Montano se defiende nombrando a Cristiani en el Caso Jesuitas

El ex militar salvadoreño se desvincula de la decisión de matar a los jesuitas de la UCA; se escuda en la cadena de mando y afirma que el entonces presidente de la República, Alfredo Cristiani, estuvo presente en la última reunión anterior a la masacre, a las 11:00 p.m. del 15 de noviembre de 1989.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


Madrid. España. El ex viceministro de Seguridad de El Salvador, coronel Inocente Orlando Montano, se presentó este lunes 4 de diciembre ante el juez Manuel García Castellón de la Audiencia Nacional española, quien le tomó declaración como acusado por el Caso Jesuitas.

Montano dijo en el tribunal que él nunca tuvo noticia de la orden de asesinar a Ignacio Ellacuría. Nunca supo nada. El alto mando de la Fuerza Armada de El Salvador tenía una jerarquía muy clara, expuso, y en lo más alto de la misma estaba el presidente de la República, Alfredo Cristiani.

Siempre según la declaración del ex militar salvadoreño, Cristiani estuvo presente en la reunión que tuvo lugar el 15 de noviembre de 1989, sobre las 11:00 de la noche. Fue muy pocas horas antes de que miembros del Batallón Atlacatl y de la Escuela Militar, supuestamente siguiendo órdenes de ese alto mando, entrara en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y asesinara a seis padres jesuitas, a una de sus empleadas y a la hija de ésta. Montano no dijo que en esa reunión se mencionara la orden de matar a los jesuitas.

El coronel Inocente Orlando Montano Morales, de 74 años, está acusado de un delito de terrorismo por esta masacre en la que de las ocho personas asesinadas cinco eran españolas, razón por la cual la Audiencia Nacional se ha declarado competente para juzgarlo. Por estos cargos podría ser condenado a penas de hasta 30 años de prisión.

El ex militar llegó al Juzgado Central de Instrucción número 6 a primera hora de la fría mañana madrileña, procedente de una prisión cercana a esta ciudad, donde mora desde su llegada, el pasado 29 de noviembre tras ser extraditado desde Estados Unidos. Es el único de los 19 acusados en este proceso que está a disposición de la justicia española, ya que el resto se supone que están en El Salvador, cuyo gobierno y poder judicial han negado su extradición en dos ocasiones.

En esta vista indagatoria, Montano respondió preguntas del juez y de su abogado defensor para desmentir, por un lado, que él tuviera nada que ver en la decisión de matar a los jesuitas, y por otro, para negar que las decisiones del alto mando fueran producto de una deliberación de grupo.

El coronel señaló que ese alto mando estaba dirigido por tres personas por encima de las demás, que eran ni más ni menos que el presidente Cristiani, el entonces ministro de Defensa, Humberto Larios, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, general René Emilio Ponce. Ellos tomaban las decisiones y el resto obedecían, según Montano.

El coronel Inocente Montano, antes de salir deportado de Estados Unidos hacia España el pasado 28 de noviembre. Foto FACTUM/ICE

También dijo no haber tenido conocimiento en ningún momento de la orden de matar al entonces rector de la UCA, Ignacio Ellacuría. Según afirmó ante el juez, él no estuvo presente en las reuniones que se sucedieron aquel 15 de noviembre de 1989, excepto en la última, sobre las 11:00 de la noche, en la que también estuvo presente Cristiani, según su declaración.

Además, Montano se defendió diciendo que su autoridad como viceministro de Seguridad era para con los cuerpos de seguridad pública; Policía Nacional, Guardia Nacional y Policía de Hacienda. Por tanto, dijo no tener capacidad de dar órdenes a ninguna unidad de la Fuerza Armada. Esta es una línea de defensa que ya apuntó su abogado, Antonio Alberca, en una entrevista concedida a Revista Factum.

El coronel explicó al juez su versión sobre el contexto de la masacre de la UCA, la ofensiva de la guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) (que había iniciado el 11 de noviembre), y cómo el alto mando en esas circunstancias decidió no realizar ataques masivos contra la población civil, sino que otro tipo de operaciones. En todo momento, Montano habló de la cúpula del alto mando como la que tomaba las decisiones, de una cadena de mando estricta en la que el jefe supremo de las Fuerzas Armadas era el presidente de la República.

Montano ha comparecido ante el tribunal en silla de ruedas y ha pedido al juez asistencia médica porque dice haber sufrido una caída en prisión, en Estados Unidos, por la que tiene un problema en la espalda.

El proceso continúa con una fase para los recursos, principalmente de la defensa, que atacará a la competencia del tribunal para juzgar este caso y pedirá la puesta en libertad de Montano por no existir riesgo de fuga dada su condición física. Así lo ha explicado Alberca, que ha defendido que el auto de procesamiento en el que se basa este juicio contiene muchos errores y que en el caso de Cristiani, lo que ha dicho Montano es que “era el presidente” quien validaba las decisiones del alto mando.

Finalizada la fase de recursos, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal nombrará un tribunal de tres magistrados que será el que abra juicio oral. Esto, si no ocurre nada extraordinario, tomará al menos seis meses.

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