¿La actual política salvadoreña es una lucha generacional?

La dinámica política en El Salvador tiene una fuerte aceleración en todo sentido. El péndulo sigue inclinándose hace una “nueva forma de hacer política”. La partidocracia del siglo XX sigue resistiendo con su modus operandi, porque sabe que le genera capital político, réditos económicos e influencia empresarial que le asegura su calidad de vida: pensión asegurada, seguro médico, viajes al exterior, prestigio social, en fin.

Por otro lado, sigue sonando un discurso de “derecha” donde aún se atreven a decir “patria sí, comunismo no”. Donde realmente a la gente ya no le interesa esa posición ideológica que se creó a partir del derrumbamiento y el etnocidio en Izalco, departamento de Sonsonate. Donde esa misma ideología pregona la libertad individual, la “democracia” y el nacionalismo.

Su contrapeso es esa ideología de “izquierda” donde decir “yankee go home” resulta ya un insulto y una expresión anacrónica para la sociedad; incluso pensar en esa frase “revolución o muerte, venceremos”.

Todas estas frases inyectan polarización política y una visión del mundo dividido por dos bloques que en estos principios del siglo XXI siguen desmoronándose y cuya aceptación popular cada vez es menor.

Esos bloques ideológicos han mantenido al país dividido tanto en la economía, la política y la cultura. La expresión de Maquiavelo “divide y vencerás” se puede entender como esa construcción ideológica de ver el mundo en lados opuestos. ¿Es realmente necesario tener ideología? Sin duda. Es necesario tener una cosmovisión del mundo, porque cada individuo ve la realidad a partir de sus valores interiorizados. Ese sistema de valores que tiene el peso ideológico nos permite ver el mundo desde un telescopio y desde un microscopio. Eso también pasa por el sistema cultural que se construye a partir del peso mediático y, ahora, del peso que tienen las redes sociales digitales.

Los medios construyeron una ideología a partir de la clase dominante (Lombardi Satriani, 1978). Ahora, las redes sociales digitales son de alcance popular, lo que permite una participación masiva y construye una conciencia colectiva. Sin embargo, los segmentos poblacionales con mayores exigencias han alzado su voz mediante la web 2.0 como una alternativa para ser escuchados. Se puede considerar que, a diferencia de las protestas sindicales y los movimientos sociales, es su “único” espacio donde pueden descargar sus emociones, sentimientos e inquietudes políticas. Tanto Facebook, YouTube como Twitter se han convertido en la punta de lanza de la nueva forma de construcción política e ideológica (Fernández, 2012).

Volviendo de nuevo a esas frases que parecen verdad, desde el punto de vista ideológico, en El Salvador sirvieron para que ambos bloques políticos se escudaran y pudieran seguir teniendo privilegios.

Ahora, ¿qué ideología se está construyendo?, ¿la ideología de la neutralidad?, ¿o la ideología del pragmatismo? Sin duda, no hay nada definido. La vida política ahora es tan volátil como efímera. Todo puede pasar en un abrir y cerrar de ojos. Lo cierto es que la misma clase política del siglo XX se sigue desvaneciendo.

Cuando comenté una expresión sobre la lucha de generaciones políticas en mi cuenta de Facebook, un usuario me respondió: “Lastimosamente seguimos siendo utilizados siempre por el gran imperio, sin quitarse la venda de que los pueblos tenemos autodeterminación y pensar en el bienestar de su propia población; si no, veamos declaraciones de servilismo al alejarse de unos países —refiriéndose al presidente electo—, eso tendría que ser del siglo XX. Al final, creo que es un neoimperialismo”.

Con ese discurso, se comprende que justamente esa visión de izquierda se resiste a morir. No es que el comentario esté fuera de contexto, sino que de fondo hay una posición ideológica muy marcada en la generación X, es decir mujeres y hombres que en su mayoría sobrepasan los 40 años en la actualidad.

Comprendiendo esas prácticas políticas del siglo XX, ¿cuál es el perfil de los nuevos agentes políticos?, ¿cómo se proyectan hacer una nueva generación de accionar político? Sin duda, la realidad salvadoreña actualmente está lanzando señales fuertes de lo que no se debe hacer en política, refiriéndonos a la política partidaria e incluso a la función del empleado público, y especialmente a los líderes que están tomando las decisiones políticas de manera directa. Es una gran lista de cosas de las que la gente ya se cansó: corrupción, promesas incumplidas, populismo en campaña electoral, funcionarios públicos con privilegios…

¿A qué desafíos se enfrenta ahora la nueva forma de hacer política? Hacer obras para la gente, que no solo se quede en discurso, sino que se materialice en la calidad de vida de la gente. Que resuelva los problemas estructurales del país y que deje de pensar en sus propios intereses de cúpula o personales. Es dar soluciones concretas y acercarse a la gente y sus mismas necesidades, y ya no hacerlo en campaña electoral. Si los funcionarios públicos no responden a las necesidades de la gente, estos no estarán más ocupando puestos públicos, porque la gente ha abierto los ojos y está teniendo conciencia política, y ahora va en serio.

Pero, ¿por qué la mayoría de electores en El Salvador votó por Nayib Bukele y no por los otros candidatos? Sencillamente porque el resentimiento, el desencanto y el hartazgo hicieron que Bukele ganara en primera vuelta. El choque generacional ahora está a flor de piel, más que nunca. Si no se cambia el sentido de lo político y la política, los políticos tradicionales están condenados a desaparecer.

Con base en las premisas planteadas, me permito concluir que la política en El Salvador está en conflicto por una razón: los que construyeron política en el siglo XX se resisten a pensar que ya estamos en el siglo XXI; mientras que los políticos jóvenes quieren construir un siglo XXI y alejarse del siglo XX. Más allá de propuestas, es una lucha generacional.

Referencias bibliográficas:
Lombardi Satriani, L. (1978). Apropiación y destrucción de la cultura de las clases subalternas. México: Nueva Imagen.
Fernández, C. B. (2012). Twitter y la ciberpolítica. Anuario electrónico de estudios en Comunicación Social “Disertaciones”, 5(1), 9–24. Recuperado de https://revistas.urosario.edu.co/index.php/disertaciones/article/view/3884


*Alexis Clavel es educador y egresado de la maestría académica centroamericana en sociología, Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: porfirio.clavel@ucr.ac.cr

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