Luis Antonio Martínez perdió su primera batalla contra la justicia. Detenido desde agosto de 2016, el otrora todopoderoso fiscal general aún tiene otros tres juicios pendientes por enfrentar. Martínez, procesado por múltiples casos de corrupción en su gestión y por “vender justicia” desde la Fiscalía que dirigió (2012-2015), fue condenado este 4 de diciembre a 5 años de cárcel por la revelación de conversaciones privadas obtenidas a través de intervenciones telefónicas.
Las conversaciones del exsacerdote español Antonio Rodríguez, conocido como padre Toño, fueron reveladas por Martínez al arzobispo de San Salvador, al nuncio apostólico y a diplomáticos españoles. La Constitución prohíbe divulgar conversaciones si no están ligadas a un caso judicial. El tribunal Sexto de Sentencia de San Salvador dio válidas las pruebas contra Martínez.
El exfiscal también está procesado por otro caso relacionado con el empresario Enrique Rais, prófugo de la justicia. En noviembre de 2014, cuando aún estaba en el cargo, Revista Factum dio a conocer el que sería el primer gran caso judicial contra Martínez: el entonces fiscal viajaba en los aviones de Rais, una relación que le garantizaba a Rais control sobre la Fiscalía y el sistema judicial.
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