Quinta temporada de House of Cards: La hoguera incendia la ciudad

House of Cards, la serie más exitosa del servicio de streaming Netflix, trae una temporada —la quinta— que a bandazos mantiene a los espectadores en un drama constante, en donde no se puede confiar en nadie, donde aparecen sombras en la más profunda penumbra, y en la que Frank Underowood nos recuerda, por momentos, a la figura del emperador romano Nerón.

[Alerta spoiler: la siguiente reseña revela detalles puntuales de la quinta temporada de House of Cards. Se recomienda para quienes ya hayan visto los 13 episodios de la temporada]


Del emperador se dice que incendió la ciudad de Roma, literalmente. Asumamos que todo lo malo que se dice de Nerón fue cierto. Asesinó a su hermano, a su madre, incendió Roma y la vio arder mientras tocaba la lira.

Nerón: el primero y más rústico de los “poetas malditos”.

Frank Underwood, en cambio, es el último gran provocador del “show business”. Él incendia Washington D.C. (sí, la mismísima capital del imperio de los Estados Unidos), aunque no literalmente. Su lira, más bien, es la estrategia.

Más frío y calculador que el “artístico” Nerón, Frank nos lleva por una temporada donde lo imposible se hace televisión… ¿o realidad? Los Underwood —y todos los personajes de la serie— nos llevan por un viaje que a veces parece trascender lo posible.

¿Acaso no decía el manual que de eso se trataba la política?

Para entender lo que ocurre en esta quinta temporada, es más fácil que lo explique el mismo Michael Kelly, el actor que hace el papel de Doug Stamper:

Lejos de hablar de los Underwood, hay personajes clave que permiten que la historia se desarrolle con total desenfreno, tan importantes como la pareja presidencial. Estos personajes pueden dividirse en tres grupos.

  • El “Team Underwood”, conformado por el círculo cercano de la pareja. Personajes que de uno u otro modo —muchas veces de manera sucia— ayudan a que los Underwood consigan sus objetivos.
  • Los “ContraUnderwood”, de quienes podría decirse que son “anti” Underwood. Algunos de estos personajes se parecen tanto a sus contrincantes, que es difícil decir que sean lo opuesto.
  • Los personajes nuevos, que aparecen en momentos importantes de la historia para hacer fuerza de un lado o del otro, entre todos los que forcejean por la oficina oval, según les convenga a estos personajes, por supuesto.

Doug Stamper

Michael Kelly es el actor detrás del personaje de Doug Stamper.

Para alguien tan calculador como F.U., el triángulo es la estructura perfecta para lograr sus ambiciones. Clave de la geometría, el “Triángulo Underwood” se completa con Doug Stamper (en la cima del triángulo el presidente, por si alguien todavía dudara a esta hora).

Uno de los triángulos más conocidos por la humanidad está representado con un ojo dentro de sí. Un ojo que se supone lo ve todo.

Stamper tiene algo que no tienen los otros dos elementos de esta “troika”: lealtad.

Dentro de toda la corrupción interna de Doug, su sentido de la lealtad permanece intacto. Eso, por supuesto, lo lleva incluso a asumir el sacrificio.


LeAnn Harvey

Neve Campbell es la actriz que nos muestra al personaje de Leann Harvey.

El personaje de LeAnn Harvey comenzó en la serie como “la mano derecha” de Claire Underwood, y fue así hasta la primera mitad de la temporada.

LeAnn es figura clave para que el Team Underwood “gane” las elecciones, pero este triunfo le cuesta (aparentemente) su vida, como también le cuesta a uno de sus seres más queridos: Aidan Macallan.

Su caída es mucho más veloz que su ascenso. Ese parece ser el destino de LeAnn.

Si hay una sexta temporada de la serie —y casi seguramente la habrá—, no sabemos si volveremos a ver a Harvey. Si acaso la tejana está muerta, el secreto de ella y Aidan Macallan podría estar a salvo… ¿Para siempre?


Thomas Yates

Paul Sparks es el actor que encarna el personaje del escritor Thomas Yates.

Previo a esta temporada, Thom me parecía un personaje aburrido. El guión permite que conozcamos más de cerca al amante de Claire Underwood y se desarrolle más su personaje, que termina siendo ajusticiado, como también ocurre con Doug y LeAnn.

Yates está en el lugar equivocado, con la gente equivocada. Su capacidad cognitiva parece obnubilarse a medida que la quinta temporada transcurre. Luego de una serie de torpezas que lo alejan de la Casa Blanca, Thom otorga ingenuamente la oportunidad de ser asesinado.

Sí, por momentos su personaje llega a ser, más que aburrido, predecible, pero durante su participación se mantienen los niveles del drama en momentos oportunos.


Will Comway

El actor Joel Kinnaman es el encargado de presentarnos al personajes del candidato a la presidencia por el Partido Republicano, Will Conway.

Comway sufre lo mismo que sufren todas las personas que se acercan a la hoguera Underwood: acabar incendiados.

El mérito del candidato presidencial por el Partido Republicano radica en que se mantuvo a una vieja triquiñuela de obtener el triunfo, pero en realidad su rival no se iba a rendir nunca.

A medida avanzan los primeros episodios de la quinta temporada, la presión que viven los Comway se acrecienta, hasta llegar a un punto donde Will pierde absolutamente el control (de su matrimonio, de su campaña y de su partido). El gobernador de Nueva York acarició el triunfo y obligó a los Underwood a exprimir todas las artimañas imaginables para robarle la presidencia.

