“Solo: A Star Wars Story”: ¿una película abandonada a su propia suerte?

La película que muchos esperábamos, la historia de Han Solo, será una cinta que pasará desapercibida por la mayoría. Quizá uno de sus máximos errores es que está realizada para fans. El público en general podrá verla sin mayor problema, pero no descubrirán una panacea del cine de ciencia ficción. Y decir eso acerca de una película de Star Wars es dictar sentencia.


¿Podemos admitir ya que el Episodio VIII “The Last Jedi” nos dejó a la mayoría con un mal sabor de boca? Por ejemplo, a nivel personal me considero “fan de hueso duro” de la saga, pero en diciembre del 2017 salí de la sala del cine como quien ha presenciado la ejecución de alguien inocente.

Y es que, como a la mayoría de seguidores de esta cuasi-religión, Star Wars representa mucho más que meras producciones de entretenimiento. Son, al menos para mí, un registro nostálgico que mezcla infancia, fantasía y la capacidad que solíamos tener para liberar la imaginación e impresionarnos.

Y sí, lo acepto: soy fan ortodoxo de Star Wars. Lo soy tanto que repudio el mote de “Guerra de las Galaxias” para referirme a una de mis producciones favoritas de todos los tiempos. Así como existen hinchas de equipos de fútbol que mitifican a sus selecciones, yo soy un hincha de esta historia y, generalmente, no puedo verla como “una película más”. Para mí, son eventos importantes que configuran un antes y un después. En lo que respecta al universo creado por George Lucas no puedo ser objetivo en absoluto. Al fin y al cabo esta es una crítica que sale desde lo más profundo de un fanboy.

Episodio VIII nos dejó gastados, con las expectativas por lo bajo, así que me sorprendí al descubrirme muy poco emocionado cuando se hizo el anuncio del primer spin off basado en un personaje canónico de la saga original; sobre todo cuando ese personaje es Han Solo, uno de los primeros antihéroes en la ciencia ficción moderna.

¿El resultado? Una de las mejores cintas sobre Star Wars. La película usa una fórmula simple y esta le funciona. Al igual que Rogue One, la trama de Han Solo: A Star Wars Story se desprende del canon cinematográfico desde el segundo uno y anula ciertos detalles que hace a una película de Star Wars ser una película de Star Wars con todas sus credenciales.

“Me sorprendí al descubrirme muy poco emocionado cuando se hizo el anuncio del primer spin off basado en un personaje canónico de la saga original; sobre todo cuando ese personaje es Han Solo, uno de los primeros antihéroes en la ciencia ficción moderna”

Solo termina planteando un universo alternativo, uno que se ve mucho más atractivo que lo que deparan los episodios VII y VIII (ya vistos) y el episodio IX (aún por verse). Y no es porque esta película no se arriesgue. Es decir, resulta difícil contar la historia de un personaje del que se suponía ya sabíamos todo. Sin embargo, en la cinta dirigida por Ron Howard eso quedará entredicho.

Las actuaciones de Alden Ehrenreich (Han Solo), Joonas Suotamo (Chewbacca), Donald Glover (Lando Calrissian), Emilia Clarke (Qi´Ra), Woody Harrelson (Beckett), Phoebe Waller-Bridge (L3-37) y Paul Bettany (Dryden Vos) son convincentes y bien elaboradas. En el caso de Ehrenreich, quien encarna el papel protagónico de Han Solo, debemos tener claro que no se iguala con la interpretación de Harrison Ford —una comparación que resulta obligatoria—, pero podríamos justificarlo diciendo que, al fin y al cabo, este Han Solo es todavía un chico, cuyo camino apenas comienza a forjarse.

Hay algo que se establece con claridad luego de ver esta cinta: el hecho de que la franquicia de Star Wars no ha vivido un mejor momento que el que experimentó en su trilogía original. Me permito afirmar con confianza que se le dan mejor los spin off que los nuevos episodios. Quizá Solo no esté a la altura de Rogue One, pero no es tan decepcionante como Episodio VIII.

Lo que me duele de esta cinta es que probablemente sea víctima del castigo de los fans. Y es que a nivel de mercadotecnia —que es uno de los pilares de la saga—, Solo se ha visto precisamente así, sin apoyo, un tanto abandonada. El aparato de Disney le ha dejado casi a su suerte. Primero la relegaron a un estreno a mitad del año, contrario a los estrenos de fin de año a los que estamos acostumbrados; luego la han puesto a competir contra dos gigantes taquilleros: Avengers Infinity War y Deadpool 2; y finalmente, la promoción que le han dedicado ha sido casi nula.

Podríamos enfrentarnos al primer fracaso de taquilla de la saga de Star Wars y eso enviaría un mensaje incorrecto donde los ejecutivos –los verdaderos villanos de la historia– culpen a esta película, cuando la verdadera culpable es la nueva trilogía.

“Podríamos enfrentarnos al primer fracaso de taquilla de la saga de Star Wars y eso enviaría un mensaje incorrecto donde los ejecutivos –los verdaderos villanos de la historia– culpen a esta película, cuando la verdadera culpable es la nueva trilogía”

Hay algunos detalles que me encantaron de este filme y que omitiré desarrollar con detalle, por pedido explícito de mi editor, por aquello de los spoilers. Únicamente puedo decirles que en Solo veremos caras conocidas, caras que plantean un nuevo universo “alterno” al principal; y desde ya se los digo: si ese es el caso, me parece más interesante contar las historias de origen de los personajes, que el bodrio que se nos ha presentado como secuelas de la saga original.

Solo: A Star Wars Story no se desarrolla separada de la historia principal. Al contrario, viene a abonar y tratar de cerrar cabos sueltos de otras películas. Sobre todo viene a acoger a Star Wars Rebels, la serie animada producida por Disney, que si bien no es parte importante en la historia, deja un guiño que los fans van a amar.

Ya se confirmó un spin off acerca del cazarrecompensas Bobba Fett y también uno sobre Obi Wan Kenobi. Estoy seguro de que estas historias terminarán entrelazadas y completarán así una nueva trilogía de historias de personajes previo al lanzamiento del episodio IV.

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