utilizar a villanos para dar caza a los héroes anti-registro. Esto bajo una premisa: “luego de que cumplan su trabajo, se ocuparán de ellos (de los villanos)”, algo que parece aberrante, para muchos que comprenden que su deber es luchar contra los “malos”, no contra sus compañeros.
Referencias culturales hay muchas como para centrarnos en ellas, aunque hay varias que son destacables, como cuando Tony Stark negocia con Kingpin (el líder mafioso), quien está preso. Stark busca que le ayude por medio de sus fuentes a encontrar información sobre el grupo de los Secret Avengers, lo cual es una analogía exacta del caso de Lucky Luciano, un mafioso que colaboró con las autoridades para revelar a ex-nazis infiltrados en los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial.
Es por esto y muchas razones más que el trabajo de Mark Millar (Guionista) y de Steve McNiven (Ilustrador) pasará a la historia como una de las mejores obras gráficas contemporáneas y que nos ayuda a comprender las paranoias y acciones de la nación del Norte.
¿Veremos esto en la película?
Debido a la extensión de la historia (y la cantidad de personajes que participan en ella) es imposible ver una versión fidedigna de esta historia en la película que fue estrenada el 27 de este mes en los cines nacionales. Más bien veremos una versión reducida de la misma, donde las motivaciones y acciones quizá sean un poco más inverosímiles y donde la resolución sea más escueta. Sin embargo, conociendo los éxitos anteriores de MARVEL (en cuanto a adaptaciones cinematográficas), cumplirá con su papel de hacer un blockbuster, financieramente rentable, donde el espectador no necesite haber leído todos los comics de esta saga para comprenderla… Algo que para mi alegría y alivio es mejor que sea así.
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2 Responses to “Civil War: un reflejo de los miedos de la sociedad estadounidense”
Estimado Nelson,
Gracias por su apoyo y claro que poco a poco iremos cubriendo más temas relacionados al comic y a diversos títulos de este bello arte. Gracias por leer mi artículo.
Saludos.
Sr. Romero,
Me ha gustado mucho su artículo. Espero que también haga lo mismo con “Batman vs Superman”, comparado con “The dark knight returns” de Frank Miller, “The death of superman” y “Justice League”.
Gracias.