Esa fue su suerte, perder ante “el mejor”, o mejor dicho, ante “los mejores”. Después de todo, este es el deporte que mueve más millones en el mundo: la democracia.


Tom Hammerschmidt

Boris McGiver es el actor detrás del personaje del periodista Tom Hammerschmidt.

Más incómodo que ‘un alacrán en ya sabemos dónde’, Tom parece estar dispuesto a no perder el ritmo de los Underwood. Aunque Hammerschmidt sabe que ellos llevan la delantera en este maratón, este periodista va gestionando su esfuerzo para el sprint final, en donde confía en alcanzarlos, finalmente.

Para ello se enfrasca en la persecución de viejos crímenes cometidos por los Underwood. Vuelve, repasa y retoma la investigación de los mismo casos que antes desmanteló porque creyó que eran delirios de Lucas Goowin. Regresa entonces la sombra de los homicidios de Zoe Barnes y Rachel Posner. Nublado por la obsesión de tumbar a los Underwood, Hammerschmidt termina por ‘bluffear‘ con la información que supuestamente posee, y acaba por admitir que su oficio, el periodístico, ya no es lo que antes era.

Lo que Tom no sabe es que el maratón ha sido organizado por el mismo Frank. Y ya sabemos lo que puede ocurrir cuando alguien se acerca mucho a los Underwood.


Catherine Durant

La actriz Jayne Atkinson es la encargada de retratar al personaje de la Secretaria de Estado, Catherine Durant.

Una de las piezas claves del ‘Team Underwood’ desde la temporada uno. La Secretaria de Estado protagoniza varias caídas durante la temporada —en más de un sentido—, hasta el punto que no sabemos si regresará en la hipotética sexta temporada; aunque es probable que sí, pero con el incendio desatado en D.C., Cathy podría ser olvidada por los Underwood durante algún tiempo.

La quinta temporada deja la sensación de que cada vez que Cathy Durant sostenía un diálogo con cualquier personaje, la duda y la sospecha le rondaban. La Secretaria de Estado se aferraba a la duda con cada palabra de Frank, de Claire, de Jane Davis, de Viktor Petrov, etc., mientras jugaba al despiste y la traición, harta de sentirse manipulada e intimidada.

Durant sintió el fuego, quiso correr, pero no tomó la ruta de escape correcta en este entramado de poder. Cuando por fin se dio cuenta, ya el incendio la había alcanzado.


Alex Romero

El actor James Martinez, en el papel del congresista Alex Romero.

El congresista Alex Romero es un ambicioso político que adquiere mucho protagonismo en la quinta temporada de House of Cards. 

Joven, hambriento de poder y con poco sentido de la lealtad y la palabra, el séptimo representante del distrito de Arizona se convierte en el peligro de los Underwood dentro de su propio partido (aunque al final vemos que terminará viéndose forzado a convertirse en un diputado independiente).

Romero entra en la serie para engrosar las filas de los “Anti Underwood” desde adentro, e intentar repetir lo que Frank alguna vez hizo para deteriorar al expresidente Garrett Walker.

El poco autocontrol que parece tener el diputado le juega en contra, pero es un peligro en una ciudad inmersa en la locura.


Jane Davis

Patricia Clarkson es la actriz que nos muestra el personaje de Jane Davis.

Mi personaje favorito de esta temporada. Davis es una señora que parece estar siempre despistada, y que aparece, no por accidente, en el capítulo siete, para ser el contrapeso que necesita Claire Underwood, y para hacer de la presidenta su “aliada”.

De oscuros contactos y más oscuros manejos, Davis es uno de los personajes con mayores misterios en el futuro de la serie.

Su protagonismo adquiere una gran fuerza para el cierre de la temporada y tal parece que su incursión será trascendental en  lo que, parece, se convertirá en un nuevo gobierno de los Estados Unidos, la primera presidencia encabezada por mujeres (a la luz y a la sombra).

 

 


Mark Usher

El actor Campbell Scott nos muestra su interpretación del personaje de Mark Usher.

Quien fuera asesor de Comway en la carrera presidencial, acaba (de todos modos) en la oficina oval. Su nombre es Mark Usher, un estratega político, asiduo a pescar talento en posibles candidatos a la presidencia y quien termina fungiendo como consejero de la presidencia de Frank Underwood; chantajeando incluso a Claire —gracias a un siniestro secreto que le ayudó a limpiar— para proponerse como posible (y tenebroso) vicepresidente de la república.

Independientemente de si el “Team Underwood” —que en teoría aún se mantiene “en pie” hacia el final de la temporada— pierde al elemento Cathy Durant, Usher es el nuevo fichaje.

Pronto Usher muestra las garras. Su ambición sale a borbotones, y su cercanía con Romero (aparentemente solo por razones políticas) deja pincelazos de doble agente. Vemos entonces a un camaleón que pretende interpretar a un político, en el incendio más grande que la ficción puede recrear en estos días.

Al final, mucho se dice que los guionistas están ahorcando la serie, que sus giros son cada vez menos creíbles, y que House of Cards exige una muerte con honor. Quizás sí, pero este es el mundo del espectáculo, donde importa el rating, el consumo, no la calidad.

Este es el mundo.


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